El rescate de Fante

Cuentos encontrados de uno de los padres del realismo sucio.

ORIGEN. Fante nació en una familia pobre de origen italiano, en 1909. Murió en el 83. ORIGEN. Fante nació en una familia pobre de origen italiano, en 1909. Murió en el 83.
28 Agosto 2022

Por Hernán Carbonel

Para LA GACETA - SALTO

“Dibber Lannon tiene un hermano mayor. Se llama Pat Lannon. Dibber me contó que su hermano Pat será papa algún día. Bueno, está claro que a Dibber le han tomado el pelo. Dibber ha dicho que Pat será el mejor papa del mundo, aún mejor que el papa Pío. ¡Me río yo de Dibber Lannon!”.

Así comienza uno de los 18 relatos de Hambre, de John Fante, recientemente editado por Anagrama. Se advierten en ellos componentes básicos del genoma Fante: memorias de juventud, personajes con alta dosis de malevolencia, religión, hábitos sociales característicos de la Norteamérica profunda; inmigración, delirios literarios, sarcasmo, absurdo. Y, a veces, escondido entre las páginas, a Arturo Bandini.

Estos relatos fueron rescatados por Stephen Cooper, biógrafo y estudioso de su obra, a principios de los 90, después de visitar a la viuda del escritor, quien se prestó a que Cooper revisara la habitación de Fante donde se guardaban borradores, manuscritos, viejas publicaciones y papeles personales. Aunque muchos de ellos habían sido editados en revistas, ninguno había llegado al libro.

El hombre detrás de Bandini

John Fante nació en una humilde familia de origen italiano, algo que supo representar en sus páginas. Sus cuatro novelas, ambientadas en California y con elementos claramente autobiográficos fueron reunidas en los que se llamó la saga de Arturo Bandini, personaje recurrente de su obra: Camino de los Ángeles; Espera a la primavera, Bandini; Pregúntale al polvo -la más reconocida- y Sueños de Bunker Hill.

En ese bloque se cuentan las desventuras de personajes perdedores, solitarios, extraviados en una realidad poco auspiciosa de la costa oeste. Narradas con un estilo seco, claro, tajante, agudo, con buenas dosis de humor y violencia, lo vuelve un referente del típico estilo norteamericano de siglo pasado. Si bien trabajó como guionista de Hollywood, su reconocimiento como novelista le llegó de manera póstuma: el primer título de la saga permaneció inédito hasta que la viuda del autor lo recuperó tras su muerte; el último, apareció un año antes de su deceso: se lo había dictado a ella, ya anciano y ciego.

Charles Bukowski supo quitarse el chaleco de padre del realismo sucio y atribuirle a Fante no sólo la invención de este subgénero, sino también la condición de autor de referencia. “Hay en toda la producción de Fante una vitalidad que desemboca en la épica de la desesperación, es su sello personal”, escribió alguna vez Gabriel Báñez en su blog personal: son esos “los ladrillos fundacionales de su obra: el sueño americano, el fracaso, los valores religiosos, familiares (…), las formas consecuentes y menores por intentar alcanzar eso llamado prosperidad o, digamos, éxito”. “Una burla cruel al costumbrismo de la vida familiar en tono satírico”. En fin, como el mismo Hank, como Cheever, como Carver: los “sueños de cartón pintado de Hollywood”.

© LA GACETA

Hernán Carbonel - Periodista y escritor. Su último libro es Sedimentos (La Papa, Tucumán).

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