Degüello: crudo reflejo del clima de una época

Dos personajes y la ciudad como protagonista. Por Carmen Perilli.

LA DEFINICIÓN. “El urbicidio no figura entre los delitos punibles. Aunque tal vez lo merecería”, escribe Massuh. foto  Sebastián Freire LA DEFINICIÓN. “El urbicidio no figura entre los delitos punibles. Aunque tal vez lo merecería”, escribe Massuh. foto Sebastián Freire
19 Enero 2020

La narrativa de Gabriela Massuh puede considerarse una literatura política, en especial sus últimas ficciones: La intemperie y Desmonte. Degüello -que lleva en la tapa la figura del Angelus Novus de Paul Klee, evocando la lectura de la historia de Walter Benjamin- aborda la problemática de la ciudad. No podemos dejar de vincularla con el ensayo El robo de Buenos Aires, donde Massuh escribe: “El urbicidio no figura entre los delitos punibles. Aunque tal vez lo merecería”.

La protagonista de Degüello es María, una solitaria profesora universitaria, con un hijo en el exterior. La mujer mantiene una curiosa relación con un joven hermafrodita que vive en una villa de emergencia y realiza acciones de resistencia a la depredación. Los unen los libros, la naturaleza perdida y el espanto.

El Topo es un “raro”, un monstruo en el sentido foucaultiano: un ángel bello cuyo cuerpo encubre una anomalía: “Tiene los órganos de un sexo, pero interiormente es de otro”. Se siente preso en la mirada de los otros y convierte su ambivalencia en instrumento para sobrevivir. Reconocemos en la elaboración del texto componentes que recuerdan a obras como las de Leopoldo Marechal y Roberto Arlt. La narración apela a fragmentos poéticos. El lector debe hacer un esfuerzo para no perder el hilo.

La ciudad segmentada y hostil ha perdido su identidad. Bosques y plazas arrasados, hospitales rebasados, familias sin hogar, etcétera. En este mundo sofocado por el cemento donde la urbe ha perdido su memoria bajo la acción de la demoledora destrucción del patrimonio de la que no se salvan ni el zoológico y el cementerio. “Vivir dentro del desborde es nuestro destino” piensa María a medida que el diluvio ahoga las calles,

Es imposible no reconocer figuras de funcionarios como Rodríguez Larreta que han empapelado Buenos Aires con eslóganes. En el centro de la escena, el asesinato de Santiago Olavarría Peña Méndez, el funcionario municipal que dirige el desquicio de la ciudad.

Ante la persecución policial el Topo huye a Entre Ríos con María donde se maravilla con la naturaleza y decide viajar hacia el Norte, pero regresa por la muerte de la madre y acepta su destino de muerte en la ciudad.

Gabriela Massuh comulga con lo que Josefina Ludmer llama literatura pos-autónoma, aquella a la que no le importa su independencia de lo real. Si bien Massuh considera que su texto pertenece a esta categoría, prefiero situarlo dentro de la narrativa social argentina donde no se elude el valor de la escritura al documentar la realidad.

© LA GACETA

NOVELA
DEGÜELLO
GABRIELA MASSUH
(Adriana Hidalgo - Buenos Aires)

PERFIL

Gabriela Massuh nació en Tucumán. Es licenciada en Letras de la UBA y tiene doctorado en Filología en la Universidad de Erlangen-Núremberg con la tesis Borges, una estética del silencio. Fue docente universitaria, periodista en temas de cultura y tradujo a Kafka, Schiller, Enzensberger, Rilke y Camus, entre otros. Dirigió el departamento de Cultura del Instituto Goethe de Buenos Aires durante más de dos décadas. Publicó, entre otros libros, El robo de Buenos Aires; Nací para ser breve. María Elena Walsh. El arte, la pasión, la historia, el amor; La omisión; Desmonte y La intemperie.

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