El Gobierno pone en marcha un nuevo sistema para reforzar el control sobre las importaciones

El martes o miércoles, una resolución conjunta de AFIP y Comercio instrumentará el esquema "SIRA", que entrará en vigencia el lunes 17 de octubre.

IMPORTACIONES. Imagen ilustrativa IMPORTACIONES. Imagen ilustrativa
08 Octubre 2022

Tras la finalización del "dólar soja", el Gobierno nacional quiere evitar que las divisas ingresadas a las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) se "escapen". Por eso, se anunció la puesta en marcha de un nuevo sistema para reforzar el control sobre las importaciones.

Se espera que este martes o miércoles, a través de una resolución conjunta de AFIP y de Comercio, se instrumente el mecanismo que entrará en vigencia el lunes 17 de octubre.

El nuevo esquema, bautizado Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), reemplazará al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMIs), que rige actualmente. 

Es el resultado de un trabajo conjunto de la AFIP, la Aduana, la secretaría de Comercio y el Banco Central, e implicará el seguimiento del proceso importador a través de una suerte de “Tablero de Control” para evitar excesos e irregularidades cometidos bajo el sistema aún vigente.

Los trámites de SIMIs iniciados y aún no aprobados perderán vigencia, por devenir abstractos en el marco de un nuevo esquema normativo. Quienes las habían iniciado deberán tramitar un nuevo pedido bajo el nuevo esquema, consignó el sitio Infobae.

Básicamente, se trata de un sistema de “trazabilidad y ordenamiento” de importaciones, explicaron el titular de la AFIP, Carlos Castagneto, el director de la Aduana, Guillermo Michel, y el secretario de Comercio, Matías Tombolini, quienes aclararon que no serán afectadas las SIMIs aprobados con despacho efectivizado; esto es, mercaderías ya ingresadas al país y con acceso al mercado oficial de cambios a los 180 días, como establece la normativa aún vigente.

Previsibilidad

El nuevo sistema, afirmó Michel, dará previsibilidad a los importadores sobre la fecha de acreditación de los fondos. Además, la AFIP adaptará su algoritmo de evaluación de la Capacidad Económica Financiera (CEF) del importador que inicia un trámite pues del trabajo de revisión realizado en los últimos 60 días surgió que el algoritmo actual probablemente ya estaba en conocimiento de algunos operadores, que exageraban su crédito fiscal, y volvía el sistema altamente permeable a operaciones engañosas.

El SIRA -explicaron Michel, Castagneto y Tombolini- permitirá un análisis de la Capacidad Económica y Financiera del Importador, trazará un “Perfil de Riesgo Aduanero y Fiscal”, en función de sus antecedentes en materia de sobrefacturación de importaciones y uso abusivo de cautelares o presentación de falsas Declaraciones Juradas.

Además, acortará a 60 días el plazo máximo de espera para la acreditación de dólares para el pago de importaciones en el caso de Pymes y Entidades Civiles, reclamo que había hecho la Confederación General Económica de la República Argentina (Cgera), pero mantendrá el plazo máximo de 180 días de acreditación de divisas para el resto de los operadores y operaciones.

Bajo el nuevo sistema el trámite se iniciará con la presentación de una declaración jurada ante la AFIP que -dependiendo de la posición arancelaria del producto a importar- exige una LA (Licencia automática) o LNA (Licencia No automática). El trámite se realiza a través del Kit MALVINA del organismo recaudador.

A diferencia del anterior, el nuevo sistema, dijeron los funcionarios, el nuevo esquema incluirá cuenta única, fecha de giro del dinero y control y monitoreo del saldo en tiempo real, todas prestaciones que no tenía el sistema anterior.

Habrá una cuenta corriente única de Comercio Exterior y el Banco Central otorgará desde el momento de aprobación una fecha de giro cierta, cuyo cumplimiento dependerá de que a esa fecha el importador tenga en su cuenta los pesos suficientes de contrapartida.

Además, se facilitará la importación de quienes quieran hacerlo con dólares propios. Esa medida, a su vez, estará vinculada a la aprobación legislativa de los artículos 71 y 72 del proyecto de Presupuesto 2023 que Economía envió al Congreso. El primero, de blanqueo para inversiones en construcción, y el segundo, de blanqueo de divisas para importaciones destinadas al sector productivo.

Las SIMI ya aprobadas, insistieron los funcionarios, mantendrán su vigencia. El nuevo esquema, subrayaron, beneficiará a los importadores que no sobrefacturaron importaciones, no usaron de manera abusiva las medidas cautelares y no incurrieron en irregularidades o delitos. En cambio, el “Perfil de Riesgo Aduanero y Fiscal” del “Tablero de Control”, suerte VAR fiscal, delatará a quienes sí lo hicieron. De allí surgirán decisiones equivalentes a gol anulado y tarjeta amarilla o roja para la empresa u operador involucrado.

"En línea"

En el nuevo sistema (SIRA), el Banco comercial interviniente, al momento de realizar la operación de acceso a divisas, deberá registrar la operación “en línea” con un aplicativo de la AFIP que validará la existencia de un CUIT activo. Recién entonces se emitirá la autorización SIRA (o SIRASE, en el caso de Servicios), con la probable fecha de giro de divisas, lo que permitirá al Estado, enfatizaron los funcionarios, tener un monitoreo en tiempo real del flujo financiero y físico del comercio exterior.

Para dimensionar el grado de distorsiones acumuladas por el sistema actual, Michel señaló la duplicidad de trámites SIMIs; al 27 de septiembre pasado se acumulaban pedidos de importación por USD 94.076 millones, 65% por encima del nivel de importaciones FOB efectivamente realizadas, de USD 57.531 millones en el mismo período. Se trata, explicó de trámites realizados por operadores con un mismo CUIT, para un mismo bien y en una misma posición arancelaria. La alta brecha cambiaria fue el estímulo para que muchos realizaran operaciones irregulares o directamente fraudulentas con tal de acceder al dólar oficial, explicaron los funcionarios.

Otro ejemplo de la disfuncionalidad a que había llegado el esquema vigente era la registración de SIMIs por volúmenes de importación que excedían groseramente el nivel de importación de una misma empresa u operador, como fue el caso de Barpla, una empresa del sector textil que de importar USD 25 millones en 2021 pasó a registrar trámites de importación por vía de medidas cautelares en 2022 por USD 128 millones, más de 5 veces al nivel del año anterior. La empresa, señalaron los funcionarios, ya desistió de las medidas cautelares, al igual que algunos importadores de neumáticos que habían sido señalado por el gobierno por acumulación de cautelares e importación por esa vía, particularmente a través de la Zona Franca de La Plata.

SIMIs alquiladas

Otra de las maniobras que engordaban artificialmente las importaciones, siempre con el objeto de acceder al dólar oficial, era la registración de importaciones ajenas al rubro del importador, a través de “SIMIs alquiladas”, como sucedió en el sector de bicicletas, a través del cual se importaban molduras de plástico, lo que ya derivó en una causa penal.

Otro de los huecos detectados fue la importación mediante posiciones arancelarias alteradas con el objeto de sobrefacturar importaciones y luego realizar triangulaciones de mercadería. Nada menos que 26.000 operaciones de ese tipo fueron realizadas por 715 empresas por un monto de 650 millones de dólares, incluyendo exportaciones de carbonato de litio.

Finalmente el trabajo realizado en los últimos dos meses detectó un uso abusivo de medidas cautelares mediante la presentación masiva de trámites SIMIs ante diferentes juzgados, aunque en la presentación se aclaró que más que mala fe muchos de los magistrados que otorgaron las cautelares fueron engañados por el importador. Un funcionario de la Aduana observó cerca de 4.000 medidas cautelares observadas por importaciones FOB por 1.000 millones de dólares, que podrían llegar a 1.800 millones de dólares de importaciones por esa vía a través de posteriores “incidentes”. En muchos de esos casos, dijo Michel, hubo “estafa procesal”, es decir engaño al juzgado interviniente, y muchos de los operadores desistieron de las medidas.

Además, notaron los funcionarios, los juzgados están denegando cautelares aplicando, por caso, el criterio de Capacidad Económica Financiera. Precisamente, otro de los hallazgos de la investigación que llevó a la decisión de diseñar un nuevo sistema de trazabilidad y ordenamiento es que el algoritmo de la AFIP para determinar la capacidad importadora de una empresa u operador estaba en conocimiento de algunos operadores que mediante Declaraciones Juradas inexactas obtenían la aprobación CEF de manera irregular. En esa situación fueron detectados ya 204 contribuyentes. Desde el lunes 17, la AFIP trabajará con un nuevo algoritmo secreto que impedirá maniobras fraudulentas de ese tipo, sea mediante triangulaciones o medidas cautelares.

El barrido de operaciones irregulares o fraudulentas de importación se remontó incluso a 2020 cuando durante la etapa dura de la pandemia y la publicación del decreto que habilitaba la importación libre de aranceles de bienes como barbijos, guantes y otros equipamiento médicos, un operador importó de modo fraudulento USD 6 millones de guantes de látex que directamente se deshacían si alguien intentaba calzárselos. Claramente, explicó Michel, el objetivo de esas importaciones era acceder al dólar oficial, incentivo que se mantendrá mientras la política económica no logre reducir la altísima brecha cambiaria, hoy en torno del 90% pero que llegó en algunos momentos a ser del 140 por ciento.

Ayer, luego de anunciar la aprobación de dos de las metas del tercer trimestre y aprobar el desembolso de 3.800 millones de dólares que la semana próxima ingresarán al Banco Central, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló la necesidad de un mejor control de importaciones, de modo de preservar el superávit comercial y acelerar la acumulación de reservas en el Banco Central, uno de los objetivos prioritarios de la actual conducción económico para achicar las expectativas de devaluación y poder reducir gradualmente la tasa de inflación.

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