BEITUNA, Territorios Palestinos/TEL AVIV, Israel.- Con canciones, lágrimas y abrazos, una multitud desbordante de alegría recibió en Beituna, en Cisjordania ocupada, a los primeros 90 prisioneros palestinos liberados por Israel tras la entrada en vigor de la tregua con Hamas.

Los colectivos que transportaban a los presos liberados llegaron de madrugada al suburbio, habitualmente tranquilo, de Ramala. Cuando se abrieron las puertas, cientos de personas que esperaban su regreso rompieron en llantos de alegría, cantos, abrazos y fuegos artificiales.

La periodista palestina Bushra al-Tawil, encarcelada en marzo de 2024, forma parte de los 90 liberados en la primera fase de la tregua entre Israel y el movimiento islamista Hamas, que entró en vigor el domingo.

La mayoría de los liberados son mujeres y niños, canjeados por tres rehenes israelíes liberadas por Hamas el domingo.

Unos 1.900 palestinos serán liberados en total en los próximos 42 días de alto el fuego, a cambio de 33 rehenes israelíes retenidos en Gaza por Hamas, que desencadenó la guerra el 7 de octubre de 2023 con un ataque en suelo israelí. “La espera fue difícil. Pero gracias a Dios, estábamos seguros de que algún día nos liberarían”, dijo Al Tawil.

Su padre, que sigue preso, será también liberado en el marco del acuerdo. “Acabo de recibir la buena noticia”, señaló exultante.

Muchas personas, reunidas alrededor de hogueras en una colina que domina la prisión israelí de Ofer, esperaron ansiosos la llegada de los prisioneros.

“Vinimos aquí para estar en comunión con las familias de los prisioneros”, señaló Amanda Abu Charkh, de 23 años, que vino de Ramala con sus padres.

Entre ellos estaba también Mohamad, un joven de 20 años recientemente liberado él mismo de Ofer. “Conozco a mucha gente en la cárcel, hay gente inocente, niños y mujeres”, afirmó.

En una rotonda de la ciudad, cerca de la ruta que lleva a la prisión, se habían reunido cientos de personas que corearon, cantaron e hicieron sonar las bocinas de sus autos al paso de los ómnibus. Algunas con banderas palestinas y de Hamas.

Una joven de 18 años esperaba a su madre, detenida en enero de 2024 en su casa del norte de Cisjordania. “Ella nos contará sobre su vida en la cárcel y nosotros sobre la nuestra sin ella, sé que habrá lágrimas”, afirmó.

La muchacha, que no quiso dar su nombre por miedo a las repercusiones, indicó que su madre, una enfermera, fue detenida por escribir o dar me gusta a mensajes en las redes sociales sobre activistas palestinos.

Junto a ella, Ouday, un hombre que se negó a dar su apellido para no poner en peligro la liberación de su hijo, contó una historia similar: ambos fueron detenidos por mensajes escritos en redes sociales cuando empezó la guerra. Él fue liberado, pero su hijo siguió preso. “Estuve en la cárcel y sé que pasa allá”, dijo sobre las condiciones de detención en las cárceles israelíes, denunciadas por organizaciones de derechos humanos. Aunque su hijo no está en la lista de los detenidos que deben ser liberados, quiso compartir la felicidad de otras familias. “Uno no puede pensar solo en uno mismo o en su propio hijo”, comentó.

Regalo “envenenado”

La liberación de las tres primeras rehenes israelíes tras el acuerdo de alto el fuego se había producido horas antes. Era un evento nacional e internacional, una cita simbólica para Medio Oriente. Israel desplegó hasta pantallas para que los ciudadanos siguieran en vivo la entrega de Emily Damari, Doron Steinbrecher y Romi Gonen.

En ese contexto, Hamas quiso exhibir músculo propagandístico y planificó la escena de la entrega de las secuestradas. En una imponente caravana de coches blancos llenos de milicianos en medio de escombros y ruinas y de los gritos de los palestinos, fueron entregadas a la Cruz Roja en un canje rápido y preciso debido la masa de personas que se concentraba en el lugar. Cuando Romi, Doron y Emily subieron al todoterreno de la Cruz Roja en la ciudad de Gaza, un combatiente de Hamas les entregó a cada una una bolsa de papel con el logo de las Brigadas Qassam, una especie de “bolsa de regalo”.

Las tres, en aparente buen estado, sonrieron a la cámara y  mostraron un libro con el escudo de las Brigadas Ezzedin Al-Qasam, un álbum con fotos de ellas durante su cautiverio que habría coleccionado Hamas, según avanza la prensa israelí.

El “pack” de regalo no solo incluía este recuerdo documentado, sino también un mapa de la Franja de Gaza, un “certificado de liberación” firmado por la Cruz Roja y un pin y un collar con la bandera palestina. No se trataría de la primera vez que la milicia regala estos “souvenirs”.