Cómo festejaron los tucumanos las cinco finales que disputó Argentina

Un paso, solo eso. Argentina venció a Croacia y afianzó el sueño de todo un pueblo. La Selección jugará el domingo su sexta final de un Mundial e intentará cuando enfrente a Francia o a Marruecos, sumar su tercera corona mundialista. Este es el momento para recordar cómo vivieron los tucumanos esos duelos históricos.

De la primera, disputada el 30 de julio de 1930, casi nadie se acuerda. “Perdimos con Uruguay en un partido muy precario, como fue todo el primer Mundial que se disputó”, explicó Hugo Guerra, docente jubilado. “Más que una derrota fue un baile. Los ‘celestes’ en esos tiempos eran potencias”, añadió el hombre de pelos blancos.

La campaña de la Selección en ese certamen, en la que participaron 13 equipos porque los europeos no querían jugarlo, fue arrolladora. En la primera fase derrotó a Francia 1 a 0, a México 6 a 3 y a Chile 3 a 1. En semifinales venció categóricamente a Estados Unidos por 6 a 1. El duelo decisivo lo disputaría con Uruguay, que había derrotado a Yugoeslavia (ya desaparecida como país) por 6 a 1.

La final se disputó el 30 de julio en el estadio Centenario ante 90.000 personas, lo que marcó todo un récord en materia de asistencia de público. De ese duelo quedaron muchas anécdotas por contar. El árbitro belga John Langenus amenazó con suspender el encuentro si es que las autoridades no tomaban los recaudos necesarios para evitar excesos de la multitud. Después hubo problemas con el balón, ya que los capitanes de ambos seleccionados pretendían jugar con el suyo. Hay dos versiones sobre cómo se solucionó el conflicto. Una asegura que el juez decidió hacer un sorteo y terminó siendo elegido por la suerte el argentino. La otra, que se disputó el primer tiempo con una pelota y el segundo, con la otra.

En lo que se refiere a lo estrictamente futbolístico, Uruguay fue una aplanadora y derrotó por 4 a 2 a Argentina. El equipo local se puso en ventaja con el tanto de Pablo Dorado. La Argentina lo dio vuelta con los goles de Carlos Peucelle y Guillermo Stábile, pero no pudieron evitar la remontada del combinado dueño de casa que venció con las anotaciones de Pedro Cea, Victoriano Santos Iriarte y Héctor Castro. “Mi abuelo me contó que los dueños de casa eran muy superiores. Que nuestra Selección poco pudo hacer para evitar la paliza”, explicó Esteban Medrano.

El primer festejo

Los argentinos tuvimos que esperar casi medio siglo para volver a tener la oportunidad de levantar la Copa del Mundo. Después de décadas de fracasos, el Mundial se disputaba en el país en medio de una cruel dictadura. “Eran tiempos muy difíciles. Los militares usaron el torneo para tratar de limpiar su imagen, pero no lo consiguieron”, relató Francisco Juárez.

En la fase clasificatoria, el equipo dirigido por César Luis Menotti venció a Hungría 2 a 1, a Francia 2 a 1 y perdió con Italia 1 a 0. La Selección terminó segunda en su zona y llegó a la segunda fase del certamen que también se disputaba en formato de grupos. En esta instancia derrotó a Polonia 2 a 0, empató con Brasil 0 a 0 y goleó a Perú por 6 a 0, con lo que clasificó a la final del certamen.

“Esos días todo el mundo estaba eufórico. Medios internacionales hablaban que los militares les habían pagado a los peruanos para que se dejaran vencer por goleada para que Argentina llegara a la final. Aquí nadie decía ni una palabra. Después con los años hubo un intenso debate, pero la verdad nunca salió a la luz”, recordó Esteban Medina.

El duelo decisivo lo disputó con la poderosa Holanda (hoy Países Bajos) que era conocida como “La Naranja Mecánica”. Argentina se puso en ventaja con el tanto anotado por Mario Alberto Kempes a los 37 minutos del primer tiempo. El complemento se jugó con los dientes apretados y casi no hubo situaciones de gol. En el complemento, cuando nadie lo esperaba, Dick Nanninga, con un certero cabezazo, marcó la igualdad. En tiempo suplementario, Kempes volvía a poner en ventaja a la Selección y Daniel Bertoni cerraba el marcador.

“La provincia fue una locura. En medio de tantas cosas malas, el pueblo volvió a tener la oportunidad de juntarse en la plaza Independencia. No recuerdo haber visto a tanta gente celebrando como ese día. Cómo olvidarme del ‘Gorila’ paseando por el medio de la multitud”, explicó Marcos Fernández.

“La Mano de Dios”

Diego Armando Maradona, a último momento, fue desafectado de la lista para disputar, con sus 17 años, el Mundial de Argentina. Sí fue incorporado al de España 1982, pero no tuvo una buena actuación y hasta vio la roja en el duelo con Brasil. Los argentinos estaban esperanzados que México 1986 fuera el torneo del mejor jugador del mundo. Y fue así porque no existía ni la más mínima confianza en el técnico de la Selección Carlos Salvado Bilardo. “Fue increíble. A días del torneo los resultados no aparecían y todos querían que se cambiara al entrenador. Se dijo que hasta el presidente (Raúl) Alfonsín pidió que lo sacaran, pero hubo un hombre que lo bancó a muerte: Julio Grondona”, explicó Esteban Lazarte.

En el campo, el equipo del “Narigón” fue silenciando todas las críticas y por eso no sorprendiió que los simpatizantes colgaron una bandera con la célebre frase: “Perdón Bilardo”. Argentina, en la fase de grupos, venció a Corea del Sur 3 a 1, empató con Italia 1 a 1 y venció a Bulgaria por 2 a 0. En tanto que en octavos, derrotó a Uruguay por 1 a 0. En cuartos, en el partido de “La Mano de Dios” y de una obra de arte maradoniana, derrotó a Inglaterra por 2 a 1. En las semifinales dejó en el camino a Bélgica, al vencerlo por 2 a 0.

La final la protagonizó con Alemania. Argentina se puso en ventaja con los goles de José Luis Brown y amplió con el tanto de Jorge Valdano. Se descuidó en los últimos minutos y los germanos igualaron con los tantos de Karl-Heinz Rummenigge y de Rudi Völler. Cuando parecía que el encuentro terminaría en tiempo suplementario, con otra gran asistencia de Maradona, Jorge Burruchaga convirtió el tanto de la victoria.

“No puedo explicar lo que sentíamos en ese momento. Creo que este Mundial fue diferente porque lo ganamos sin sufrimientos, de punta a punta, con un Maradona iluminado que llenó de fútbol nuestros ojos. Y se lució nada menos que contra los ingleses”, destacó Mario Pérez. “La algarabía de la gente tenía una sola explicación: estábamos viviendo momentos muy difíciles y necesitábamos un triunfo de estas características. Por ese motivo, la plaza volvió a explotar”, añadió el docente.

Un duro golpe

Cuatro años después, Argentina fue a Italia 1990 a defender el título que había conseguido en México. Bilardo seguía siendo el técnico que mantuvo la base del equipo campeón. Otra vez Maradona llevaba la bandera de la ilusión de todo un país.

Futbolísticamente la Selección fue bastante irregular. En la primera fase, perdió con Camerún 1 a 0, derrotó a la ex Unión Soviética 2 a 0 y empató con Rumania 1 a 1. Clasificó como mejor tercero y en octavos de final enfrentó a Brasil, al que venció por 1 a 0. Después surgieron las manos del arquero Sergio Goycochea para atajar los penales contra Yugoeslavia (terminaron 0 a 0 en cuartos) y contra Italia (el cotejo terminó 1 a 1).

“Esa fue uno de los campeonatos más celebrados por los tucumanos por todas las cosas que sucedieron en el medio. Una de ellas, fue ver a Maradona reaccionando luego de ver cómo los italiano silbaban cuando cantaba el himno”, rememoró Luciana de Aráoz.

Y después la tan ansiada final, otra vez con la poderosa Alemania. La Selección llegó con varias bajas y terminó perdiendo por 1 a 0 con un gol de un polémico penal convertido por Andreas Brehme. “Lo mismo se llenó la plaza. Hubo tantas injusticias en el torneo para Argentina que los tucumanos celebraron como locos en la plaza”, explicó Felipe Duarte.

El penúltimo sueño

El último recuerdo se registró hace poco más de ocho años. Brasil, muy cerca de casa, fue escenario del Mundial 2014. El equipo que dirigía Alejandro Sabella tenía a Lionel Messi como el conductor de un sueño. En la fase de grupos derrotó a Bosnia y Herzegovina por 2 a 1, a Irán por 1 a 0 y a Nigeria por 3 a 2. En octavos dejó en el camino a Suiza (1-0), en cuartos a Bélgica (1-0) y en semifinales a Países Bajos (0-0 y 4-2 en los penales). Por tercera vez consecutiva, el rival de la final fue Alemania. En un durísimo encuentro, los germanos volvieron a vencer. Fue 1 a 0 con gol de Mario Gotze.

“Cómo querés que me olvide. Estuve en Brasil, no tenía entradas, pero lo mismo estuve haciendo el aguante. Fue una lástima que no levantamos la Copa del Mundo. Merecíamos hacerlo por todo lo que hizo el equipo”, comentó Andrés Cabeza.

Luis García casi lloró al recordar lo que pasó en ese certamen. “Tenía todo para ir, pero se enfermó mi abuelo y tuve que quedarme. Terminó falleciendo en medio del torneo. Le prometí que festejaría el campeonato con él en el cementerio, pero no se dio. Ahora estoy seguro que podré cumplir con la promesa”, finalizó.