Luego de un año malo, el garbanzo se prepara para su revancha, en la provincia y en la región

El cultivo de garbanzo es una alternativa muy válida para el invierno en la provincia. Técnicos, instituciones de investigación y productores trabajaron arduamente para que así sea, y lograron, además, incorporar el coriandro y la lenteja como cultivos de invierno. Con esto tenemos una paleta de cultivos invernales que acompañan al trigo desde el 2004”, dijo el asesor privado y ex técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) Oscar Vizgarra.

Precisó que los trabajos se remontan a unos 20 años atrás, cuando se comenzó con ensayos y se logró, en el primer año, que los productores incorporen a su producción unas 4.000 hectáreas de garbanzo. “Los productores se fueron animando hasta llegar a 2011 con unas 30.000 hectáreas, todo un récord. Pero a partir de ahí se dieron altibajos, por efectos de las sequías y de la falta de semilla. Actualmente es un cultivo que ya se instaló en la provincia y en la región”, destacó Vizgarra.

Alternativa

Explicó que el garbanzo fue tomado por el productor debido a que vio otra alternativa invernal para diversificar su producción, pero con futuro, a raíz de que su aporte proteico es importante en el consumo humano y de que las legumbres, en general, ya son más buscadas por el consumidor en el mundo, con una gran demanda y en el país que crece de a poco. “Pero se debe trabajar mucho para que el consumidor conozca los beneficios de consumir legumbres y las incorpore a su dieta diaria”, señaló el especialista.

La necesidad alimenticia es cada vez mayor y las legumbres, como proteínas vegetales son muy válidas. La tendencia es alimentarse mejor; y el consumidor empieza a elegir este tipo de proteína, por lo que la incorporación del productor a sembrar estos cultivos es cada vez mayor. “Si nos referimos al cultivo propiamente dicho podemos decir que el año pasado fue complicado para el garbanzo, porque no hubo humedad en el suelo y no se cumplía el requerimiento de tener unos 200 mm acumulados de agua en el perfil, situación que hoy se cumple. Se sumó a que el año continuó muy seco y helado, por lo que el cultivo sufrió mucho y se obtuvo una mercadería de muy mala calidad y cantidad. Fue un mal año en el país y en Tucumán”, dijo.

Este año la situación es otra. Las lluvias que aparecieron a partir de marzo, por lo cual empezó mejor y el productor sembró más y en mejores condiciones, tanto en el NOA como en Córdoba.

“El problema es que no había semilla propia y salió a buscar semilla, que se consiguió bastante cara, Además se sembró con una ventana un poco más amplia al desocuparse lotes de soja que se venían trillando de manera tardía, con los problemas que significa sembrar hasta este mes”, explicó Vizgarra.

Precisó que la planta acorta su ciclo, queda chica porque los entrenudos no crecen y quedan cortos y la producción en definitiva es muy baja. “Igualmente, hubo siembras realizadas en tiempo y forma; y hoy están muy buenas. Siempre es recomendable no sembrar tan tarde y hacerlo si se puede no más allá de fines de mayo”, puntualizó el especialista.