El caso de secuestro de Gonzalo Figueroa no es el único vinculado a cuestiones narco en la provincia. Otro antecedente fue el de Margarita Toro, líder del clan Toro que, sospecha la Policía, se ocupa de una red de narcomenudeo en Villa 9 de Julio. Por esa causa, fueron acusados varios miembros del clan Acevedo. Estos son los hechos en los que intervino la Justicia, pero hubo otros que no fueron denunciados.
En abril de 2018, “La Jefa”, como se la conoce, fue interceptada por un grupo de jóvenes en la puerta de su casa. De allí, de acuerdo con la investigación que desarrolló el fiscal federal Pablo Camuña, la trasladaron hasta una vivienda de El Cadillal. Desde ese lugar se comunicaron con los familiares de la víctima para negociar el pago del rescate. A pesar de que los Toro dijeron que no entregaron dinero en efectivo, se sospecha que abonaron $ 500.000 para que la liberaran esa misma madrugada.
Meses después fueron detenidos por el hecho Víctor Ariel “Pipa” y Hugo Eduardo “Barza” Robles (referentes del clan Robles), Héctor Gustavo “El Gordo” y Esteban Abel “Vaquita” González (el líder de La Inimitable y su hijo, que lo secundaba en la barra de Atlético), Andrés Marcelino “Mudo Andrés” Zelaya, Cristian Guillermo “Oreja” Lobo, Cristian Fabián “Gordo Cristian” Venturelli (sería familiar del ex delegado comunal de El Cadillal) y Mauro Rubén “Pilo” Benítez. Hubo otro acusado que no fue procesado por ser menor de edad.
Salvo Robles, los otros imputados se encuentran en penales de Chaco, Neuquén, Salta y Santiago del Estero. Días atrás, la Cámara Federal de Apelaciones confirmó el procesamiento y la prisión preventiva de todos los imputados, por lo que el juicio en su contra se realizaría próximamente.
Antes de que se produjera el secuestro de Margarita Toro, la Justicia Federal y fuerzas nacionales estaban al tanto de varios hechos similares. Según los informes de inteligencia, había una banda que se dedicaba a capturar a narcos de la provincia y salteños que traían la mercadería. En los casos, las víctimas eran salvajemente golpeadas o torturadas hasta que sus allegados entregaban importantes sumas de dinero.
Los investigadores siempre sospecharon que detrás de estas situaciones estaba el clan que lideraba “Pipa” Robles (la pareja de Sabrina Pasarín, la joven que está acusada de homicidio con dolo eventual por haber protagonizado un accidente mortal), pero nunca lo probaron porque las víctimas no realizaron denuncias.