"Fullero", "traidor", "ventajero": cuando el metamensaje se vuelve un arma de destrucción política

La virulencia verbal de los candidatos tomó un cariz extremo, con acusaciones de traidores, fulleros, ventajistas y otros epítetos. Todo esto en un marco de desconfianza general.

CLIMA OFICIALISTA. La precandidatura presidencial de Massa está condicionado por Alberto y por Cristina.   CLIMA OFICIALISTA. La precandidatura presidencial de Massa está condicionado por Alberto y por Cristina.

Ventajero. Fullero. Oportunista. Traidor. Afano. Destrato y otros términos. Cada palabra sube la espuma de una campaña electoral rumbo a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorios (PASO) que expone no sólo la más cruda de las diferencias dentro de las coaliciones, sino también que la unidad en el oficialismo está pegada con curitas. Son metamensajes que se envían a un público objetivo que se convierte un oxímoron (combinación de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido) de contenidos antagónicos, indica a LA GACETA el analista político Cristian Buttié. En el caso del peronismo, puntualiza el director de CB Consultora de Opinión Pública, el término traición, que dominó el período previo y posterior a las definiciones de la candidatura, cobra más relevancia, porque si hay algo que ese partido pondera, como valor fundamental del movimiento, es la lealtad. “Aún así, aquellos metamensajes que expresan dirigentes como Cristina Fernández de Kirchner, el propio Alberto Fernández, Daniel Scioli o Victoria Tolosa Paz, entre otros, forman parte de la nueva normalidad política y una dialéctica de interpretaciones simples (relato)”, remarca el consultor. Tanto es la confusión que, en el caso del oficialismo gobernante, “la puesta en valor de Alberto Fernández es aquel oxímoron con el que se lo recordará como un presidente para el olvido”, destaca.

De esa manera, continúa Buttié, aquel desorden se profundiza tanto en el oficialismo como en la oposición. En este último caso, en las últimas horas se afianzó la puja dentro de Juntos por el Cambio entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. “El modelo de Patricia Bullrich es como el de (Mauricio) Macri y fracasó”, declaró el jefe de gobierno porteño. “Hay límites en una campaña. Es un ventajero total, no puede decir algo así de quien fue su jefe político durante tanto tiempo. Me parece muy deleznable”, contestó la ex ministra de Seguridad.

La clásica grieta

Traidor y fullero son dos términos clásicos en la política. Así como el ventajero que Bullrich le propinó a Rodríguez Larreta. La grieta está más viva que siempre dentro de los espacios políticos y no sólo con el contrincante electoral de turno, sino también en el corazón mismo de los frentes, donde los pactos de “caballerosidad” han pasado a un segundo plano. “Este tipo de conductas no hace más que medir de qué lado está tal o cual dirigente, con aquella vieja lógica de amigo-enemigo, tal como lo desarrollara el pensador alemán Carl Schmidt”, afirma a nuestro diario Julio Burdman, director de Observatorio Electoral Consultores. Más cercanas están las pujas de leales y traidores tan típicas entre peronistas, radicales, conservadores y la vieja izquierda para trazar una línea que divide entre aliados y enemigos, expresa el doctor en Ciencia Política.

Burdman recordó que, en esta línea, durante la presentación de su libro, el diputado y economista Javier Milei trató de traidor al economista Ricardo López Murphy por su pase a las filas de Juntos por el Cambio. “¿Qué liberal puede ser un tipo que aboga por el robo a los argentinos de bien? Un delincuente, un traidor, por eso se pasó a las filas de Juntos por el Cambio”, dijo en aquella oportunidad el candidato presidencial del liberalismo. Burdman considera que se trató de la exteriorización de su deseo de integrar un espacio común con López Murphy y no estaba en su mente que se pase a las filas de Juntos por el Cambio.

Toda esta situación, puntualiza el consultor, se resalta porque la política se encuentra en un momento de definiciones de los límites de cada espacio. “Hoy no podemos definir, a ciencia cierta, quién es quién y dónde está parado cada uno de los candidatos. Por eso resurge, a flor de piel, estas cuestiones de enfrentamientos entre sí y respecto del otro”, acota el director del Observatorio Electoral.

Aquel apelativo de “fullero” esgrimido por la vicepresidente de la Nación respecto del precandidato presidencial de Unión por la Patria y ministro de Economía apunta a la misma lógica de desconfianza, en el que se cree que inventa historias para engrupir. “Cuando Cristina le dice eso a Massa le está advirtiendo que ella y su espacio lo admitió, que sabe quién es y que lo van a mirar detenidamente para que no caiga en una traición en el marco de una desconfianza mutua”, finaliza.

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