Reporte rural: la lucha contra el fuego nos interpela a todos

Transitamos el período más seco del año; el más propicio a la aparición de focos ígneos. El trabajo del sector azucarero y de varias entidades -entre estas, la Mesa de Gestión Ambiental- redujo la quema de caña: en el 80% de nuestros cañaverales se “cosecha en verde”. Y si bien la provincia cuenta con unas 47.000 ha certificadas libre de uso de fuego, esta cifra debe crecer. Y en ello todos debemos colaborar .

En Tucumán está empezando a transcurrir el período más seco del año. Desde ahora, hasta mediados de primavera es posible que se presenten escasas precipitaciones, o ninguna; y que, por el contrario, persistan los días soleados y con vaivenes de temperaturas, que solo genera que la atmósfera circundante y los suelos se vayan secando.

La zafra azucarera se desarrolla con normalidad, en lo que a cosecha se refiere. Las cosechadoras pueden avanzar sin problemas debido a que la lluvia desapareció.

Esta situación, de período seco, favorece a la aparición de uno de los problemas que se dan durante la zafra azucarera en casi todos los campos y zonas serranas: focos de incendio, que perjudican a todo el mundo.

El jueves, LA GACETA publicó una interesante nota a uno de los eslabones más importantes en la lucha contra el fuego: los bomberos. En esta oportunidad, se encontraban en las serranías de Tapia. Daban a conocer la importancia de su labor y las necesidades que tienen para desarrollar su trabajo. Ello nos da una idea de todos debemos involucrarnos en la lucha que ellos llevan adelante.

Sabemos que el fuego en la producción de caña de azúcar es mala palabra. En la actualidad, su uso está penado por la ley. Pero en cada zafra se siguen viendo quemazones en los campos tucumanos. Generalmente se las realiza de manera desaprensiva, sin que se tengan en cuenta los daños que produce. Y resulta, sobre todo, preocupante, porque el sector cañero se capacita de manera permanente para evitar que sus cañaverales sean afectados por el fuego, antes o después de la cosecha.

El sector azucarero en general trabaja para lograr que la zafra se dé sin quema. Debido a ello, actualmente más del 80% de la superficie con caña de azúcar se cosecha en forma mecánica -con máquinas integrales-, sin quemar la caña antes. Esta práctica se conoce como “cosecha en verde”; y su implementación conduce a un sistema de manejo del cañaveral más sustentable y amigable con el ambiente y con las poblaciones vecinas a los campos productivos. La quema intencional sigue siendo el gran enemigo de esta alternativa de manejo sustentable que se desea incorporar.

El trabajo mancomunado entre el sector, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) y la Mesa de Gestión Ambiental (MGA) de Cruz Alta, persigue el objetivo de diseñar y ejecutar estrategias para la erradicación gradual de la quema de caña. La norma Local G.A.P. y el plan de educación son sus productos más exitosos.

Lo real es que cada vez que se inicia una zafra, durante varios meses se modifica el paisaje tucumano: los caminos se llenan de rastras cañeras, los ingenios trabajando a pleno y, debido a ello, el cielo se va poblando de cenizas, como consecuencia de la quema de cañaverales y de pastizales, y de la actividad industrial.

Actualmente la MGA trabaja y gestiona herramientas para que cese uno de los generadores de contaminación ambiental -la quema de cañaverales-, y para que, por el contrario, se empiece a generar una conciencia del no uso del fuego. No solo en el aparato productivo azucarero; en toda la sociedad.

Las empresas disponen del diseño y de la puesta en funcionamiento de la certificación de las normas de Buenas Prácticas Agrícolas -Local G.A.P.-, que garantizan que el proceso de cosecha y el manejo de residuos en sus campos se hace sin fuego.

Entrar en detalle de todo lo que se viene haciendo desde el inicio de este programa resultaría tedioso y largo. Pero los números son elocuentes, ya que con esta implementación y mediante estrategias de promoción, entre 2015 y 2017 se fueron sumando empresas y la provincia alcanzó 15.000 hectáreas (ha) certificadas con Local G.A.P. En 2018 se lograron 27.538 ha certificadas. 2019 cerró con 45.101 ha certificadas. En 2020 se llegó a casi 47.000 ha. Este número convirtió a la caña en el cultivo con mayor cantidad de hectáreas certificadas de Tucumán, seguido del limón.

Actualmente se siguen certificando alrededor de esa cifra, con algunas variaciones. Pero se debe insistir en aumentarla.

Estos resultados deben ser siempre considerados y dar a entender a todos que la reducción de la quema se logró gracias al trabajo de concientización y de sensibilización realizado por la MGA y por otras instituciones, junto al sector productivo, que aplicaron prácticas innovadoras y medidas preventivas en sus campos.

La zafra continua, y la estación seca avanza haciendo que los campos sigan perdiendo humedad en los suelos; en cultivos, pastizales y montes naturales.

A raíz de ello, el desafío es seguir con este trabajo mancomunado, donde la concientización, la educación y la prevención son la base para lograr que queme cada vez menos. Pero deben participar todos; el sector productivo y la sociedad.

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