El desempleo baja, pero más tucumanos demandan otro trabajo

Según el Gobierno, la tasa de desocupación es la más baja en siete años para un tercer trimestre del año. Unos 107.000 ocupados tucumanos salieron a buscar más ingresos

Unos 27.000 personas que residen en el Gran Tucumán-Tafí Viejo tuvieron problemas para insertarse en el mercado laboral al cierre del tercer trimestre del año, cuando las actividades productivas locales terminan su molienda. Representan el 6,7% de la población económicamente activa, lo que implica que, en la comparación interanual, la tasa de desocupación se redujo 2,6 puntos porcentuales. Esa reducción implica que hay 10.000 personas desempleadas menos que hace un año. A su vez, Tucumán fue el cuarto aglomerado (de 32) que más redujo el desempleo y fue la que presentó el mejor indicador cuando se compara con el NOA (el único distrito de la región que redujo el desempleo), según el Observatorio de Empleo, Producción y Empresas de Tucumán, dependiente de la Secretaría de MiPyME y Empleo.

Además, es el índice más bajo en siete años para el período agosto a octubre. En el tercer trimestre de 2015 había sido del 5%, según la serie histórica disponible en el sitio de la Dirección de Estadística de la Provincia.

El gobernador interino, Osvaldo Jaldo, señaló que la reducción del desempleo marca el esfuerzo conjunto entre los sectores público y privado para recuperar los empleos perdidos durante la pandemia de la Covid-19. “Esto también ha sido posible por la recuperación que evidenciaron algunos sectores como la construcción y hoteles y restaurantes en cuanto a la generación de empleo a pesar de los problemas macroeconómicos del país”, destacó el mandatario a LA GACETA.

A nivel nacional, la desocupación alcanzó en el tercer trimestre un 7,1%, con los que disminuyó en forma interanual un 1,1% respecto de igual período del año anterior y subió un 0,2 puntos porcentuales en la comparación con junio último, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Según los datos difundidos por el organismo que dirige el economista Marco Lavagna, la cantidad de desocupados en los 31 aglomerados relevados llega a 989.000 personas, lo que significó una baja de alrededor de 150.000 respecto de los 1.130.000 de la medición de un año atrás. Si se extrapola la tasa de desempleo a la población total alrededor de 3,2 millones de personas no tienen trabajo en el país, mientras que alrededor de 5 millones están subocupados o con un empleo precario.

En la población de 14 años y más, la tasa de desocupación fue de 7,8% para las mujeres, y de 6,5% para los varones. Al analizar la población ocupada por nivel educativo, más de la mitad de las personas ocupadas (60,2%) cuenta con hasta secundario completo, mientras que el 39,9% posee estudio superior y universitario (completo o incompleto). Asimismo, continuó el Indec, en lo que respecta a la calificación de la ocupación principal, el 53,3% corresponde a un empleo operativo; el 17,8% a calificación técnica, el 18,7% a no calificado; y 9,2% a profesional.

La otra cara

De acuerdo con el diagnóstico del Observatorio de Empleo de la provincia, en el tercer trimestre de este año la Población Económicamente Activa (PEA) aumentó en 9.000 personas (unos 3.000 que dejaron de ser inactivos más otros 6.000 que se agregaron a la población general). “Esto hace que la tasa de actividad pase del 43,4% al 44,1%”, puntualiza el informe al que accedió nuestro diario.

La información difundida por el Indec, no obstante, muestra otra realidad cada vez más profunda en el mercado laboral: si una familia depende de un salario es probable que no pueda superar el límite de ingresos para no caer en situación de pobreza. En ese sentido, en el Gran Tucumán-Tafí Viejo, donde residen 376.000 ocupados, unos 107.000 son demandantes de empleo, es decir, busca activamente otro puesto para mejorar sus ingresos mensuales. En la comparación interanual, hubo un aumento de 9.000 ocupados que salieron a buscar otro trabajo para sustentar los gastos mensuales de su grupo familiar.

A nivel nacional, el 72,5% de la población ocupada es asalariada, y el 37,4% de esta no cuenta con descuento jubilatorio. Por otra parte, el 23,5% trabaja por cuenta propia, el 3,5% pertenece al sector patronal y el 0,5% trabaja en el ámbito familiar sin remuneración. Tanto los informales como los cuentapropistas están más expuestos a la precariedad del mercado laboral y a la pérdida de poder adquisitivo por efecto de la inflación. “Para mantener la misma canasta de consumo, los ocupados tienen que buscar otro empleo para seguir sosteniendo su nivel de vida”, indicó Daniel Abad, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales del NOA (Cesnoa). “Otra realidad es que muchos no tienen acceso a grandes supermercados y/o con las tarjetas recargadas compran en negocios de cercanía, donde la inflación hace estragos. Por eso no le queda otra que salir a buscar otro trabajo”, puntualizó el consultor. Paralelamente, en el caso específico de Tucumán, hay otro factor que Abad remarcó: la finalización de las zafras azucarera y citrícola, que salen a buscar empleos interzafra, algo que no sucede en otros distritos del país.

La carrera perdida

Los datos que se derivan de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del tercer trimestre del año dan cuenta que la desocupación en el aglomerado del Gran San Miguel de Tucumán tuvo un descenso en relación a la del año pasado, cuando fue del 9,3%. Según el economista Eduardo Robinson, este dato “llama la atención, ya que no hay una atracción de inversiones en la economía que justifique tal descenso”. En todo caso, el consultor estima que la expansión de puestos puede haber sido dado desde el sector público.

Otro dato, que refleja los efectos que ocasiona la elevada inflación es que se verifica un incremento en los Ocupados Demandantes de empleo. “Es claro, que a las personas empleadas les resulta insuficiente un empleo, porque se elevó el costo de vida. Con una tasa de inflación al borde del 100% se licúa el poder de compra”, dijo Robinson, en consonancia con lo expuesto por el titular del Cesnoa.

Robinson recordó que el salario viene perdiendo con respecto a la inflación. “Los bonos y los aguinaldos y la fuerte inyección de recursos monetarios provocan efectos efímeros en esa recomposición salarial”, advirtió.

A su criterio, la mejor forma de recuperar el poder de compra es bajando la inflación. “Es lenta la generación de puestos de trabajo en el sector privado en relación con la oferta de empleo. Los porcentajes de desocupación, también son engañosos al considerar los llamados planes sociales”, continuó el consultor. El economista, finalmente, expresó que, sin mejoras en la inversión, la creación de puestos de trabajo está muy condicionada y su productividad es baja, lo que se refleja en los bajos niveles salariales sumado a una elevada inflación.

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