Martínez Pulido: “apostar por el biocombustible es apostar por la región”

El ingeniero industrial del INTI responde a las preguntas básicas para entender por qué es importante que la Nación sostenga el fomento al uso de biocombustibles en el país.

BIOETANOL. BIOETANOL.

¿Qué es el biocombustible? ¿Qué es el bioetanol y el biodiésel? ¿Pueden utilizarse en autos “comunes”? ¿Por qué es tan importante la prórroga de la ley de Fomento de Biocombustibles? Todas esas preguntas fueron respondidas por el ingeniero industrial y especialista en bioenergía, Guillermo Martínez Pulido.

“Apostar al biocombustible es apostar a una economía regional, es darle valor al cultivo por excelencia de la zona que es la caña de azúcar, lo que nos da muchísimo potencial para biocombustibles líquidos y sólidos. Históricamente los ingenios se pensaban como productores de azúcar para la industria alimentaria. Ahora, con el desarrollo de la tecnología, los ingenios azucareros pueden ser pensados como biorrefinerías: una fábrica donde ingresa caña de azúcar y se desarrollan diversos productos ‘biobasados’, es decir, a partir de recursos biológicos: energía renovable, alcohol para industrias tradicionales, bioetanol o biocombustible, materia prima para industria papelera, azúcar para alimentos y elementos para bioplásticos o ‘biomateriales’”, fue la respuesta principal del profesional que se desempeña en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) en el departamento de Energías Renovables.

Biocombustible

Martínez Pulido explicó que un biocombustible es un combustible de origen biológico que proviene de un material o recurso renovable, a diferencia del combustible fósil, que no es renovable. “Los biocombustibles requieren de un periodo mucho más reducido para su desarrollo, inclusive de un año a otro, produciendo diferentes elementos como por ejemplo caña de azúcar”, expresó. “Cuando se habla de biocombustibles se piensa automáticamente en bioetanol o biodiésel. Esos son biocombustibles líquidos, los más populares en este país pero existen también biocombustibles sólidos o gaseosos”, continuó el ingeniero industrial.

A la hora de hablar de bioetanol y de biodiésel, Martínez Pulido explicó que el bioetanol es un combustible líquido que se obtiene a partir de la fermentación y destilación de materias azucaradas. Las dos principales fuentes para bioetanol en el país son la caña de azúcar y el maíz. “Se produce alcohol para una variedad de fines: la histórica producción para la industria de alimentos y la industria farmacéutica, y la producción para combustible. El biodiésel es otro biocombustible líquido, que se genera a través de otro proceso químico que se denomina transesterificación, y su principal materia prima son los aceites y grasas, vegetales o animales, que permiten obtener los estermetílicos o biodiésel. Es el proceso que realiza la Municipalidad de Tafí Viejo en la línea estatal de colectivos, reciclando aceite de cocina usado. Se pueden utilizar biocombustibles denominados B 100, es decir, con un 100% de biodiésel. En el parque automotriz nacional se habla de un B 10, o sea 10% de biodiésel y 90% de gasoil. Para los nafteros, un 12,5% en el corte y un 87,5% de nafta”, profundizó.

Respecto a la obtención de alcohol a partir de caña de azúcar, el profesional del INTI aclaró que hay diferentes procesos: “el alcohol que se produce para la industria farmacéutica tiene una pureza del 96%. Para la inclusión de etanol en la nafta a partir de la ley de Biocombustibles, que inició con un 5% de inclusión y ahora está en el 12,5%, se necesita un alcohol anhídrico, con una pureza del 99,5%. El proceso que requiere es de deshidratación del alcohol. Este bioetanol se fusiona con la nafta tradicional. Los expertos en mecánica explican que los autos, tal cual como vienen fabricados, admiten hasta un 30% de corte tanto de biodiésel como de bioetanol, por lo que podría el parque automotor actual sin hacer cambios en los fabricantes, llevar hasta el 25% o 27% el corte. Si a partir de ahí se quiere avanzar hasta 50% o 100%, se deben hacer algunas adaptaciones a los motores convencionales. En Brasil hay motores ‘flex’, que pueden funcionar con biocombustibles al 100% o con nafta común”.

Ecología

“Cuando tengo que hablar sobre ecología me gusta más comentar que lo interesante de los biocombustibles es que son carbono neutro o neutral: durante el proceso de crecimiento de una planta -fotosíntesis-, pensemos en caña de azúcar, maíz, soja que son materia prima de los biocombustibles, es necesaria la energía lumínica y el dióxido de carbono, existente en la atmósfera. El principal objetivo de las plantas es capturar dióxido de carbono, fijarlo en su estructura celular y devolver a la atmósfera oxígeno. Cuando esa estructura celular, a través de procesos químicos lo transformamos en combustible, lo usamos en un motor y esos gases de escape son arrojados a la atmósfera. Esa es la ecuación neutra. Esta es la diferencia con el combustible fósil, que se saca carbono fijado en capas subterráneas de la tierra tras procesos de miles de años para liberarlas a la atmósfera en el segundo que sucede la combustión, de esa manera se agrega dióxido de carbono y otros gases de invernadero al medioambiente”, finalizó.

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