“Perón le auguraba un gran futuro”

Los recuerdos que don Amado Juri le confió a su hijo Fernando.

16 Febrero 2021

“Me solía contar el papá que cuando estaban en Olivos en reunión con el general Perón, en la última presidencia, él les comentaba a todos los gobernadores que veía algo especial en Menem, que entones era gobernador de La Rioja. Les decía que era un paisano pícaro y que lo veía con un gran futuro”, recuerda Fernando Juri. Su padre, don Amado Nicomedes Juri (en la foto junto a Carlos Menem), gobernó la provincia entre 1973 y 1976.

“Se fue uno de los últimos líderes caudillos y estadístas que tuvo la Argentina”, dice. “En realidad, como a todo grande había quienes lo querían y quienes no, quienes participaban de su política y quienes no la compartían, pero más allá de sus errores y defectos, Menem fue un gran hombre, un gran político, que supo insertar a la Argentina en el contexto mundial. Acordémonos que en esos tiempos la Argentina estaba muy postergada”, afirma Juri, que se encontraba descansando fuera de la ciudad cuando se enteró de la muerte de Menem.

Juri no cuestiona la convertibilidad, sino el hecho de que no se haya podido salir a tiempo del modelo para evitar el colapso económico que finalmente ocurrió. Pero reconoce que “muchos argentinos disfrutaron de la convertibilidad”. Gracias a ella “supo frenar uno de los grandes flagelos que tiene la Argentina, que es la hiperinflación. Con la convertibilidad logró aunque no se supo salir a tiempo”, reitera.

“Fue un gran compañero y un amigo para nosotros (los Juri). Creo que el país perdió a un gran hombre”, resalta.

Juri, sobrino del ex gobernador Fernando Pedro Riera, valoraba de Menem su “gran concepción de lo que eran las políticas de Estado. Una muestra de ello es el Pacto de Olivos, que permitió la reforma de la Constitución. También era una persona que no tenía rencores; a los políticos de otros partidos no los veía como enemigos sino como adversarios”, señala.

Juri reconoce en Menem a una persona con un gran carisma. “Era un seductor, no en el sentido de la sensualidad, sino que sabía seducir con sus argumentos y con su trato a los demás, con su forma de ser. Uno estaba 10 minutos con él y te convencía”, recuerda con cariño.

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