Aparecieron el oflador y los trapitos sucios

El Código Electoral Nacional en su artículo 64 bis señala que la campaña electoral deberá desarrollarse en un clima de tolerancia democrática. No parece que eso vaya a suceder en la interna del Frente de Todos, donde ayer salieron con los tapones de punta tanto Manzur como Jaldo. Empezaron a decirse cosas, a señalarse; lo que hace presumir que habrá nuevas “revelaciones” que enrarecerán la acción proselitista.

El vicegobernador afirmó que el manzurismo persigue la reforma constitucional para perpetuar al titular del PE en el poder, a lo Gildo Insfrán, un mimado de Alberto Fernández. Y que intentará persuadir a legisladores. “Manzur no se quiere ir del Gobierno”, sostuvo y acotó que su espacio peronista está para evitarlo. Cuando al gobernador le consultaron al respecto, sólo atinó a decir sabe el agua que correrá hasta 2023. Algo así como todo puede pasar. En medio de esa disputa verbal, que aumenta en temperatura, apareció el viejo oflador de 2015. Con nosotros no; señaló Jaldo al respecto. La réplica tampoco se hizo esperar. “Jaldo es un hombre grande y viene diciendo una cantidad de barbaridades, dice malas palabras, insulta”, contestó Manzur. El ida y vuelta no parece que vaya a tener fin, por el contrario, sólo cabe que haya más acusaciones y más dardos. No hay vuelta atrás, la guerra es total, no sólo para estas elecciones, sino para los dos años que se vienen. Se ven enemigos y como tales sienten que tienen que vencer. Y si fuera posible arrodillar al otro, primero electoralmente, luego políticamente. La gobernabilidad pagará posiblemente el costo.

Además, ayer, ambos se chicanearon; no perdieron ocasión para cuestionar la precandidatura del otro. “Él va bien escondido, chiquitito, de (senador) suplente; mientras que yo encabezo la lista (de diputados). Es una pequeña gran diferencia. Yo a mi gente la acompaño y pongo la cara por ellos”, provocó Jaldo, intentando marcar la diferencia sobre cómo lidera cada uno su espacio. No fue menor la intencionada respuesta política del mandatario: “lo digo con mucha humildad, Jaldo va a perder con la doctora Chahla”. No precisó que él le ganará, sino que la precandidata que eligió será quien lo derrote. No lo puso a su altura, o sea, básicamente lo ninguneó.

Otro aspecto para subrayar es la intención con la que Jaldo señaló que el manzurismo hará campaña con los recursos del Estado; algo que no desconoce, por cierto, pero el mensaje que trasunta fue un yo conozco cómo se hace; cuidado. Empezaron con todo.

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