Pintoresca, imponente y totalmente renovada. Así luce hoy la Biblioteca Nicolás Avellaneda de Concepción que, a tres meses de cumplir 109 años, fue reabierta al público el viernes pasado. Aunque resta reconstruir el sector del salón teatral, el edificio -que es uno de los patrimonios históricos de que dispone la ciudad- ha sido ampliado con un sector de planta alta en el que funciona un reservorio de libros. Conserva 15.000 textos, algunos incunables y varias enciclopedias completas, entre ellas la británica.
Uno de los que contribuyó a robustecer la variedad bibliográfica fue el desaparecido historiador y escritor José Ignacio García Hamilton. El arquitecto César Pelli, también fallecido, realizó aportes técnicos a la remodelación. El establecimiento dispone ahora además de dos minibibliotecas y salones de lectura, modernos sanitarios y un salón multiuso. La remodelación se inició en 2007, luego de años de abandono. Una comisión vecinal se lanzó en la pesada tarea, primero de normalizar su situación institucional y enseguida de recuperar el establecimiento. “Al reab rir la biblioteca estamos brindando a la gente un espacio destinado al aprendizaje, al conocimiento. Además para que la comunidad vea el resultado de un largo tiempo de trabajo y esfuerzo de mucha gente. Hemos renovado el frente manteniendo la fachada, pero con una nueva pintura e iluminación. El salón queremos que sea teatral pero por ahora queda disponible como de multiuso”, explicó Estela López, vicepresidenta de la institución, junto al presidente, Arnaldo Brizuela. Se usará el salón para miniferias artesanales, encuentros teatrales y café literario. “La idea es que esta biblioteca se transforme en un centro cultural”, apuntó. “Los libros siguen existiendo, pero la gente joven apela a lo digital. De ahí el afán de ampliar su utilidad y por esto también la estamos informatizando”, explicó la dirigente, que también se desempeña como directora de Cultura del municipio. Un piano y un órgano son algunas de las últimas donaciones de los vecinos. El salón de teatro quedó despejado de escombros y se ultiman detalles para que lo usen las academias de baile.
López dijo que hay muchas ideas para brindarle mayor funcionalidad al establecimiento. Pero admitió que “la gente está mal económicamente” y son pocos los contribuyentes. Los principales son la intendencia y un grupo de siete personas que integran la comisión directiva. “Los socios casi se extinguieron y las empresas ya no responden como antes” confesó. Por eso dijo que “la aspiración más optimista es que cuando cumplamos 115 años podamos concluir la sala de teatro con capacidad para 440 butacas”.
El intendente Alejandro Molinuevo, al hablar en el acto de reapertura, valoró la institución como “un arma poderosa de educación que, en tiempos de crisis, sirve para aspirar a un país mejor. Es un lugar de oportunidades” sostuvo. El funcionario se comprometió a continuar brindando el mayor apoyo posible para su consolidación como entidad de promoción de la cultura y la educación. En el mismo sentido se pronunció el diputado Roberto Sánchez.