Campaña 2020/21 con lluvias dispares e irregulares

Un técnico del INTA brindó algunas consideraciones a los productores, sobre lo que cabe esperar del clima.

EFECTO LLUVIA. Hay muy buenos cañaverales en las zonas del pedemonte. EFECTO LLUVIA. Hay muy buenos cañaverales en las zonas del pedemonte.
20 Marzo 2021

Las condiciones climáticas que sucedieron desde marzo del año pasado están condicionando el crecimiento y el desarrollo de los cultivos en Tucumán y en gran parte del NOA. Todo esto debido a la ocurrencia de fenómenos climáticos globales, por lo que a partir de mediados del año pasado, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó un nuevo episodio del fenómeno climático “La Niña”.

En América del Sur, “La Niña” puede traer lluvias por encima de lo normal en el norte de la región, mientras que hacia el sur puede ocurrir lo contrario, tanto en la costa oriental como occidental. Las previsiones de la OMM para setiembre-octubre y hasta finales del año pasado sostenían una alta probabilidad (90%) en los niveles característicos de “La Niña”, que podían extenderse, incluso, hasta el primer trimestre de este año (55% de probabilidad).

En esta línea, para gran parte del país y con un alto grado de certeza, el Instituto de Clima y Agua de Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Castelar pronosticó que el comportamiento climático de la campaña 2020/21 se caracterizaría por una disponibilidad de agua limitada y cambios bruscos en la oferta hídrica, con intervalos de precipitaciones importantes y varios días sin ellas. También se presentarían lluvias dispares en su distribución geográfica y, a la vez, irregulares en su ocurrencia.

Ante este escenario, Roberto Sopena, Director del INTA Famaillá, explicó que para entender la fuerte restricción hídrica al inicio del crecimiento de los cultivos el año anterior -desde marzo hasta octubre, cuando comienza el nuevo ciclo hídrico- resulta necesario tener en cuenta que se constató un fuerte déficit en relación a las medias históricas de entre 230 mm a 370 mm, según localidades, durante el período mencionado.

A partir de noviembre se registraron lluvias importantes en volúmenes; mientras el bimestre noviembre-diciembre del año pasado registró valores acumulados apenas por debajo de la media histórica. Por el contrario el bimestre enero-febrero logró registros iguales o superiores a la media en buena parte del área cañera. Sin embargo, el técnico señaló que más allá de que los volúmenes acumulados parecen suficientes, algunas lluvias fueron ocasionalmente intensas y de alto volumen en poco tiempo, con recarga poco efectiva en el perfil por pérdidas por escurrimiento. Además, entre noviembre y enero, en particular, los períodos sin lluvias fueron prolongados, y asociados a una alta evapotranspiración.

“Las recargas de los perfiles hídricos aún no alcanzaron los niveles esperados en buena parte del área cañera. Esto puede condicionar la disponibilidad hídrica del cultivo y de los suelos, pensando en la plantación del próximo invierno. La evolución del cañaveral, tanto en su fase final de crecimiento como en los inicios de maduración, estará sujeta a la oferta hídrica y a la evolución de la temperatura de abril y mayo”, indicó Sopena.

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