Francia limitará el incremento de los precios del gas y la electricidad a un máximo del 15% a partir de 2023. Así lo informó este miércoles la primera ministra Elisabeth Borne.
"Solo la moderación (del consumo energético) y la solidaridad europea nos permitirán evitar los cortes y el racionamiento en los peores escenarios, como un invierno especialmente frío combinado con problemas de suministro", afirmó.
Estos topes se aplicarán a los consumidores domésticos y a las pequeñas empresas, con menos de 10 empleados.
Además, se distribuirán los llamados "cheques energéticos" de entre 100 y 200 dólares a unos 12 millones de hogares de ingresos bajos para ayudarlos a pagar las facturas de calefacción en invierno, agregó la funcionaria.
Francia ya había limitado al 4% los aumentos de las tarifas de luz y gas hasta finales de 2022 y había fijado los precios del gas en los niveles de octubre de 2021, lo que contribuyó a que la inflación sea menor que en los países europeos vecinos.
"Desde el principio, tomamos medidas fuertes para proteger a los franceses. Pero todo el mundo sabe, y tenemos que decirlo con transparencia, que estas medidas tienen un coste para nuestras finanzas públicas", dijo Borne para justificar que las nuevas medidas sean menos importantes que las anteriores.
En total, las medidas para 2023 supondrán un coste de 16.000 millones de dólares, explicó, por su parte, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, de los cuales 11.000 millones se destinarán al gas y 5.000 millones a la electricidad.