Ante el inicio de una nueva campaña gruesa, técnicos de la sección Zoología Agrícola de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) realizaron comentarios referidos a aquellas plagas que pueden causar daños de importancia en las etapas iniciales de los cultivos de soja y de maíz.

En soja no Bt, la oruga bolillera (Helicoverpa spp) es una plaga que puede cobrar importancia en las etapas tempranas del cultivo. Un aspecto clave es su monitoreo correcto, tarea que debe focalizarse en la observación de posturas (huevos individuales) y pequeñas orugas ubicadas en los brotes terminales, protegidas en el interior de los trifolios aún sin desplegar. En dicha fase, estas pequeñas orugas causan una leve defoliación; al avanzar en su desarrollo, las orugas grandes (mayores a 1 cm de longitud) dañan el brote apical produciendo una modificación de la estructura de las plantas, que puede repercutir negativamente sobre el rendimiento de la soja.

Otras plagas que pueden acontecer en la soja no Bt y Bt (Intacta y Conkesta) son las arañuelas y trips, siempre y cuando persistan condiciones de bajas precipitaciones y altas temperaturas en las etapas tempranas, que favorecen el desarrollo de estas problemáticas. Ambas plagas afectan los procesos de fotosíntesis y traspiración de las plantas, ocasionando una reducción del área foliar del cultivo. Estos daños suelen tener mayor impacto durante las fases reproductivas de la soja. Sin embargo, condiciones ambientales favorables para el desarrollo en etapas iniciales, determinan incrementos considerables de sus poblaciones, que ameritan un manejo de estas poblaciones desde etapas tempranas, para minimizar sus impactos en el cultivo. Una práctica muy utilizada en la región, como el tratamiento de semillas con insecticidas del grupo de los neonicotinoides, contribuye significativamente al control inicial de trips, no así sobre arañuela, debiéndose prestar más atención a esta plaga en dichas situaciones.

En el maíz la chinche de los cuernos (Dichelops furcatus), puede tener una incidencia importante en las etapas de implantación del cultivo. Los técnicos mencionaron que se observaron cantidades importante de esta chinche, principalmente en lotes enmalezados y en aquellos que tienen como cultivo antecesor al garbanzo. Para el manejo de esta plaga, es clave el monitoreo de los lotes, antes de la siembra del maíz y durante las etapas iniciales del cultivo, considerando que el período de mayor susceptibilidad se extiende desde la emergencia hasta las tres a cuatro hojas expandidas. Antes de la siembra revisar el rastrojo y las malezas para detectar la presencia de chinches de los cuernos con el objeto de definir la inclusión de un insecticida al momento del barbecho de los lotes. Una vez implantado el cultivo, se debe continuar con el monitoreo, focalizándose la observación de la chinche (ninfas y adultos). En este caso, se mencionó que valores de una chinche cada 10 plantas de maíz determinarían la aplicación del insecticida sobre el maíz en sus primeras etapas de desarrollo.

Chicharrita

Respecto de la “chicharrita del maíz”, dalbulus maidis, los técnicos realizaron comentarios referidos la situación actual de este vector, observándose en general un nivel bajo en la mayoría de las localidades relevadas en la región del NOA. Sin embargo, remarcaron la importancia de incorporar prácticas que contribuyan a minimizar sus incrementos poblacionales, destacándose el control de los maíces “guachos”, que actúan como reservorios del vector y del complejo de patógenos. Otras prácticas de gran impacto para el manejo de esta problemática las constituyen el empleo de materiales de maíz tolerantes al patosistema causante del achaparramiento, el tratamiento de las semillas con productos y en dosis adecuadas para el control del vector, tratar de concentrar la fecha de siembra en épocas favorables para el desarrollo de maíz y en la medida que el ambiente los permita, el monitoreo frecuente de los lotes para una detección temprana de la chicharrita y la incorporación de alternativa foliares, que en situaciones de baja ocurrencia de dalbulus maidis mostraron controles aceptables de esta plaga. Se destacó que la Eeaoc en forma conjunta con los Consorcios Regionales de Experimentación Agropecuaria (CREA) de la región del NOA están abordando por tercer año consecutivo un proyecto referido a dalbulus maidis, para continuar generando información sobre la bioecología, el comportamiento y el desarrollo de estrategias para el manejo de esta problemática en el cultivo de maíz de nuestra región.

Los técnicos de la sección Zoología Agrícola destacaron la importancia del rol del monitoreo desde las etapas tempranas de los cultivos y la planificación de las estrategias de manejo para minimizar el impacto de estas plagas.