Stella Maris Córdoba: “Creo que hubo un ‘pase de factura’ de Jaldo por haber apoyado a Manzur en la interna”

La ex interventora habló en exclusiva con LA GACETA sobre su desplazamiento y su viaje. Apuntó contra Caponio

EX INTERVENTORA. Córdoba subrayó en sus dos años y medio de gestión en el Instituto de la Vivienda no hubo denuncias de corrupción ni sospechas.  EX INTERVENTORA. Córdoba subrayó en sus dos años y medio de gestión en el Instituto de la Vivienda no hubo denuncias de corrupción ni sospechas.

Pasaron tres días desde que Stella Maris Córdoba se enteró por LA GACETA de que el gobernador interino Osvaldo Jaldo la removió de su cargo como interventora del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV). Hasta ayer nadie le esgrimió los motivos de su salida. Sostuvo que fue ingrato y shockeante. Afirmó que no discute la facultad de Jaldo de desplazarla, pero sí la indiferencia. “Siempre he respetado mucho a Osvaldo. Por la altura política que tiene no esperaba este tipo de destrato”, expuso.

Desde Utah (Estados Unidos), a donde viajó por un compromiso familiar de su círculo más íntimo, la ex diputada habló con LA GACETA. Dijo que su gestión fue transparente y activa. Remarcó que se entregó 1.600 viviendas en pandemia, se completó el proyecto de 3.600 y que se licitaron 1.200. Consideró que logró poner de pie a una institución desacreditada por casos de corrupción. E insistió en que lo ocurrido el domingo fue un error técnico y que estaba a cargo del sorteo la subinterventora, Noemí Ferrioli.

En lo político, Córdoba dijo que el destrato que sufrió es también “darles un cachetazo” a los militantes de Proyecto Popular. Habló de celos políticos y apuntó contra el secretario coordinador del Ministerio de Obras Públicas, Marcelo Caponio. Además, sostuvo que su remoción es consecuencia de la interna. “Hubo un pase de factura por haber apoyado a Juan Manzur ”, aseguró.

“Hace dos semanas -indicó Córdoba- yo estaba en la Casa de Gobierno firmando convenios junto al gobernador y al ministro (de Obras Públicas, Fabián Soria), para la concreción del proyecto de las 3.600 viviendas, así que sigo sorprendida. Creo que el destrato que he sufrido no lo debemos naturalizar, mucho menos en política y en el peronismo. Mi gestión ha tenido dinamismo, porque se han cumplido todos los objetivos que nos hemos propuesto. Si me pongo a pensar cómo recibí el Instituto y cada barrio que se ha entregado, como Lomas de Tafí, Yerba Buena, Trancas, San Andrés, las 500 viviendas de Las Talitas… (...) Estoy sorprendida por estas circunstancias”.

- ¿Cuál es la explicación de su salida del IPV?

- No puedo decir cuál es la explicación porque nadie me la dio. La facultad del gobernador yo no la discuto. Lo que sí cuestiono, como militante y dirigente del peronismo que puso todo el compromiso al servicio de la gente y del Gobierno, es el destrato. Siento que ha sido ingrato para conmigo. Soy una persona con formación política. Si alguien me hubiera esgrimido un motivo para presentar la renuncia, seguramente lo hubiera comprendido y lo hubiera hecho. Pero escuchando decir a la nueva interventora (Nora Belloni) que lo del sorteo fue una falla informática da muestras de que a mí no me relevaron por una falla en la gestión sino por una decisión política que el gobernador interino tenía tomada cuando asumió. Creo que ha sido motivada, lamentablemente, por celos políticos de personas que están cerca de él, que no le hacen bien ni a él ni al peronismo. No estamos en un momento para herir compañeros. Destratarme a mí es también darles un cachetazo a mis compañeros de militancia (de Proyecto Popular) y decirles ‘a ustedes no los necesitamos y ni siquiera les debemos respeto’.

- ¿Por qué habla de ‘decisión política ya tomada’?

- Nunca he hablado de esto antes, pero he venido sufriendo operaciones políticas para tratar de desestabilizarme. Cuando asumió el ministro Soria comenzaron con este rumor del semáforo, un semáforo que nunca existió. Cuando hablé con el ministro Soria, con quien tuve una excelente relación de trabajo, me dijo que era un sistema que se iba a implementar a futuro. Quisiera que se reflexione: no estamos en un momento para dañar a dirigentes ni a militantes del peronismo con operaciones políticas mezquinas. El que trató de dañarme a mí, de desacreditarme con dos cuestiones puntuales que no son para el descrédito, según mi criterio, no se fijó que yo era una funcionaria del Gabinete, primero de Juan Manzur y después de Osvaldo Jaldo. Si todos aportamos a un proyecto, hay cuestiones humanas que se tienen que tener en cuenta.

- ¿A quién se refiere?

- Me refiero puntualmente a Marcelo Caponio. Es quien ha salido a hacer gala y a tratar de hacer leña del árbol caído, a decir que la mejor decisión que ha tomado Jaldo ha sido relevarme a mí del Instituto.

- ¿A él se refería también con la gente que le tiene celos?

- Sí. Yo creo que la foto del 9 de Julio con el Presidente, el gobernador, el jefe de Gabinete y dirigentes muy importantes, como Sergio Massa, se malinterpretó y generó celos. Yo estaba ahí porque estaba al frente del organismo que ejecutó las obras y gestionó que el Presidente fuera a entregar la vivienda 50.000. Por eso me asombra que, habiéndome abrazado y felicitado, tanto el gobernador interino como el ministro y los funcionarios, incluido el mencionado, una semana después yo sea el demonio.

- ¿Considera que fue un “pase de factura” de parte de Jaldo por su posición en la interna?

- Creo que sí. No me esperaba ese tipo de actitud. Yo siempre he respetado mucho a Osvaldo. Considero que es un dirigente que ha hecho mucho mérito para obtener los lugares que ha obtenido en su vida política y, por la altura política que tiene, no esperaba este tipo de destrato. Creo que son dos cosas: un pase de factura por haber apoyado a Juan Manzur en la interna, cosa que volvería a hacer si me volviera a tocar la misma disyuntiva en la mi circunstancia. En un momento como la pandemia, donde todo se puso más difícil, lo correcto era fortalecer a ese gobernador electo, no debilitarlo. Por otro lado, creo que hay gente que tiene fantasmas y que pensó que toda la gestión del Instituto de la Vivienda, que tenía mucha visibilidad, generó la idea de que yo estaba tomando otro volumen político y querían cortarme la cabeza.

- ¿Qué autocríticas hace de su viaje al exterior?

- Estoy segura que no era el momento más oportuno, pero era una cuestión familiar. A todos los que me han demonizado por el viaje les preguntaría qué harían si se casara uno de sus hijos, al que no ven hace cuatro o cinco años. Puede haber un desacierto. Quizá yo tendría que haber renunciado antes de venirme si eso le iba a generar un costo al gobierno, pero nadie me pidió que no viniera ni que renunciara antes de venir. Esto es todo lo que a mí me asombra.

- ¿Jaldo sabía que viajaba a Estados Unidos?

- Sí, sabía. Todos sabían. Incluso Caponio me dijo “andá tranquila, te merecés descansar”.

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