Bien se sabe que el doctor Santiago Derqui (1809-1867) antes de ser presidente de la Nación, tuvo destacada actividad pública, que incluyó ser secretario de José María Paz tras la victoria de Caa-Guazú. Por esa época ocurrió un episodio amoroso al que Paz se refiere en detalle en sus “Memorias”.
Reinaba entonces en Corrientes la poderosa familia Madariaga. Derqui visitaba desde hacía mucho tiempo a los Cossio, y se suponía que una de las niñas de la casa, Modesta, se casaría con él. Sólo algún secreto inconveniente detenía esa boda.
Así estaban las cosas en el viaje de Derqui a Paraguay con Paz, viaje donde uno de los secretarios de la legación era hermano de Modesta. Cuenta Paz que “la misma noche del día en que Derqui se embarcó, se presentó la madre de Madariaga a pedir a Modesta desposarse con su hijo Juan”. La señora Cossio le contestó que su hija no conocía al joven Madariaga, y que no estaba dispuesta en su favor, etcétera. Pero la de Madariaga insistió y continuó sus visitas, que empezó también a practicar su hijo.
“Por más desengaños que le ofrecían - cuenta Paz- era tal la fatuidad y el orgullo de los Madariaga, que descartaban toda posibilidad de negativa”. La señora de Cossio se veía en un brete. Por un lado, Derqui no se definía y por el otro tenía miedo al poder de los Madariaga, y hasta de las amenazas que el pretendiente se había permitido ante la niña. De todo esto, dedujo Madariaga que las cosas se habían resuelto en su favor e hizo correr la voz de su próximo casamiento.
Madariaga estuvo un mes fuera de Corrientes y Modesta, que nunca había consentido un compromiso, se apresuró a romperlo por carta. Esto a la vez que le devolvía el regalo de vestidos y de algún dinero que le había enviado.
En conversación con Paz, Madariaga se quejó de Derqui y de las Cossio, asegurando que se vengaría. No hubo forma de arreglar las iras de los Madariaga: éste sólo se conformaba con el casamiento. Finalmente, Derqui se casó con Modesta Cossio en Corrientes, “teniendo que vencer mil dificultades y hasta la resistencia del cura, que temía la cólera de los Madariaga”.