Una pelea capital en el peronismo

CASA DE GOBIERNO / ARCHIVO LA GACETA CASA DE GOBIERNO / ARCHIVO LA GACETA

Se lo tomó muy a pecho y contestó visceralmente. Osvaldo Jaldo no ocultó sus diferencias con Germán Alfaro. Abandonó, por unos instantes, su rol institucional de vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo para ir al barro y contestar como titular interino del distrito Tucumán del Partido Justicialista. “Creo que me apunta porque sabe que no me podrá enfrentar (en las elecciones de 2023) porque se va a quedar en el camino. Primero, tiene que pasar a solucionar los problemas de su espacio, y no lo veo muy bien”, dijo el tranqueño respecto de las críticas que le formuló el intendente de San Miguel de Tucumán. Éste había dicho en el programa “Panorama Tucumano” de LA GACETA que el mandatario interino está temeroso. "Jaldo está esperando que Manzur le diga: vos vas a ser", espetó.

El éxodo de dirigentes peronistas del municipio capitalino es una clara muestra del avance jaldista en el distrito gobernado por Alfaro. Primero fue el subdirector de Higiene Urbana, Damián Márquez,  hijo del ex senador peronista secuestrado y asesinado durante la dictadura militar, que pegó el portazo cuando el intendente recibió al líder de Fuerza Republicana, Ricardo Bussi, hijo del ex gobernador.  

Luego fue Daniel Palacio, ahora ex director de la Juventud municipal, y Pablo Antonio Guerrero, ex subdirector de Cementerios e hijo del ex diputado nacional Antonio Isaac Guerrero. También hay otra carta de renuncia en el escritorio del intendente: la del titular de la Unidad de Coordinación y Ejecución del Programa Municipal de Economía Social y Agroecología, Eloy del Pino. 

Tiene carácter de indeclinable y aduce el mismo motivo que la dimisión de Guerrero: “razones de estricta índole personal”. Pero la búsqueda de refuerzos no se agotará en esas bajas municipales. Hay otras de dirigentes que han competido en las elecciones pasadas y también de jugadores que han ejercicio el cargo de intendente que hoy están en la mira de los referentes cercanos al gobernador interino. Uno de los que se mencionan dentro de la estructura jaldista es Antonio “Tony” Álvarez. 

Sin embargo, en la intendencia señalan que el funcionario no ha dado señales en tal sentido y que sigue dentro de la estructura del alfarismo. El otro es el diputado nacional Domingo Amaya, que hoy está en Juntos por el Cambio, pero no reniega de su filiación partidaria en el Justicialismo. Éste viene gestionando la creación de un partido local, con el fin de sostener una estructura con la que pueda luchar en las elecciones del año que viene. Actualmente forma parte del bloque Encuentro Federal y está en conversaciones con los peronistas disidentes a la administración del tándem Alberto y Cristina Fernández. Al parlamentario no le desagrada la idea de visitar a Jaldo.

En el Partido de la Justicia Social (PJS) consideran que la movida de la Casa de Gobierno tiene más un efecto simbólico que territorial. Los dirigentes que han decidido alejarse de la estructura municipal todavía no han encontrado su rol dentro del oficialismo provincial, indican. En la segunda gestión, Germán Alfaro se apoyó en una mesa de peronistas para conformar su gabinete. 

De hecho, la mesa chica de funcionarios está conformada con esa filiación política. Desde Rodolfo Ocaranza (secretario de Gobierno), pasando por Alfredo Toscano (Obras Públicas) y Carlos Arnedo (Servicios Públicos) hasta Juan Carlos Ale (Desarrollo Social y Cultural) tienen raíces justicialistas. Entre otros, esos colaboradores del intendente son la columna vertebral en la que se apoya la estructura alfarista.

Las bajas son simbólicas, se atajan en el municipio capitalino para explicar la sangría de dirigentes. Los hombres cercanos a Alfaro consideran que los referentes territoriales se mantienen dentro del armado de la misión “Alfaro 2023”. En la Casa de Gobierno, en tanto, consideran que el Partido de la Justicia Social no tiene ese territorio que argumentan los alfaristas. Si bien reconoce que, en las elecciones pasadas, el PJS hizo pie en la sección Este, no tendrá la misma réplica en el Oeste, más aún luego de las críticas que el capitalino lanzó contra el diputado nacional y titular de la UCR local, Roberto Sánchez. 

Es probable que la otra semana, el vicegobernador convoque institucionalmente al intendente de Concepción, Alejandro Molinuevo, tal como lo ha hecho en estos días con su par radical de Bella Vista, Sebastián Salazar, en el marco de los programas de viviendas.  

El oficialismo, otra vez, va por todo en la capital. Quiere quedarse con la intendencia y desnudar hasta las elecciones al actual conductor de la comuna. El coordinador del Enohsa Norte Grande, Gerónimo Vargas Aignasse, ha anunciado que próximamente se licitarán obras del Plan de Emergencia Hídrica y Sanitaria con una inversión estimada en los $ 1.800 millones. La intención del ex legislador manzurista es que esos trabajos se concreten antes de fines de año, con un plazo de ejecución de hasta seis meses, es decir, que sean habilitadas antes de las elecciones. 

Pero el programa de saneamiento también persigue la contención de la tropa propia, la de la Capital. Tanto Jaldo como el jefe de Gabinete Juan Manzur están dispuestos a avanzar contra Alfaro. Creen que es mejor restarle fuerza política ahora, antes de que Juntos por el Cambio se reestructure y defina candidaturas. El peronismo local busca anticuerpos en la capital tucumana frente a un escenario nacional imprevisible.

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