Mundial Qatar 2022: carnaval en la tarde de sábado

En la plaza Independencia la gente festejó mucho más que en las victorias anteriores.

BIEN JUNTOS. Los hinchas siempre ocupan más la calle 25 de Mayo, a la altura de las escalinatas. El festejo se extendió hasta que comenzó a anochecer. BIEN JUNTOS. Los hinchas siempre ocupan más la calle 25 de Mayo, a la altura de las escalinatas. El festejo se extendió hasta que comenzó a anochecer.

Siempre los festejos que se generan en la plaza Independencia por los triunfos de la Selección argentina son especiales. El historial de Qatar 2022 va contando tres visitas al principal paseo de los tucumanos. Cada una de las citas con la celebración va en crecimiento, igual que el rendimiento del equipo, uno de los ocho mejores de la Copa el Mundo.

Luego de la victoria ante Australia la invasión de cientos de personas, con concentración más intensa frente a las escalinatas de la Casa de Gobierno, generó una fiesta. El carnaval en la tarde del sábado, uno mucho más colorido que los anteriores, claro está, fue favorecido por ser en un día del fin de semana, pero principalmente por la ilusión que provoca el rendimiento de Argentina.

El panorama fue así: gente saltando, cantando a los gritos, entonando “La Mano de Dios” de Rodrigo, provocando ruidos ensordecedores con cornetas, silbatos y vuvuzelas, espuma que se esparcía sin importar a quién se la tiraba. Todo muy parecido a los festejos anteriores, pero más multitudinario.

“La gente necesita en momentos tan difíciles alegría. Nos agarramos de cualquier cosa para festejar”, manifiesta un señor con unos anteojos de sol que tapan su rostro desde sus cejas hasta el principio de los pómulos. “Mi nombre es Juan Pueblo”, respondió cuando se le consultó sobre como se llamaba. Obviamente, fue un juego, una broma. “En este momento estoy representando a ese pueblo que le hace falta tanta alegría”, dijo el señor que no quiso identificarse más. Él, en ese carnaval pleno, ya tenía una entidad ganada: era el dueño de la bandera más grande. No tanto como la que está izada en el mástil de la plaza, pero la diferencia que la hacía más encantadora era que se trasladaba hacia dónde la gente llevaba a Juan Pueblo. “La caña la traje desde el campo, la bandera está cocida por mí. Cuando hay viento es que se complica manejarla”, detalló el hincha.

Él asegura que tiene numerosos festejos en la plaza Independencia. No sólo relacionados con  el deporte, también aquellos que involucran al pueblo argentino en general. ¿Hay alguno inolvidable? “El que está por venir”, respondió con la esperanza de volver a la plaza el viernes en caso de un triunfo ante Países Bajos.

A diferencia del hombre que ya pisa la séptima década de vida, Uziel Paz debutó en festejos “made in plaza Independencia”. “Es la primera vez que festejamos juntos”, explicó Sergio, su papá. Uziel empezó a recibir los primeros datos que inician la tradición tucumana. “Me dijo: ‘papá vamos a la Casa Histórica’. ‘No hijo. El punto de los festejos es la Casa de Gobierno’, le conté”, explicó Sergio. El simbolismo de la plaza es máximo para los tucumanos, muestra de ello es que, al tiempo que se festejaba la victoria “albiceleste”, los preparativos para el arribo de la “Marcha del Orgullo” del colectivo LGBTIQ+ se sucedían.

Mónica Ramos, casi sin querer, también llegó a la plaza con un mensaje. “No me tienen que pagar. Es gratis”, reveló la mujer. Ramos sostenía una pancarta que exhibía a Messi con la Copa América y a su par otro jugador de la Selección. El hueco en el rostro de la silueta permitía que grandes y chicos tuvieran una foto, aunque sea de fantasía, junto al crack rosarino. “Mi hija cumplió años hace poco y es fanática de él por eso le hice el regalo para la fiesta. Así ella y todos sus amigos lo pudieran disfrutar”, comentó. “Vine en el partido anterior y tampoco cobré. No es mi intención. Es un homenaje a la humildad que Messi tiene. Él adora a los niños y esto es para ellos”, afirmó Mónica que vaticinó que un triunfo por 2 a 0 ante Países Bajos acompañará a la pancarta en la próxima visita a la plaza.

Otro que fue requerido por los más chicos fue Papá Noel. “Lo primero que me dicen: ‘¿y mi regalo?’”, contó Camilo Piñeiro. Con varias gotas de transpiración que le caían por la frente, el joven ya festejó el triunfo de México con el disfraz en la plaza. “Les falta una soberbia que no la tienen. Es por eso que siempre estamos por detrás de Brasil. Ellos tienen ese ímpetu de decir somos ganadores y punto. Lo mismo pienso que, venga el que venga nomás, que le ganamos”, desafió Papé Noel.

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