Simoca: le inmovilizaron los gallos de riña porque no pagó la cuota alimentaria

Una jueza, a pedido del abogado defensor, dejó al acusado sin una de sus principales pasiones.

INMOVILIZADOS. La jueza consideró que los animales del denunciado no podrán ser llevados afuera de la propiedad. INMOVILIZADOS. La jueza consideró que los animales del denunciado no podrán ser llevados afuera de la propiedad. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL

La Justicia ordenó inmovilizar un grupo de animales, entre ellos varios gallos de riña, ante el incumplimiento del propietario del pago de la cuota alimentaria de su hijo.

La causa se inició tras la presentación de la madre de la menor, quien advertía que a pesar de haber resoluciones confirmadas, su ex pareja se negaba a pagar los alimentos del hijo de ambos. El caso derivó en la intervención de la defensoría oficial en lo Civil y del Trabajo itinerante, representada por Agustín Acuña, y fue resuelta por la jueza Civil, de Monteros, Mariana Rey Galindo.

“El señor defensor da cuenta -en forma reiterada en este proceso- de la actitud obstinada del progenitor (N de la R: los datos filiatorios no se consignan por estar involucrada una menor) en la inobservancia de la obligación alimentaria a favor de su hijo. Una conducta, que, desde cualquier punto de vista deviene reprochable. Nada la justifica”, advirtió Rey Galindo. Y agregó que con su actitud, “vulnera el derecho del hijo a un nivel de vida adecuado e impide la máxima satisfacción de sus derechos, al tiempo que configura evidentes actos de violencia económica y patrimonial toda vez que, tienen como finalidad impedir la percepción económica provocando así una privación y menoscabo de los derechos humanos del menor, de quien su madre ha asumido su cuidado y atención cotidiana (...) incumplimiento que afecta el bienestar social, físico, psicológico y económico del menor y de su madre”. 

Por esto, la jueza advirtió: “No puedo soslayar que comportamientos como el que advierto en este proceso, caracteriza, sin lugar a dudas, la violencia económica hacia el menor. Inaceptable. Por el contrario, es mi deber (como expresión del Estado) promover su dignidad humana y su bienestar general”.

Luego de esas justificaciones, Rey Galindo le ordenó al juez de Paz de Simoca que se presentara en el domicilio del demandado y que constatara la presencia de animales de riña, de peleas o carreras clandestinas, así como otros animales de granja. 

“Detalle cantidad y tipo de animal que se encontrare en el lugar, el estado y la condición de cada uno. Para el hipotético caso de sospechar que alguno de esos animales pudiera considerarse en riesgo de maltrato deberá labrarse acta en duplicado en la se identifique cada ejemplar de animal y los detalles a los que pudieren ser sometidos”, además de adjuntar fotografías de cada uno. 

Además ordenó que todos los animales quedaran en el lugar, sin ninguna posibilidad de poder trasladarlos. De esta manera evita que el acusado pueda seguir participando en riñas de gallo o carreras cuadreras. 

También se avanza en la posibilidad de secuestrar otros bienes, como autos o motos, para poder rematarlas y de esa manera tratar de saldar la deuda con su propio hijo.

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