SHARM EL-SHEIJ, Egipto.- Con reclamos escritos en las remeras, en las pancartas y banderas y por megáfono, decenas de jóvenes hicieron escuchar sus voces por los pasillos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
En el “Día de la Juventud y la Ciencia”, exigieron a los negociadores que aborden la cuestión de las pérdidas y los daños causados por las catástrofes que se derivan del cambio climático.
“Noticias ONU”, la página web de Naciones Unidas, reflejó testimonios respaldados por datos científicos y financieros que expusieron los activistas.
“Hay catástrofes climáticas y destrucción, y mi país acaba pidiendo prestado dinero al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial para hacer frente a las repercusiones... Nuestros países no pueden desarrollarse por los costos de la crisis climática”, dijo un joven africano durante una de las muchas protestas en el Centro Internacional de Conferencias Tonino Lamborghini, en la localidad egipcia de Sharm el-Shaik.
“Nos están robando nuestro futuro y es una injusticia”, dijo, en referencia al costo para los países que menos contribuyeron al cambio climático, pero que soportan el mayor peso del impacto, como el aumento del nivel del mar y fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes.
Países en desarrollo como Pakistán, Bangladesh y un buen número de naciones africanas se ven obligados a pedir préstamos para recuperarse de las catástrofes provocadas por el clima, y los jóvenes creen que es hora de que los grandes contaminadores paguen su deuda ecológica. “Este es un tema que se ha ido dejando de lado Conferencia tras Conferencia. El hecho de que este año estemos en un país africano es muy significativo. Es un hecho científico que los países con menos recursos económicos y sin apenas responsabilidad sobre las emisiones son los que más acaban sufriendo. Se trata de la reparación y la justicia social”, dijo el activista juvenil argentino Bruno Rodríguez.
Financiación y recursos
El llamamiento de los jóvenes fue claro: quieren que se establezca un mecanismo de financiación de pérdidas y daños que pueda proporcionar recursos adicionales y de fácil acceso para ayudar a las naciones en desarrollo a adaptarse y limitar los impactos irreversibles que cambian la vida de los jóvenes.
“No queremos préstamos; no queremos más deuda. Paguen ahora por las pérdidas y los daños”, fue el mensaje de otro activista de Filipinas.
La comunidad científica está de acuerdo con este reclamo. Así lo muestra el informe anual “10 New Insights in Climate Science” (10 nuevas ideas en la Ciencia del Clima), que sintetiza los hallazgos más apremiantes de la investigación relacionada con el cambio climático.
El documento elaborado por el Programa de Investigación sobre el Clima y apoyado por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático también destaca que muchas de estas consecuencias no pueden evitarse con medidas de adaptación y que actuar rápidamente para reducir las emisiones es una opción mucho mejor.
“El informe dice que el potencial de adaptación al cambio climático no es ilimitado y no evitará las pérdidas y daños que podemos ver ahora. Aplaudo a las partes por incluir este asunto en la agenda de la COP27”, declaró el jefe de la Secretaría de la Convención, Simon Stiell.
Sin embargo, dijo, responder por las pérdidas y los daños no exime a los países de la responsabilidad por sus emisiones. “Las acciones de adaptación no pueden sustituir a las ambiciosas acciones de mitigación [para reducir las emisiones]” subrayó Stiell.
Para los autores del informe, decenas de miles de personas están muriendo por los impactos del cambio climático en este momento. También destacaron que, en 2050, más de 3.000 millones de personas vivirán en puntos calientes de vulnerabilidad.
Otros datos del informe son las advertencias de que la migración climática, los riesgos sanitarios y los problemas de seguridad nacional están aumentando a causa del cambio climático. (Especial)