Los eventos climáticos condicionaron el desarrollo de los cañaverales

Las lluvias que ocurrieron en el marco de “La Niña” explican la variabilidad de situaciones que presentan distintos lotes del cultivo.

CASOS. Unos lotes que presentaban buena emergencia al inicio sufrieron un atraso en diciembre; y si bien se nota una buena recuperación el atraso persiste.  CASOS. Unos lotes que presentaban buena emergencia al inicio sufrieron un atraso en diciembre; y si bien se nota una buena recuperación el atraso persiste.
20 Marzo 2021

En general, los cultivos de la provincia manifiestan, en su crecimiento y desarrollo, los efectos que la variabilidad climática que se dio en la región. En especial, de las precipitaciones que ocurrieron debido al efecto Niña que se dio desde mediados del año pasado a hoy.

“En cuanto a los cañaverales, que están entrando en su etapa de maduración en Tucumán, atraviesan una situación marcada por la ocurrencia de eventos climáticos que condicionan su desarrollo. Esto se demuestra en la variabilidad de situaciones que se observan en ellos”, indicó a LA GACETA Rural Arturo Felipe, responsable del grupo de investigación en caña de azúcar del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Famaillá.

Al analizar el desarrollo general del cultivo hasta la primera quincena del mes en curso, el técnico indicó que el estado actual de las cañas plantas depende del manejo realizado y del condicionamiento de los diversos factores. “Entre ellos, la preparación de suelo es determinante para lograr una plantación exitosa. Sobre todo cuando las condiciones agroclimáticas no fueron las óptimas y las cañas semillas quedaron expuestas a condiciones edáficas desfavorables, maximizadas por la falta de agua o la presencia de texturas más gruesas -arenas o suelos arcillosos-, que tienden a compactarse”, dijo.

Contó que todo eso condujo a plantaciones erráticas en su brotación, encontrándose lotes poco uniformes, otros que se perdieron completamente y algunos que, aunque presentaban una buena emergencia en sus inicios, tuvieron un atraso en el desarrollo esperado para diciembre. “De esta manera, si bien se observa una importante recuperación, especialmente en lotes que presentaron una brotación más uniforme, el atraso persiste”, señaló.

La fecha de plantación también jugó un papel importante, según añadió. Los lotes plantados tradicionalmente en invierno -junio a agosto- son los que más sufrieron esta condición de sequía, con muchas fallas en la brotación; a diferencia de las plantaciones más tardías, en las cuales la respuesta de la semilla fue mucho más rápida debido a mayor temperatura, evitando la deshidratación dentro del suelo.

En cuanto al sistema de plantación, Felipe sostuvo que se presentaron dificultades en ambos casos -manual y mecánica-, dependiendo el éxito de las condiciones edáficas principalmente. El mismo análisis cabe para el caso varietal: “si bien hay diferencias en el tiempo de brotación, algunas variedades emergieron más rápido. Por lo tanto, fue determinante el tipo de suelo, las condiciones de sequía y, por consiguiente, el tiempo de exposición a estas condiciones adversas en cada caso”.

Respecto de lo observado en las cañas socas, planteó que resulta necesario discriminar entre las jóvenes y las de mayor edad. “En el primer caso, presentan una mayor recuperación; es decir, tienen un retraso para la época, pero con muy buena condición de desarrollo. Hay surcos con buena población de tallos en general. Las socas de mayor edad muestran una mayor heterogeneidad de crecimiento, con condiciones muy marcadas, que explican el desarrollo de los lotes”, señaló. Precisó que una de ellas es la presencia de cobertura o mulching, que preservó más la humedad y retrasó la aparición de malezas, favoreciendo el crecimiento de las cañas. En este punto, el especialista recordó la gran cantidad de lotes quemados durante la zafra 2020, ya sea de rastrojo o caña en pie.

Además, indicó que la textura del suelo también marcó una diferencia en el estado de los lotes, y que incluso se observaron diferencias dentro de un mismo lote. “Es el caso de las vetas arenosas o los bajos, donde normalmente se estaciona el agua en los suelos con arcilla y son más compactos, quedando una marcada diferencia de altura”, contó.

Como dato relevante sobre el estado general de los campos a la primera quincena de este mes, destacó: “tuvimos una zafra relativamente corta, en la cual no se sacrificaron lotes con cosechas muy tardías, lo que permitió un ciclo más largo de crecimiento de todos los cañaverales”.

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