Camino del Perú: la rotonda será un mal recuerdo

Vecinos, automovilistas y comerciantes celebran la obra de remoción en esa zona, pero no la época en que se la hace. Preocupados y con expectativas.

ARRANCÓ LA OBRA. Ayer los operarios desactivaron los semáforos y empezaron a romper la estructura de la rotonda. Se calcula que en dos días no estará más. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO ARRANCÓ LA OBRA. Ayer los operarios desactivaron los semáforos y empezaron a romper la estructura de la rotonda. Se calcula que en dos días no estará más. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO

La rotonda del cruce del Camino del Perú con avenida Belgrano/Presidente Perón será un recuerdo en los próximos días. Ayer comenzaron las obras para remover la construcción, que tantas complicaciones ha causado al tránsito vehicular en los últimos años. Y aunque automovilistas, comerciantes y vecinos de la zona se muestran a favor de que se elimine la estructura, están preocupados por los trastornos que avizoran en los próximos meses.

Los cortes y desvíos, que comenzaron a regir desde muy temprano, se hicieron sentir principalmente al mediodía. Los automovilistas, que ya están acostumbrados a sufrir embotellamientos a esa hora, tuvieron que armarse de paciencia y circular más despacio que de costumbre por los alrededores de esa zona.

DESVÍO. Para ingresar al Camino del Perú se forma una larga fila de autos en calle Italia. DESVÍO. Para ingresar al Camino del Perú se forma una larga fila de autos en calle Italia.

Claudia y Fernando Rodríguez, que viven en la Perón primera cuadra, donde además tienen un drugstore y una tienda de bebidas, estaban contando la cantidad de cuadras que se deberán desviar desde ahora para llegar a su casa en vehículo: si circulan desde el sur, son cerca de 16 cuadras.

Están de acuerdo con la idea de sacar la rotonda, pero no con la época. Temen que, por las lluvias de verano, las obras se extiendan más allá de los cuatro meses que les dijeron los funcionarios que iban a durar. “Además, estamos hablando de que esto nos podría afectar las ventas en las Fiestas de Fin de año. Estamos afligidos. Este es un lugar de paso. Por los desvíos y la circulación restringida, muchas personas ya no transitarán por aquí para evitar trastornos”, señala Claudia.

Mariano, empleado de un kiosco, se tomó la cabeza cuando vio a los agentes de tránsito colocar carteles de prohibido estacionar en los primeros 50 metros de la avenida. “Aquí muchos paran, se bajan, compran y siguen viaje”, exclama.

Casi todos los comerciantes tienen sensaciones encontradas. Reniegan, pero tienen expectativas de que haya mejoras. Saben que a la larga es algo positivo porque el tránsito en el sector no daba para más. La rotonda será un mal recuerdo, coincidieron. Porque causaba embotellamientos, malhumor, bocinazos y hasta accidentes, enumeraron.

Desde el otro lado del mostrador, Gustavo Clerici, dueño de una pollería, analizaba cómo enfrentar las posibles bajas en las ventas. “Reforzaremos el servicio de envío a domicilio. Ojalá que no se extiendan más de la cuenta con la obra; ya me parece bastante exagerado el tiempo que demorarán. Teniendo en cuenta la crisis que hay, deberían haber contemplado menos días para sacar la rotonda. Asimismo, sería bueno que pongan agentes de tránsito en la zona para permitir y controlar el estacionamiento de los clientes, siempre y cuando se tarden un tiempo prudente en hacer sus compras”, propuso.

EN PLENA TAREA. Un operario trabaja la esquina del Camino del Perú y calle Fray Mamerto Esquiú. EN PLENA TAREA. Un operario trabaja la esquina del Camino del Perú y calle Fray Mamerto Esquiú.

Mary (no quiere dar su apellido por temor, ya que vive sola) es una vecina que habita en la primera cuadra de la Perón desde hace muchos años. “Ya perdí la cuenta”, señala la mujer, que es jubilada y tiene 75 años. Hace más de tres décadas, cuenta, circulaban muy pocos autos y era muy fácil cruzar caminando. No existía la rotonda ni los semáforos.

En los últimos años, el crecimiento de la ciudad de Yerba Buena hizo que la intersección de Camino del Perú con las avenidas Belgrano y Perón se transformara en un nodo urbano de importante circulación y la rotonda se vio colapsada. En enero de 2017 se sumaron los semáforos. Y aunque proporcionaron una mayor seguridad en los cruces, no hicieron más fluido el tránsito. En horas pico, se producían importantes cuellos de botella y los conductores debían aguardar tres y hasta cuatro luces verdes para poder avanzar. “Me parece bien que la saquen; aunque tal vez había otras urgencias en este momento”, evalúa Mary.

Los automovilistas que van y vienen de Villa Carmela, de San José y de Tafí Viejo son los que se ven más afectados por los desvíos programados para la obra de eliminación de la rotonda. Los municipios de Yerba Buena y de la capital dispusieron que haya varitas en cada uno de los cortes para organizar el tránsito. Además, colocaron carteles. De todas formas, hubo algunas situaciones de embotellamientos, caos y confusión. Por ejemplo, automovilistas que intentaron doblar en U en la esquina de Belgrano y Diagonal 9 para retomar hacia la rotonda en dirección al oeste y así evitar un recorrido de más de 10 cuadras para volver a la avenida Perón.

Los otros desvíos planificados en la zona de San José no mostraron inconvenientes. “Nosotros estamos acostumbrados a desviarnos por aquí en tiempos de la Expo y durante todo el año, para evitar los embotellamientos que se producen en los semáforos que tiene el Camino del Perú en la esquina con calle Frías Silva y en la rotonda”, ejemplificó Eduardo Carrizo, taxista y vecino de San José.

Está a favor de la remoción de la rotonda. “La situación no daba para más. Intentaron mejorar poniendo los semáforos, y fue peor el remedio que la enfermedad. Tendremos que aguantar estos meses. En algunos casos hay largas esperas en las calles de adentro”, detalló.

La obra

“Este trabajo traerá mucha tranquilidad y mejorará la circulación. Les pedimos a los vecinos mucha paciencia y previsibilidad; hay que salir un ratito antes porque hay un poco de demora en esta esquina (en la zona de la rotonda, que ahora está restringida al paso solo de este a oeste y viceversa)”, dijo Nicolás Juárez Dappe, director de Tránsito de la Ciudad Jardín.

Se estima que los trabajos se desarrollarán durante cuatro o cinco meses. Lo primero que hicieron los operarios ayer fue desactivar los semáforos y sacar los cables a los que estaban conectados. Luego, las máquinas empezaron a romper el cemento para remover la rotonda.

El proyecto propone dejar en la esquina sólo el complejo semaforizado. Se ampliará así la cantidad de carriles disponibles para el paso de vehículos de este a oeste y de sur a norte, y también el giro libre a la derecha con precaución. Estas medidas, en las horas pico, disminuirían el tiempo de espera en el semáforo. Habrá esperar hasta marzo para verlo.

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