Bodegueros advierten que, por el cepo a las importaciones, en 45 días podría faltar el vino

Las barricas, cajas, corchos y capuchones tienen componentes que provienen del extranjero y, si no llegan al país, se frenará la cadena productiva.

IMAGEN ILUSTRATIVA. Bodegas de Salta. Facebook Visit Salta. IMAGEN ILUSTRATIVA. Bodegas de Salta. Facebook Visit Salta.
14 Julio 2022

La industria vitivinícola enfrenta un panorama complicado a corto plazo como consecuencia de las restricciones que dispuso el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para que las empresas accedan a dólares para la importación de insumos, productos y servicios, explicó el director ejecutivo de Bodegas Argentinas, Milton Kuret. Ante este escenario, incluso está en riesgo el abastecimiento de vinos en góndolas de supermercados y distribuidoras.

“Dentro de unos 45 días vamos a empezar a ver los efectos de estas medidas; van a haber dificultades en líneas que requieren de insumos especiales y van a empezar a haber problemas de abastecimiento”, proyectó Kuret en una entrevista con el sitio TN.

El cuello de botella es doble: por un lado, muchas pymes que abastecen a las bodegas ya superaron el 15% adicional a las compras de 2021, que fijó el Banco Central (BCRA) para el acceso al mercado de cambios. Por otro, en el segundo semestre del año la industria se prepara para pasar a barricas la producción de este año o comienzan a abastecerse de ellas para la próxima cosecha.

En ambos casos, tanto las barricas, como los corchos, las cajas, las etiquetas, los capuchones y hasta las cápsulas tienen componentes importados que, si no pueden llegar a la Argentina, se frenará la cadena productiva.

En este contexto, Bodegas de Argentina pidió reunirse con el ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, y con el titular del BCRA, Miguel Pesce, para buscar una solución.

Kuret explicó que el problema de la industria vitivinícola se agrava porque es un sector altamente exportador que, si no puede completar sus líneas de producción, tampoco podrá cumplir con sus compromisos con sus clientes del exterior, poniendo en riesgo años de trabajo para ganar nuevos mercados.

“El vino es un producto de mucho relacionamiento y de alto valor agregado, y necesitamos que no se recientan las relaciones, porque abrir las puertas de los mercados y generar consumo y ventas es muy difícil, porque hay mucha competencia. Es un trabajo de muchos años y tenemos que tratar de no perderlo”, dijo el directivo bodeguero.

Un listado de problemas

La última medida del Banco Central de restringir el acceso a los dólares para el pago de servicios sumó un componente más a la crítica situación. Según el empresario, la industria vitivinícola paga comisiones, acciones de promoción y publicidad y hasta presencia en ferias internacionales, todos gastos que sabe que son necesarios para sostener los mercados internacionales y ganar nuevos.

“Desde que el Banco Central emitió la resolución ya tenemos listados los problemas concretos que hay en la industria y pedimos una reunión con Scioli y con Pesce para ir con esos casos concretos”, señaló Kuret.

Los empresarios quieren explicar por qué necesitan acceder a los dólares para pagar servicios en el extranjero. El próximo evento es la feria internacional de San Pablo, Brasil, y temen que la Argentina no pueda participar.

Las exportaciones cayeron 6% en el primer semestre del año respecto del mismo mes del año anterior, según estadísticas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).

Además, para la producción de vino de media y alta gama, que se vende tanto en el mercado interno como la destinada a la exportación, las barricas importadas -que no se fabrican en la Argentina-, son “imprescindibles” y, con las restricciones a las importaciones, está en riesgo.

“El de las barricas es un tema muy importante, porque ahora se importa lo que se va a usar el año que viene. Por eso iniciamos gestiones con el Ministerio de Desarrollo Productivo y el Banco Central para que nos den otro cupo de importación, porque sí o sí hay que traerlas de afuera y hay proveedores en el exterior que en plazos largos no venden”, explicó Kuret.

El directivo dijo que “se van comprando en el segundo semestre, porque allí se ponen los vinos que se hicieron en 2022, pero también algunos las compran para abastecerse para la cosecha que viene”. “La barrica la tenés que tener en el momento adecuado”, agregó.

Las retenciones también en el eje de la crisis

De acuerdo con los datos de Bodegas de Argentina, el país es el quinto productor mundial de vino, pero problemas en la cadena podría hacerlo caer de ese podio. Solo las botellas subieron de precio más de 60% en lo que va del año y la uva más de 80% y esa presión inflacionaria se puede trasladar a precios en el mercado interno, pero en las exportaciones, no.

“Cuando el tipo de cambio comienza a correr muy por detrás de la inflación de costos, los márgenes de exportación se reducen dramáticamente. Nosotros no podemos trasladar la inflación a los precios en el exterior. Simplemente, nos dejan de comprar si quedamos desfasados de precio en comparación con proveedores de otros países”, explicó la cámara empresaria a través de un comunicado.

Ante esta situación, el pedido es concreto: “suspender temporalmente los derechos de exportación, con la finalidad de liberar recursos de las bodegas para reinvertir en el negocio y sostener así la demanda en el exterior”.

También, reclaman “flexibilizar las medidas de acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) para cumplir con los compromisos con los clientes y proveedores del exterior”.

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