“Ahí, ahí”, levanta los dos brazos Javier Gandolfi y ordena a su equipo no salir a presionar al rival. Los quiere a todos en su campo. Van 15 minutos del primer tiempo y el dominio es de Atlético que todavía no llevó peligro al arco de Guido Herrera.
Lucas Pusineri sorprendió a todos y mandó a la cancha a Ciro Rius y Cristian Menéndez desde el inicio, buscando mayor equilibrio en la mitad con Ciro y presencia en el área con “Polaco”.
Fue el ex Defensa el que tuvo las dos más claras en el primer cuarto de hora. Definiendo cruzado primero, y después rebote de por medio, obligó a Herrera a volar con dos remates de larga distancia.
Cuando el partido empezó a ganar ritmo llegó el gol anulado a Talleres (a instancias del VAR), pero se perdió mucho tiempo y el juego se enfrió. Minutos después llegó la lesión de Rius y el ingreso de Renzo Tesuri.
Tantas interrupciones aplacaron la intensidad que proponía el “Decano” y llegó el golpe de la visita. Se durmió la defensa y Francisco Pizzini definió en soledad. Gol, 0-1 y a remar contra la corriente.
Si con el empate parcial Gandolfi mandaba a los suyos a proteger a Herrera, con el resultado a su favor le agregó el juego con el reloj a su favor, que desesperó al local que se quedó sin tantas luces.
Hasta los 20 minutos el partido de Atlético fue bueno. Impuso condiciones y jugó cerca del arco de la “T”. Luego, todo fue desordenado. El “Decano” fue hacia adelante como pudo, sin ideas y aturdido por el resultado parcial. Ni los siete minutos que añadió Yael Falcón Pérez alcanzaron para volver a aproximarse al arco rival.
En el segundo tiempo, Atlético salió decidido. No habían pasado 30 segundos y ya tenía un penal a favor. El estadio se convirtió en una caldera.
La primera ejecución fue a los cinco minutos y contuvo Herrera. No dio rebote pero todos se quedaron inmóviles. Algo pasaba. El arquero de la “T” despejó, la pelota cayó en Carlos Lampe y nadie sabia qué pasaba. Todos estaban parados.
Con la pelota todavía en juego, Falcón Pérez hizo la seña del VAR. Insólito. No por la orden de una nueva ejecución sino por como se dio todo. Un bochorno, digno del nivel del arbitraje en la Liga Profesional.
En fin, el estadio estaba a punto de ebullición y esta vez Carrera lo aseguró y se desató el carnaval.
Aunque el cronómetro marcaba ocho minutos, solo se habían jugado 30 segundos. El juego estaba 1-1 y Atlético envalentonado. Todo a pedir del hincha que armó su propia fiesta en las tribunas.
Lo que sea que les haya dicho “Pusi” a los suyos en el entretiempo sirvió. La actitud del “Decano” en el segundo período fue otra. Jugó el complemento como una final; asumiendo el papel de protagonista, pero no le alcanzó.
La entrega del equipo no fue suficiente como tampoco lo fueron los cinco minutos que adicionó el árbitro, que ni siquiera llegó a compensar el tiempo perdido en el penal.
Como contra Banfield, Atlético también hizo todo para quedarse con la victoria en casa pero no pudo. Anoche, hasta “Pusi” estuvo correcto con los cambios. Terminó jugando con tres delanteros y sólo tres defensores, un equipo decidido a ir por los tres puntos.
Quizás fue demasiado tarde. El entrenador esperó que el liderazgo esté en juego. Los puntos que perdió en otro momento del torneo por apostar a un juego más conservador, hoy se ven reflejados en la tabla. De todas formas, habrá revancha rápida y nadie piensa bajarse de la lucha.
La imagen del final, con varios jugadores arrodillados, fue un mensaje muy elocuente. Atlético dio todo, el desgaste de los futbolistas fue tremendo, pero no le alcanzó. Aunque sumó un punto, dio la sensación de quedarse sin nada; así es la pelea por el título.
Ahora, luego de 11 fechas iniciará una jornada como escolta, La Paternal será una prueba de fuego. Sin dudas que si juega como anoche, sin miedo al éxito y con el corazón en mano, podrá pelear el torneo hasta el final.