El 212° aniversario de la Revolución de Mayo en Tucumán comenzó ayer con actos protocolares y terminó desdibujado, con una nueva pelea política entre la Casa de Gobierno y la Municipalidad de la Capital. El gobernador interino, Osvaldo Jaldo, y el intendente de la Capital, Germán Alfaro, coincidieron en la Catedral para escuchar el Solemne Tedeum, pero no se saludaron.
“Por encima de toda diferencia política está la buena educación”, lanzó el líder del PJS. Y el tranqueño le respondió: “el de menor jerarquía debió saludar al de mayor jerarquía. A lo mejor Alfaro tiene confundidos los roles, pero el gobernador soy yo, no él”.
El conflicto, al parecer, no terminó. Esta mañana, el que salió con los tapones de punta en defensa de Alfaro fue Enrique Romero, subsecretario de Tránsito y Transporte de la capital. El funcionario le dijo a Jaldo que "es un tambero calentón con mala leche".
"Jaldo es un tambero calentón con mala leche, porque la que consume se corta cuando entra en contacto con su pensamiento ácido. Debe dejar de consumir leche cruda y pasteurizar su pensamiento, no solo para que no le haga mal a él, sino para que no siga perjudicando a los tucumanos por impericia técnica e insolvencia moral", dijo Romero.
Y agregó: "En un régimen democrático la ruptura de códigos respetuosos entre actores políticos de diversas procedencias; es producto de una invecibilidad patológica del doble discurso de un Jaldo, que imbuido de mala educación y soberbia, sirven para explicar el no saludo a Alfaro. Ese mismo doble discurso, esa idéntica malversación de las promesas en un Tucumán al que Alperovich, Manzur y Jaldo lo tomaron para la joda".
Sin pelos en la lengua
Romero fue más allá y agregó que "este Jaldo es el mismo que una vez dijo que (José) Alperovich era el culpable de todos los males de Tucumán, para luego -en el 2013- jurar en el Congreso de la Nación por Alperovich como el mejor Gobernador de la Historia". "Es el mismo que dijo que Manzur estaba de locro mientras la gente se moría de covid, y que se había cansado de decirle que su gestión era mala. Mientras Manzur lo trataba de traidor y Macrista".
Por último dijo que Jaldo padece de una “crisis de legitimidad”, rodeado por el 44% de pobreza y una espiral de delincuencia, caos e inflación, en la que ha sumido a los tucumanos. "Jaldo ignora cómo desarrollar políticas encaminadas a mejorar la eficiencia y transparencia en la justicia; terminar con las cocinas y distribución de drogas; mejorar la inseguridad; eliminar las trabas tributarias a las Pymes; promover la reinversión en el aparato productivo, las industrias creativas y a reducir la desigualdad con metas precisas sobre la pobreza".