Quino: “Si no hubiera creado a Mafalda, sería un dibujante más”

Por Daniel Ferrullo.

04 Septiembre 2022

Se lo podría definir como una persona tímida (lo es), educada, amable y hasta triste, o mejor dicho nostálgico (justo como lo que él no quiere parecer). Maestro del humor gráfico, del blanco y negro y de la sátira política y social, siempre logra arrancarnos una sonrisa, muchas veces amarga, pero siempre lúcida e inteligente.

Aunque no es muy optimista, “Si miras lo que ocurre por ahí, creo que es como para cabrearse”, Quino sigue sentándose todos los días a dibujar con lápiz y papel, “Mi objetivo es seguir dibujando mientras pueda, porque es lo único que hecho en mi vida y lo único que sé hacer”.

Cuando le pregunto por algún momento destacado en sus 55 años de dibujante responde: “El mejor momento sigue siendo el día en que publiqué mi primera historieta”.

- La mayoría de sus dibujos son en blanco y negro. ¿No le gusta utilizar el color?

- He hecho cosas en color. Pero el color lo empleo cuando la idea lo justifica. Por ejemplo tengo en una página dibujado un departamento con todos los ambientes, y un niño ha pintado con verde, ha hecho una línea de su altura, manchando todas las paredes de la casa y ha llegado a la habitación donde están los padres y pregunta: - ¿a qué no saben de que color estoy pintando? Ahí sí hay que ponerle un color a lo que ha pintado. Pero prefiero el blanco y negro. Aún en el cine. Me gusta más el cine en blanco y negro que en color. Quizás porque me crié viendo cine en blanco y negro.

- Si nos ponemos nostálgicos la pregunta obligada sería sobre Mafalda.

- Mafalda no me persigue, me acompaña. Si no la hubiera creado, sería un dibujante más y no habría tenido tanta difusión y una relación tan intensa con el público como la que he tenido. No me gusta ser tan determinante, no soy de los de nunca más pero no siento ninguna necesidad de volverla a dibujar.

- ¿Qué opinión le merece la versión animada que se ha hecho de Mafalda?

- Versiones animadas de Mafalda hay dos. Una argentina del año 1972, o algo así, que me pareció horrible; y una cubana que no me ha gustado tanto, pero me sigue gustando más que la versión argentina. Aquella fracasó porque los personajes decían lo que decían las historietas, el texto hecho con voces de actores. Y lo que fue interesante porque el público reaccionó diciendo: - pero esa no es la voz de Mafalda. Y Mafalda nunca tuvo voz (risas). Cada uno tiene dentro una voz interna de los personajes y eso es imposible de reproducir.

- De Mafalda no deja de sorprender el éxito entre los jóvenes y la vigencia actual, después de más de 35 años sin dibujarla.

- A los jóvenes de hoy les llama la atención que no tenga una computadora o un celular. No imaginé que perviviría tanto. La época en que empecé a dibujarla (1963/1973) fue política y socialmente muy movida, y aquellos conflictos humanos siguen hoy, lamentablemente, tan vigentes como entonces. Mafalda se preocupa de problemas eternos, de la injusticia, de la desigualdad social, Hoy con la globalización, con este capitalismo salvaje, hay cada vez más pobres y un grupito de ricos, cada vez más ricos.

- ¿Le siguen preguntando acerca de por qué no vuelve a dibujarla?

- Sí. Hay gente que me dice que cómo es que este personaje tiene tantos años y parece escrito ayer; y entonces yo respondo que si parece escrito ayer, para qué voy a hacer nuevas tiras de Mafalda si ya están hechas (risas). Aunque hoy Mafalda no sería lo misma, mi visión del mundo es diferente a cuando tenía 30 años. Por ejemplo, Libertad sería mucho más pequeñita, porque después del 11-S hemos perdido libertades, y no solo de prensa. Nos filman por todas partes y los controles de los aeropuertos son vejatorios.

- ¿Se considera usted, inmigrante, extranjero, ciudadano del mundo?

-No me considero nada porque soy de una familia de inmigrantes andaluces en una provincia de Argentina donde todos eran inmigrantes. Yo antes de ir al colegio no hablé en “argentino”, digamos. Hablaba en “andaluz” en mi casa, en mi familia. Los proveedores de la carnicería, de la panadería, de la verdulería eran todos italianos, sirios-libaneses y españoles. Entonces nunca me consideré, primero, el argentino típico que le gusta comer carne asada. No, nada de eso. Tampoco entendí nunca el sentido de patria. Hay una frase que dice que “el patriotismo es la estupidez de creer que un país es mejor porque uno nació en el”.

- ¿Conoce la realidad social actual de Argentina?

- La verdad es que desde que asumió la última presidenta no he vivido en Argentina. Además como yo no leo internet por problema de vista (Quino sufre glaucoma), no leo la pantalla, entonces tampoco leo los diarios argentinos. Sé por la gente que me habla por teléfono, pero me siento muy desinformado. Lo del campo y eso, no lo entiendo. La gente pobre del campo, de pronto, está defendiendo a la gente rica del campo. O sea que no entiendo nada. Uno de los problemas en Argentina es que nadie planifica nada a largo plazo. Hay que plantar soja porque da dinero, pues todo el mundo a plantar soja aunque se haga daño al terreno y dentro de diez años toda la Pampa Húmeda será un desierto, no sé... es una inconsciencia. Los seres humanos somos muy estúpidos. No hay especie animal que destruya su propio nido, excepto la nuestra, que lo hace continuamente. Hoy el mundo sigue sin hacer caso del tratado de Kyoto, como si no hubiera un mundo que cuidar, no sé. El mundo se comporta como un niño enfermo de cáncer de pulmón que sigue fumando. La ambición de poder y de dinero. Es la madre de todas las desgracias que han sucedido y de las que sucederán.

* Publicada originalmente en El Pulso argentino en 2008.

PERFIL

Joaquín Salvador Lavado nació en Mendoza en 1932. Desde su infancia fue apodado Quino para distinguirlo de su tío Joaquín. A los 13 años, se inscribe en la Escuela de Bellas Artes que abandonará en 1949 para dedicarse a las historietas y el humor. Con 20 años, viaja a Buenos Aires, donde comienza a recorrer redacciones de revistas y diarios sin conseguir trabajo. En 1954 publica su primera historieta en el semanario Esto es. En 1963 nace Mafalda con el objetivo de publicitar el lanzamiento de una marca de electrodomésticos. 

La campaña no se realiza y la tira termina publicándose en 1964 en el semanario Primera Plana. Ese año publica su primer libro de humor gráfico, Mundo Quino. En 1965 comienza a publicar a Mafalda en el diario El Mundo. A partir de allí, la tira llega a países de América del Sur y años después a Europa. En 1969, Mafalda la contestataria es publicada en Italia con prólogo de Umberto Eco. En 1973, Quino decide dejar de dibujar a Mafalda pero continúa con sus publicaciones semanales de páginas de humor. 

Durante décadas LA GACETA publica sus tiras. En 1976 se exilia en Italia y retorna al país en 1983. Entre otras distinciones, Quino recibe la primera Medalla del Bicentenario, la “Legión de Honor” de Francia, el premio Sarmiento del Senado, el doctorado honoris causa de la UBA y el Príncipe de Asturias. Muere el 30 de septiembre de 2020.

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