El crimen de Luis Espinoza: “Dejaron a nuestra familia desgarrada”

La hermana de Luis Espinoza declaró en el juicio y explicó que la víctima era quien cuidaba a su madre enferma

“Le pido señor juez que haga justicia por mi hermano. Dejaron a seis hijos sin su padre, dejaron a una madre que sufre intensamente todos los días la muerte de su hijo. Luis era el único que podía estar ahí para mi mamá. Todos los demás hermanos vivimos lejos”, expresó Claudia del Carmen Espinoza, la hermana de Luis Espinoza, mientras lloraba desconsoladamente frente al juez federal Jorge Abelardo Basbús. Previamente la mujer había respondido los interrogantes de todas las partes durante el juicio.

A Espinoza lo asesinaron de un disparo el 15 de mayo de 2020 en El Melcho (Simoca), por el hecho están siendo enjuiciados nueve policías de la comisaría de Monteagudo y dos civiles. Claudio Alfredo Zelaya, uno de los imputados, pidió la palabra tras escuchar a Claudia y declaró pidiéndole a “cada uno que se haga cargo de la participación que tuvo” (ver nota aparte).

“Luis vivía para ella (su madre) y para sus hijos. El la llevaba a las diálisis, si había crecida en el río se subían al caballo y la hacía cruzar como sea para llevarla. Hace dos años que dejaron a una familia desgarrada estas personas... si se las puede llamar así”, enfatizó la hermana de la víctima.

La mujer explicó además cómo tras la muerte de Espinoza, cuyo cuerpo fue ocultado en el límite con Catamarca, en la comisaría de Monteagudo evitaron tomarles la denuncia por desaparición de persona. También mencionó que mientras pedían explicaciones un desconocido llamó aportando el falso dato de que Luis había sido internado en el hospital de Concepción. “Salimos desesperados para ahí”, indicó.

Gladys Herrera, la madre de Luis, manifestó ante el tribunal: “Él era el sostén de mi casa y también de mi salud. A diario me levanto a las 5 para viajar a Concepción. A las 7 me esperan en el centro de diálisis y me desocupo a las 13. Estoy volviendo a mi casa recién a las 15. Luis era quien me asistía, me esperaba con la comida preparada. Él nos mantenía, se iba a Río Negro a trabajar en la cosecha, hacía changas, criaba chanchos y gallinas”.

El día del hecho Herrera fue a El Melcho para ayudar a su otro hijo, Juan Espinoza, quien fue golpeado por la Policía y padece una enfermedad cardíaca. Nunca imaginó lo que había pasado con su otro hijo. Luego de declarar, la mujer terminó descompensándose.

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