Propuestas: bebidas frías con café
Es una de las infusiones más nobles que hay. Y aunque parece que el café sólo puede (y debe) debe beberse caliente, existen mil y un formas de prepararlo frío. De hecho, su sabor, su textura y sus notas cambian al contacto con agua a bajas temperaturas. Te traemos algunas recetas que te van a cambiar la vida
Un cold brew para los más exquisitos
Café frío de especialidad
Los que saben dicen que el Cold Brew es el mejor café infusionado en frío. Lo que sucede es que el contacto de los granos con el agua fría produce el destaque de otro tipo de notas sensoriales; son menos ácidas y menos amargas. Pero esta preparación no es para impacientes: el café debe infusionarse entre 8 y 24 horas, y esa es una de las claves para que su sabor sea único: el resultado es más suave, más dulce y con aromas muy distintos. Pero con más cafeína. Para prepararlo no necesitás nada del otro mundo: café en grano recién tostado (molido medio-grueso) y agua, preferentemente de calidad. Se recomienda que la proporción sea 1:4, es decir: cada 250 gramos de café, un litro de agua mineral. Luego de mezclar ambos ingredientes, deberás dejar la preparación a temperatura ambiente, en un lugar fresco y seco entre 8 y 24 horas (con estos calores podés dejarlo en la heladera menos tiempo). Más tarde, tenés que filtrar la preparación y pasarlo a una jarra o botella hermética. Y eso es todo. ¡Ya podés probarlo!
Infusión con aromas
Con un toque de canela, jengibre y nuez
Aunque algunos no lo sepan, el café es una infusión muy noble, que puede ser mezclada con una infinidad de productos. De por sí, sus granos ya tienen ciertas notas que lo caracterizan, y que asemejan su aroma y su sabor con algo que tenemos en nuestra memoria. Pero, por supuesto, para agregarle algo nuevo (y un poco más identificable) podés prepararlo con otros sabores. Te proponemos un café aromático muuuy fácil y rápido: en una cafetera poné café molido, un poco de nuez moscada rallada, unos trozos de jengibre y una rama de canela. Luego, agregá agua a gusto y dejá reposar al menos, por 10 minutos. Una vez que esté listo, pasá la infusión a un vaso con hielo y esperá al menos un minuto para consumir.
Frappe
Rápido y helado
Esta es una alternativas que nunca falla, ya que tiene un buen equilibrio entre dulce y amargo. Para prepararlo necesitás 375 ml de café frio, 500 ml de leche semidescremada, 3 cucharadas de chocolate líquido, 2 cucharadas de azúcar y hielos. Para prepararlo vas a necesitar una licuadora: allí volcás todos los ingredientes y licuás hasta conseguir una consistencia de frappe.
Otra opción es el frappé Oreo, que tanto se ha difundido en el mundo: para este vas a necesitar 2 tazas de leche, media taza de café, media taza de chocolate líquido, una taza de hielo y algunas galletas oreo.
La preparación es la misma: licuás todo (menos las galletas) hasta que tenga consistencia de frappe; cuando esté listo, agregás las galletas y licuás todo unos segundos más. ¡Listo para disfrutar!
Cóctel para degustar
Potente, para los paladares más exigentes
Por supuesto que el café también puede mezclarse con alcohol. De hecho, esta infusión es utilizada desde hace mucho tiempo por los baristas en sus preparaciones. Te proponemos un rico cóctel de café, receta del barista ucraniano Artem Bakurov. Se llama “belleza de bosque”: para armarlo necesitás hielo, 30 ml de puré de frutos del bosque (sin semillas), 30 ml de vermut dulce, 20 ml de gin, 50 ml de jugo de lima (puede reemplazarse por limón), 25 ml de almibar y 2 shots de espresso. La preparación es simple: tenés que mezclar el vermut y el jugo de limón con las frutas. Más tarde, agregás el almibar y por último el gin y los shots de espresso. Luego, tenés que revolver todo y servirlo con bastante hielo. Con estas medidas alcanza para dos personas.
Refrescante café tonic
Tendencia en los últimos años
No, no esta bebida no lleva alcohol. Se trata de una reversión del tradicional gin tonic, perfecta para estos días calurosos, o para usarlo como un digestivo. Para prepararlo sólo vas a necesitar café, agua tónica, hielo y alguna fruta cítrica. Este trago combina la amargura del café con el dulzor y el sabor cítrico de los otros elementos creando un sabor único. Lo primero que tenés que hacer es preparar tu café y dejarlo enfriar (es mejor si se usan cafés para Cold Brew). Luego lo ponés en una taza. Más tarde, tenés que ir agregando el agua tónica con una cuchara, por dos cuestiones: 1) para que no pierda el gas y 2) para que los dos líquidos no se mezclen de entrada (la presentación es importante). Finalmente, podés agregarle con cuidado la piel de una naranja, la cáscara de un limón o una cereza.
Por supuesto, también podes agregarle un toque de gin, pero esa ya es otra historia.