Caso Adhemar: de pasear en una Ferrari a recorrer los tribunales

Edgar Adhemar Bacchiani, el dueño de la firma, fue denunciado en esta provincia, Catamarca y Córdoba. Los tucumanos señalados

UN LUJO. Edgar Adhemar Bacchiani posó con la Ferrari que se robaba todas las miradas en Catamarca. UN LUJO. Edgar Adhemar Bacchiani posó con la Ferrari que se robaba todas las miradas en Catamarca.

Edgar Adhemar Bacchiani, de 46 años, nació en Buenos Aires, pero desde hace más de siete decidió radicarse en Catamarca. En la vecina provincia fue creciendo silenciosamente hasta que se transformó en un exitoso empresario que se paseaba en su Ferrari roja por las calles de la capital de esa provincia. Hoy cuenta con custodia las 24 horas y recorre los pasillos de los tribunales catamarqueños y cordobeses donde afronta demandas penales por diferentes delitos económicos.

Cuentan en la vecina provincia que convenció a sus habitantes con un discurso sencillo y cautivador las ventajas que generaban las inversiones en criptomonedas. Empezó con un grupo reducido, pero su cartera de clientes se fue ampliando con el correr de los tiempos. Desde un simple mozo, pasando por taxistas, siguiendo por funcionarios judiciales y provinciales, y terminando en empresarios, le confiaron importantes sumas de dinero.

“Fue un período de bonanza. En una provincia donde nunca pasa nada, los resultados que conseguían los primeros que confiaron en ellos ganaron mucha plata fácil. Ahí comenzaron todos a verlos con otros ojos porque veían que la gente se compraba casas y autos de alta gama”, explicó M.N.A, un inversionista catamarqueño que aparece como damnificado. “La primera vez que fui a Catamarca me senté en un bar a tomar café para hacer tiempo. Ahí vi pasar autos Audi, BMW, Chevrolet Camaro y un montón de camioneta cuatro por cuatro. Parecía que estaba en Medellín, pero después me dijeron que eran los autos de las personas que invirtieron en la empresa de Bacchiani”, contó el abogado Alfredo Aydar que representa a varios tucumanos que se atrevieron a denunciarlo.

“El Pelado”, como él se hace llamar, es fanático de River y siempre usa anteojos de sol. Instagram es lo suyo y por esa red social se hizo conocido. Dictaba clases de trading, asesoraba y conquistaba a posibles clientes. También mostraba las ostentosas actividades que desarrollaba. No sólo se mostraba en un recital de los Rolling Stones en Estados Unidos, sino que también realizaba fiestas privadas para clientes e increíbles sorteos. Por ejemplo, regaló entre los inversionistas que confiaron en él un Audi A1 en una ceremonia.

El gran salto

Bacchiani redobló la apuesta y decidió expandirse. Primero abrió una sucursal de Adhemar Capital en Yerba Buena. La inauguración del moderno y lujoso local ubicado en avenida Solano Vera primera cuadra se realizó con una fiesta que fue cubierta por los principales influencers de la provincia. Como sucedió en Catamarca, los que confiaron en su negocio, durante los primeros meses, consiguieron buenos dividendos. Esa fue la mejor publicidad que tuvo.

“Me acuerdo que en los primeros tiempos vos llegabas a la oficina y había café, jugo de naranja y hasta medialunas para que te sirvieras. Después pasaron al café batido y, por último, ni agua”, explicó N.A.L, un inversionista tucumano que también espera recuperar sus ahorros. “Ahora dicen que cumplirán con los pagos. A mí me cumplieron los cinco primeros meses, después empezaron los problemas. Sólo le puedo decir que se me acabó la paciencia. Su gente nos decía que si los denunciábamos, no recibiríamos una moneda. Ahora me doy cuenta que perdí el tiempo”, añadió en una entrevista con LA GACETA.

“El Pelado” también apostó en Córdoba. Como lo hizo en nuestra provincia, abrió un local exclusivo y se mostró con figuras del deporte y del espectáculo que lo ayudaron a difundir las ventajas de la actividad que desarrollaba. Pero en menos de tres meses comenzaron a llover los problemas.

Primero fue la decisión del Banco Central de la República que pidió que la Procelac le iniciara una investigación. Después la Comisión Nacional de Valores (CNV) ordenó que cesara en su actividad. Inmediatamente comenzaron los problemas con los clientes catamarqueños, después con los tucumanos y por último, los cordobeses.

“El Pelado” no dudó nunca en hacer vivos en Instagram tratando de explicar que el negocio de las criptomonedas había sufrido un golpe y que había que tener paciencia. Y eso fue justamente lo que no tuvieron algunos ahorristas que comenzaron a perseguirlo y amenazar para que le devolviera su dinero. Ofreció una reestructuración de pago, que según denunciaron varios de sus clientes, tampoco pudo cumplir y, pese a todos los pronósticos en su contra, sigue afirmando que lo hará efectivo.

En los tribunales

El dueño y varios de los ejecutivos de Adhemar fueron denunciados en las tres provincias donde realizaban operación. El expediente que se inició en la capital tucumana terminó en los juzgados federales de Catamarca. Allí fue imputado, junto a los tucumanos Sofía Aylán, María Lihue Banegas y Lucas Barrera Oro y a otras cinco personas por los delitos de integrar una asociación ilícita, de realizar operaciones financieras no autorizadas, defraudación y lavado de activos.

En la denuncia que realizaron los inversionistas de esta provincia explicaron claramente cuáles eran los roles que tenían cada uno de sus comprovincianos. Sobre Aylan dijeron: “es la gerente del local de Tucumán y encargada de expedir los documentos por ellas suscriptos (pagaré), conociendo que tenía capacidad patrimonial para responder a obligaciones tan importantes como las que se comprometía. Estos documentos eran entregados como garantía de pago y respaldo de las operaciones financieras que se llevaban a cabo”.

Los acusadores también indicaron que Banegas y Barrera Oro “participaban como asesores y se encargaban de atrapar clientes, convenciéndolos de que entreguen su dinero hasta hacerlos caer en el engaño acerca de la licitud de toda la operatoria prometiendo lo que previamente sabían que no sucedería, ya que su objetivo era otro”.

En Córdoba al menos seis inversionistas iniciaron acciones penales en contra de Adhemar y sus ejecutivos. En esa provincia, por primera vez le pintaron los dedos a Bacchiani, ya que declaró como imputado en una causa que está siendo investigada por la fiscala Valeria Rissi. La funcionaria, que consiguió que se bloqueara la cuenta que tenía en Binance (administra fondos en criptomonedas) por unos U$S 200 millones.

Lo acusó de asociación ilícita y estafas reiteradas. Para que no quedara detenido, le fijó una caución real de $ 40 millones. Ofreció un inmueble que fue aceptado, pero después se descubrió que tenía pedido de embargo. Ahora deberá resolver esta situación o quedará tras las rejas.

Las claves del caso

Adhemar Capital es una empresa que recibe dinero de inversionistas para la compra de criptomonedas.

A los clientes les ofrecían pagarles una tasa de intereses de entre el 10% y el 22% mensual durante 180 días.

Los inversionistas, hasta enero, cobraron regularmente lo que les habían propuesto los ejecutivos.

Al no poder cumplir con lo pactado, en marzo hicieron una reestruturación de la deuda.

Los directivos de Adhemar afrontan imputaciones por delitos económicos en Catamarca y en Córdoba.

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