“Criptoestafas”: simples consejos para no caer en la nueva forma de delito

El mundo digital aparece ahora como una verdadera oportunidad para quienes quieren invertir sus ahorros.

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Retornos de inversión elevadísimos en dólares. Nuevas tecnologías para hacerse millonarios. Una variedad de criptomonedas desconocidas y a bajo costo. Son tres de los pilares que están sosteniendo una nueva ola de estafas piramidales en todo el mundo. El mundo digital aparece ahora como una verdadera oportunidad para quienes quieran invertir sus ahorros y disfrutar de un supuesto futuro prometedor en un universo hasta ahora desconocido.

El mundo “cripto” ha dejado de ser un nicho de especialistas en tecnología y finanzas para expandirse hacia estrategias de mercadotecnia que en muchos casos pueden ser solo máscaras de una posible estafa. De hecho, existe un conocido caso en España en el que una empresa fue denunciada por estafar a casi 6.000 personas y entre ellas había argentinos. Se trata de Arbistar 2.0, una compañía que supuestamente desarrollaba robots digitales (bots) con lo que se podía automatizar la compraventa de activos digitales y sacar altos retornos de inversión. Según prometían, el bot utilizaba criptomonedas para comprar en el lugar más barato y las vendía en el más caro para luego volver a comprar en el más barato y vender en el más caro. Una operatoria que parecía mágica y simple para expertos en tecnología y que prometía ganancias mensuales del 12%. Sin embargo, para comenzar a operar, la empresa solicitaba una inversión inicial de $150.000 en criptomonedas como Bitcoin y prometía retornos a los 60 días. Desde 2021, la justicia española investiga a Arbistar y a otras tres empresas por supuestos delitos en el marco de lo que se denominó como el auge de las “criptoestafas”.

En las últimas semanas algunos casos de supuestas estafas piramidales que utilizaban criptomonedas se hicieron conocidos de este lado del océano Atlántico. Si bien cada caso tiene matices particulares, se repiten algunos patrones ya conocidos en las tradicionales estafas piramidales, en las que para entrar al negocio el nuevo cliente debe hacer un importante aporte de dinero con la expectativa de obtener ganancias en el corto plazo. Para evitar ser denunciadas, dichas empresas operan con bienes o servicios que son comercializados, sin embargo, las principales ganancias se obtienen por cada nuevo integrante que dicho miembro suma al equipo.

“Si estás interesando en los criptoactivos, el riesgo de ser víctima de fraude hoy en día es muy alto”, alerta la empresa de seguridad informática Eset, responsable del desarrollo de conocidos antivirus. En su blog, la compañía publicó a principios de año una serie de pautas para identificar tipos de estafas con criptomonedas y una serie de consejos para no caer en sus engaños. Ante la pregunta de por qué este tipo de delitos se están masificando, la empresa sostiene que no existen regulaciones en el mercado de las criptomonedas para los inversores. Además, los altos precios de las monedas digitales se vuelven muy atractivos ante las opciones de inversión más tradicionales, por lo que dichos consumidores “sueñan con enriquecerse rápidamente”. Ninguna opción financiera tradicional ofrece tasas de interés que superen en promedio el 3% en dólares, cuando estos negocios prometen retornos de entre 7% y 12%, sin ningún tipo de sustento. Finalmente, el componente de las redes sociales es determinante con la amplificación de rumores sobre los beneficios y con la presencia de figuras públicas reconocidas con las que las empresas tratan de avalar sus marcas.

El sistema Ponzi, según Eset, se ha vuelto un modelo ideal con las criptomonedas, ya que “los estafadores siempre están inventando tecnología nueva que promete ser “de vanguardia” para atraer inversores y generar mayores ganancias. Sin embargo, no es la única forma de estafa. El sistema “Pump and dump” también es utilizado por supuestos gurúes financieros quienes alientan a los inversores a comprar activos en proyectos de criptomonedas poco conocidas. Como consecuencia, el precio de la moneda aumenta y el estafador luego vende sus acciones, siendo solamente dicha persona la que obtiene ganancias. Finalmente, Eset reconoce dos modelos de estafas basados en “falsos exchanges” y “aplicaciones falsas”. En el primero, los estafadores envían correos electrónicos o publican mensajes en las redes sociales prometiendo acceso a dinero virtual almacenado en un Exchange de criptomonedas. Para acceder, el cliente tiene que ingresar una suma de dinero pero el “exchange” nunca existe. Y en el caso del segundo, se trata de aplicaciones que aparentan operar con criptomonedas reales, pero en realidad dichos programas roban datos personales y financieros o hasta podrían robar accesos a billeteras virtuales.

La necesidad económica y la gran penetración que tienen las redes sociales generan un caldo de cultivo ideal para estas nuevas estafas. Pero principalmente, la falta de educación financiera genera entre la población falsas ilusiones de cómo invertir o generar capital. Hablar de dinero en la escuela, en la universidad y hasta en la propia familia ayudaría a tener un vínculo más responsable en términos económicos y evitaría que algunos más avivados se aprovecharan de los más necesitados. Es hora de tomar cartas en el asunto para que la Justicia no llegue tarde, cuando los estafadores y el dinero simplemente ya no están entre nosotros. Hasta tanto, Eset recomienda “el mundo puede haberse vuelto loco por las criptomonedas, pero tú no necesitas unirte a la locura. Mantén la cabeza fría y ve más allá de la tendencia”.

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