El dólar pone más presión al mercado antes de las PASO

Se acelera la dolarización, mientras los agentes económicos vaticinan una devaluación más brusca. El peso del resultado electoral.

El día después a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) encontrará a la Argentina con la misma fragilidad macroeconómica actual, pero con un resultado que puede modificar o no el humor del mercado cambiario. En tiempos electorales, el proceso de dolarización de los agentes económicos se acelera y eso ejerce presión sobre los precios y, por ende, más inflación, en un país que no tiene la capacidad de acumular reservas en divisas internacionales.

La volatilidad del mercado lleva a los analistas a pensar que la tendencia al alza del precio del dólar libre no se detendrá. “El dólar seguirá subiendo, independientemente del resultado de las elecciones porque el desequilibrio monetario es gigante y no se observan políticas que permitan, de aquí hacia diciembre, evitar la incertidumbre y la volatilidad”, afirma a LA GACETA Adrián Ravier, doctor en Economía. Frente a esa realidad, el director del Master en Economía y Ciencias Políticas de la Eseade sostiene que es necesario entender que ese proceso es inevitable, ya que el dólar es un precio más de la economía y seguirá incrementándose como el resto, en una banda que a del 8% al 10% mensual, al ritmo de la inflación.

En el mercado informal, la divisa estadounidense trepó hasta los $ 600 por unidad, lo que marcha un nuevo piso, más allá de los controles que realiza el Estado para combatir la comercialización informal del dólar. Pese a la advertencia del ministro de Economía, Sergio Massa, de profundizar los controles y hacer “sentir el rigor”, el Gobierno no pudo frenar la escalada alcista de la moneda norteamericana a sólo cuatro días de las elecciones. Este nuevo valor en el mercado cambiario alimenta las expectativas inflacionarias y llevan a los importadores a remarcar la mercadería. Desde enero pasado, cuando el “blue” estaba en torno de los $ 350, Ravier advertía que ese valor quedaría atrás rápidamente en la medida que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) vaya acelerándose. Por eso, pensar que el dólar pueda llegar a diciembre en $ 700 es algo plausible como precio base, pero para el mediano plazo hay que pensar que ese dólar puede trepar a los $ 1.000”, vaticina.

La economía se encuentra en una situación de alta fragilidad. La foto macro muestra que hasta el plan llegar o aguantar languidece. Inflación alta y creciente, situación crítica de las reservas internacionales, importaciones restringidas, desequilibrio fiscal que agotó las fuentes de financiamiento, elevado nivel de endeudamiento en el mercado local y a este cuadro hay que sumarle bajo nivel de expectativas por lo que pueda venir a partir de diciembre, enumera el economista Eduardo Robinson.

En este cuadro de situación, lo que se ha visto en las últimas semanas es un proceso dolarizador preventivo, dice el consultor. Y agrega: “la Argentina es como el Arca de Noé porque nadie sabe qué puede venir, porque hasta hay desorientación en el propio gobierno. “No saben cuál puede ser el rumbo. El oxígeno serán las entradas de recursos del FMI, pero nada más, no hay claridad más allá del domingo de las PASO”, puntualiza.

En este contexto, si bien se pueden elaborar distintos escenarios post PASO, la clave pasará por cómo quede la competitividad del actual oficialismo, subraya Robinson. “Si el candidato oficial logra mantenerse competitivo para octubre, puede venir un plan Platita para seguir tratando de camuflar el nivel de actividad económica, con el riesgo de que una severa aceleración inflacionaria y el dólar escalando a mayor velocidad”, explica. A su criterio, el gobierno perdió hace rato credibilidad. Por eso, que obtenga un alto porcentaje de votos debilitará la confianza de los mercados

Del otro lado, acota, si la oposición obtiene un caudal de votos que hagan presagiar un triunfo en octubre o en una eventual segunda vuelta, habrá un clima de cierto optimismo, y en ese caso el contexto financiero podrá lucir algo más estable. “El problema es que en ese contexto el gobierno podrá tirar el mantel y poner todas las fichas en el consumo”, considera.

Por eso, en ambos escenarios se puede advertir un tipo de cambio muy inestable, con tendencia a la suba y tasas de interés de los plazos fijos subiendo para evitar un desplome de los plazos fijos yendo al dólar. “El problema no es sólo qué pasa el 14 A, sino que es estructural de un modelo que cruje”, afirma.

La búsqueda de cobertura por parte de los agentes económicos a través del dólar continuará en lo que resta del año. Según el economista Federico Vacalebre, esto llevará a una mayor corrección de las variables económicas poselecciones. Vacalebre considera que agosto puede dividirse en dos etapas: durante la primera mitad se potenciarán las presiones cambiarias, un proceso podría extenderse a octubre (elecciones generales), noviembre (posible segunda vuelta) y diciembre (recambio institucional), debido al incremento de la demanda de dólares. Además, en la actualidad, el “crawling peg” (depreciación controlada) se ajustó mucho más rápido para el tipo de cambio oficial, con una devaluación promedio del 9%. Para la segunda mitad del mes, las expectativas pueden ser otras. “Es posible que ingresen al país los U$S 7.500 millones prometidos por el FMI y, con eso, el mercado podría llegar a estabilizarse”, remarca Vacalebre.

El economista Gustavo Ber cree que las primarias podrían aclarar el escenario de las principales coaliciones, y también si habrá colaboración o no en la larga etapa de más de dos meses hasta las elecciones generales. “Ello resulta crucial en vista a los complejos desequilibrios fiscales, monetarios y cambiarios a administrar incluso en consenso con el FMI, dado que recibir a corto plazo los desembolsos resulta crucial en vista a la escasez de divisas y frente a los próximos compromisos con el organismo que llegarán próximamente”, finaliza.

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