Polémica en España con la Ley “Solo sí es sí”

Hace menos de un año relatábamos cómo cambió la historia en España luego del caso conocido como “La manada”: un grupo de varones que violó a una mujer durante las fiestas de San Fermín en Pamplona. A raíz de este caso, en mayo de 2022, el parlamento español aprobó una Ley -de Garantía Integral de la Libertad Sexual- que busca incorporar la figura del consentimiento sexual. Antes, en casos de violencia o agresión sexual y violación, la Justicia dependía de que hubiera pruebas de violencia, resistencia o intimidación para decidir si se había producido una agresión sexual.

En medio del juicio a “La manada” comenzaron a filtrarse las declaraciones de los protagonistas, especialmente de la víctima: “Estaba totalmente en shock, no sabía qué hacer, quería que todo pasara rápido y cerré los ojos para no enterarme de nada”, afirmó la joven violada. Ese fue el comentario que disparó el debate sobre el consentimiento y que se convirtió en Ley en 2022.

“Desde que comenzó a aplicarse, una quincena de agresores condenados con la legislación antigua han obtenido una rebaja automática en sus penas, entre ellos un hombre que abusó sexualmente de su hijastra de 14 años. Tres de ellos han sido excarcelados”, publicó en el mismo artículo la BBC. “El cambio en el régimen jurídico no incluyó una disposición transitoria para acotar los casos susceptibles de revisión de la pena, una especie de reglas que establecen el paso de un Código al otro. Esta es una disposición que suelen adjuntar las nuevas leyes que modifican el Código Penal español”. La principal modificación en esta Ley es que toda interacción sexual sin consentimiento se considera una agresión sexual. “Sin embargo, esta refundición de conductas también ha ampliado el rango de las penas que se aplican a estos comportamientos, que pueden ser muy distintos. En algunos supuestos, las penas mínimas y las máximas son más bajas (cuatro años contra los seis anteriores como mínima y 12 años como máxima). Esto ha sido aprovechado por los abogados de algunos condenados, que tienen derecho a que su pena se adapte a la nueva ley si esta les resulta más favorable”, explicó la BBC.

Irene Montero, ministra española de Igualdad, se expresó en sus redes sociales contra la Justicia: “el problema radica en que hay jueces que no están cumpliendo con la ley por ´machismo´”, dijo solicitando que se intensifique la formación en igualdad en el sistema judicial. Los jueces aseguran que ellos mantienen un compromiso con las víctimas, pero que la nueva ley puede dar lugar a interpretaciones. Indicaron también que ya habían advertido que esto sucedería en un informe.

Mientras gran parte de la Justicia española pide la renuncia de la ministra de Igualdad, otros solicitan abordar una reforma o –tal como lo dijo el presidente del gobierno, Pedro Sánchez- que jueces y fiscales unifiquen la doctrina al respecto.

La ley se conoce como de “solo sí es sí“ por uno de sus postulados más importantes y, a la vez, más polémicos: la del consentimiento antes de cualquier agresión sexual.

“Solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona”, expone el texto legal. Esto supone que una agresión sexual no implica necesariamente el uso de la fuerza o que la víctima haya tratado de resistirse. Entre otros delitos, la norma castiga el acoso callejero y la violencia sexual digital.

“La mayoría de jueces están aplicando la ley de manera correcta, sin rebajar las penas. Pero una minoría decide rebajar penas a agresores sexuales. Esto ha generado una preocupación que compartimos y un debate político sobre si debemos mantener el consentimiento en el centro del Código Penal o debemos volver al modelo anterior basado en la intimidación”, expresó la ministra de Igualdad española en sus redes sociales y continuó: ¿Qué supondría volver a la pregunta: ´¿te resististe?´; y no mantener lo que conquistamos miles de mujeres: ´¿consentiste?´”.

“El modelo del consentimiento sostiene que las mujeres no tengamos que probar que nos hemos resistido o que se ha ejercido violencia contra nosotras para que lo que vivimos sea calificado por el Código Penal como lo que es: una agresión sexual. Volver al esquema penal basado en la violencia e intimidación supone seguir situando sobre las espaldas de las mujeres la responsabilidad de las agresiones sexuales que sufren. Si te has quedado en silencio, si habías tomado alcohol, si no te resististe lo suficiente, quizás es que no era una violación. O como han llegado a decir unos jueces en este país, por ejemplo, en la sentencia de ‘La Manada’: ‘- había fiesta y estabas disfrutando en realidad´”, expresó la ministra sobre la polémica que se generó debido a las decisiones de los jueces de rebajar penas y explicando que, en España, solo el 8% de las mujeres que sufren violencia sexual realizan la denuncian.

“Es decir, es un esquema penal que produce impunidad para los agresores y perpetúa el silencio y la normalización de las violencias sexuales”.

¿Qué trajo la Ley Sí o Sí que el colectivo feminista busca defender a capa y espada? “La ley vino a darle la vuelta a este modelo. A partir de ahora todo acto sexual sin consentimiento es considerado agresión sexual. La ley no solo pregunta a las víctimas, sino también a los agresores’. A la víctima ya no le preguntamos si se resistió. La pregunta para la víctima es: ‘¿consentiste?’. Si no lo hiciste, hay agresión sexual. Y, para el agresor, la pregunta es: ¿te aseguraste de que haya consentimiento?, ¿te aseguraste de que ambos querían participar de esa relación sexual?. Si no es así, hablamos de una agresión sexual”, concluyó en su explicación Irene Montero.

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