ENSAYO
AGENCIA GENERAL DE SUICIDAS
JACQUES RIGAUT
(Interzona - Buenos Aires)
Publicada por primera vez en 1959, treinta años después de la muerte de su autor suicida Jacques Rigaut (1898-1929), Agence Générale du Suicide tiene la particularidad de haber sido escrita por un surrealista completamente obsesionado con la idea de la autoaniquilación. Hasta tal punto que llegó a considerarlo al ejercicio, como la principal ocupación de su vida. Curioso personaje si los hubo, tenía la extraña manía, además, de acercarse a alguien en la calle o en una reunión y arrancarle un botón. Su colección fue impresionante; y sus piezas más valiosas eran los botones dorados de los policías. Dedicó la última década de su existencia (murió a los treinta años) preparando su muerte. El suicidio, entonces, comprendido como un acto estético, es decir, como obra de arte. Ahora bien, el curioso libro no trata del morbo de la muerte en sí (necrofilia), sino de la liberación que ella implica, una vez decidido efectuar el acto. Busca perpetuarse en ese preciso momento de libertad previa, donde se combate a la idea opresiva (y deprimente) de la muerte. Lúcido hasta el sufrimiento en su camino hacia el fondo de la realidad, legó páginas absolutamente conmovedoras, allí donde Dios, la muerte, el hastío y la nada son elementos clave.
Algunos de los textos reunidos en la publicación son de un nivel disruptivo muy particular, recordando a León Genonceaux, o bien, al propio Conde de Lautrémont. Su estilo refleja la ferocidad de un inconformista nato. Imaginativo, transgresor, sus piezas Seré serio como el placer, y en especial Un tema brillante, bien podrían haber integrado Tres inmensas novelas de Arp y Huidobro, por la capacidad de condensación delirante de imágenes. La notable traducción y el prólogo están realizadas por Edgardo Scott quien, acaso, necesite ahondar un poco más sobre la historia del surrealismo en el Río de la Plata (es impreciso creer que en la Argentina, “casi no conocimos el surrealismo”). Sin ir más lejos, en 1926, Aldo Pellegrini –padre del surrealismo argentino- junto con sus compatriotas David Sussmann, Adolfo Solari, Elías e Ismael Piterbarg y Marino Cassano, fundaron la primera revista surrealista de Sudamérica: Qué (Revista de interrogantes), es decir en simultaneidad con los franceses. Una inestimable oportunidad para regresar a una pequeña joya francesa. Rigaut, eterno dandy, como Vaché y el misterioso Julien Torma, fue una figura esencial dentro de la primera etapa del movimiento encabezado por Breton.
© LA GACETA
AUGUSTO MUNRARO
Diario*
Por Jacques Rigaut
Como un hombre al que un sueño indeseable martillea la cabeza, escribo. En un acceso de salud, esa mañana, decidí escribir, y escribir un diario. No se trata en realidad, de un diario, de todas las tareas la más injustificable, pero de un esfuerzo continuo. Justificar, explicar, mostrar, asociar, situar, y otros pasatiempos literarios, no pueden tener aquí ninguna validez, ninguna seguridad; yo tengo -quizá- una chance de encontrar, de reencontrar más bien, un medio de respirar, o, por poner a la razón del lado equivocado, de perder es cualidad de inercia. Y, si hace falta, por higiene, iría hasta un cuarto de hora obligatoria de entrenamiento físico cada mañana. Dejar todo para abandonarse a una gran carcajada en la época de retorno a la pereza, a mi querida cobardía.
Estos son los hechos, los de la salud corporal; los otros aparecerán por sí mismo a su turno: la semana pasada, he tenido durante la noche una crisis de delirium tremens, recompensa de seis o siete años de ebriedad y de un largo año de drogas; manifestaciones del D. T., tales como se leen en los manuales, a excepción de las serpientes que se abstuvieron, con, por única e intermitente conciencia entonces, el miedo, el miedo pánico de un hombre que siente que va a volverse loco
He tenido miedo. Me cuido por miedo. Escribo por miedo. Nueva cobardía.
* Fragmento de Agencia general del suicidio.
PERFIL
Jacques Rigaut (París; 1898-1929) fue un poeta surrealista francés. Formó parte del movimiento dadaísta. Su trabajo trata a menudo sobre el suicidio. En 1929, a la edad de 30 años, y tal y como había anunciado, Rigaut se quitó la vida con un arma de fuego. Había utilizado una regla para asegurarse de que la bala atravesaría su corazón. Rigaut está enterrado en el Cementerio de Montmartre. Su obra escueta, se reduce a: Agence Générale du Suicide; Et puis merde!; Papiers Posthumes y Lord Patchogue.