El PBI per cápita de Argentina atraviesa uno de los retrocesos más pronunciados de la región en los últimos quince años. Así lo muestra un informe reciente de la consultora Economía & Energía (ECEN), que advierte que el ingreso promedio por habitante cayó un 9,8% entre 2011 y 2024, un descenso que llevó al país a niveles similares a los registrados en 2007.

El documento señala que, dentro de América Latina, solo Haití presentó una contracción comparable —sin incluir a Venezuela, cuyo derrumbe económico es difícil de medir con precisión—. Incluso naciones con altos índices de informalidad o con graves problemas de violencia, como El Salvador o Nicaragua, lograron incrementos de ingresos durante ese mismo período.

Según el informe, la caída del PBI per cápita argentino es de una magnitud similar a la que suelen mostrar economías consideradas frágiles a nivel global, sobre todo aquellas atravesadas por crisis humanitarias o fuertes tensiones estructurales. Mientras la región experimentó un crecimiento anual promedio del 1%, Argentina fue en sentido inverso: su producto total se redujo cerca de 0,8% por año, ubicándose entre los peores desempeños, junto con Brasil y México. No obstante, entre las principales economías latinoamericanas, solo Argentina registró un descenso absoluto del ingreso por habitante, resume el informe publicado por Ambito.com.

El retroceso también repercutió en la posición relativa del país dentro de la región. Según ECEN, Argentina pasó de liderar el ranking de producto por habitante en América Latina a quedar por detrás de Chile, Uruguay y Panamá. Pese a ello, el informe aclara que aún se mantiene dentro del cuartil superior en materia de ingresos regionales.

La consultora atribuye esta tendencia negativa a un proceso económico propio, marcado por desequilibrios persistentes en el sector externo. Ese deterioro, sostiene, comenzó a hacerse evidente en 2011 con la implementación de restricciones cambiarias que afectaron la capacidad de crecimiento sostenido.