Yerba Buena: una réplica a menor escala del tablero político provincial

Cinco candidatos a intendente cruzaron acusaciones y esbozaron algunas propuestas en el inicio del ciclo de debates de LA GACETA.

LA GACETA/FOTO DE JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI LA GACETA/FOTO DE JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI

Algunos chispazos, mucho trabajo “premoldeado” y una réplica, en menos escala, del tablero político tucumano. Anoche, cinco candidatos a intendente de Yerba Buena expusieron sus propuestas en una nueva edición del ciclo de debates organizado por LA GACETA.

A lo largo de las casi tres horas de programa, el oficialista local Pablo Macchiarola (Juntos por el Cambio) debió sortear los embates del resto de los postulantes presentes en el estudio: Marcelo Albaca (Frente de Todos); Gonzalo Cisneros (Fuerza Republicana); Guadalupe Anfuso (Libres del Sur;) y Myriam Sacur (Frente de Izquierda).

Por momentos, el elegido por el intendente saliente, Mariano Campero, se refugió en los números de una gestión de ocho años y, por otros, apeló a la chicana para distraer del foco al peronista Albaca, su principal inquisidor en el estudio de LG Play.

En algún momento, además, los cruces parecieron circunscribirse a dos viejos vecinos que se conocen demasiado. Macchiarola le reprochó a Albaca su papel al lado del ex intendente Daniel Toledo, entre 2007 y 2015. Y el actual concejal, algo incómodo, le reclamó que hablara de su gestión y buscó distanciarse de aquel mandato.

Cisneros, concejal del bussismo en la “Ciudad Jardín”, optó por mantener la línea discursiva de su candidato a gobernador, Ricardo Bussi. Apeló a la lucha contra la inseguridad, al rol del municipio y a usufructuar la figura nacional de Javier Milei. En algunos tramos, además, se mostró a tono con Albaca, su colega en el Concejo Deliberante local, e incluso consustanciado en el propósito de incomodar al oficialista Macchiarola.

Sacur, dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores, apeló a la suavidad expresiva para apuntalar las ideas duras del Frente de Izquierda en una ciudad siempre difícil para su electorado. En el medio quedó la representante del Frente Amplio, Guadalupe Anfuso, la única “novel” de la contienda de anoche. Entre el nerviosismo propio y la dificultad para instalarse entre los gritos de sus rivales, la joven sicóloga apostó a colar en el debate una agenda más vinculada a lo social.

Las propuestas más vinculadas a las tareas del municipio cedieron ante la fagocidad del debate sobre asuntos más generales, como la posibilidad de que la Guardia Urbana yerbabuenense porte armas electrónicas para combatir el delito en las calles. Medida que, indefectiblemente, requiere de una normativa provincial que involucre a todos los gobiernos locales.

Sí, en cambio, hubo coincidencias generalizadas en cuanto a las falencias que presenta la provisión de agua y de cloacas en Yerba Buena. No obstante, las discrepancias volvieron a surgir a la hora de evaluar las responsabilidades.

Alrededor de 65.000 ciudadanos están habilitados para votar en Yerba Buena el 14 de mayo, lo que convierte a ese municipio en el segundo más importante de Tucumán. Cinco candidatos intentaron mostrar sus propuestas y se preocuparon demasiado por evitar los embates de sus rivales. Fue el calentamiento previo que necesitaba el proceso electoral para comenzar el partido.

Comentarios