El Gobierno de las ciencias ocultas

El Gobierno de las ciencias ocultas

Aunque la distancia histórica es escasa, ya debiera aseverarse sin temor a equivocaciones que 2022 es el año en que la Argentina perdió una oportunidad única en materia económica: a Silvina Batakis sólo le dieron 15 días en el Ministerio de Economía de la Nación. Si la hubiesen mantenido en el cargo, este país hubiera tenido otro destino. Probablemente sería ya protagonista entre las naciones industriales. Los BRICS nos hubiesen venido a rogar que nos sumáramos a ese conglomerado de Estados, pero nos habríamos negado porque seríamos mucho más que una economía emergente. En EEUU estarían discutiendo si no les convendría abandonar el dólar y, directamente, pesificar. El PBI per capita sería tan alto que a los desocupados les descontarían Ganancias de sus planes sociales.

Batakis, lo sabemos ahora, tenía un plan. Uno absolutamente novedoso. Ajeno a las discusiones en torno del liberalismo, el keynesianismo o el monetarismo. Un programa que convertiría a la Conferencia de Bretton Woods en una reunión de té canasta. Y que reduciría a la Escuela Austríaca, con su individualismo metodológico y su subjetivismo, en una corriente de autoayuda.

Batakis entendió, como nadie, que habíamos vivido engañados pensando en variables macro y microeconómicas. La verdad, por el contrario, está en el esoterismo. La solución nada tiene que ver con el déficit de la balanza comercial o con las reservas negativas del Banco Central. Todo lo que nos pasa, y lo que eventualmente pueda ocurrirnos, está en la numerología.

Coherentemente, no busca consejo en un premio Nobel de Economía (como lo hacía su antecesor Martín Guzmán con Joseph Stiglitz). Silvina, por el contrario, se referencia en “Pitty, la numeróloga”. La titular del Banco de la Nación le dio un contrato de seis meses por 1,8 millón de pesos.

El derrame

Tan trascendental es la numerología para la economía de un Estado, o de una institución como el Banco Nación, que desde la llegada de “Pitty, la numeróloga”, subieron los sueldos. La gerenta general de la entidad, entre ascensos y adicionales otorgados por Batakis, pasó a ganar un sueldo de 9 millones de pesos. También se alinearon los números para los allegados de una y otra. Héctor Javier Silva, ex marido de Silvina, fue nombrado gerente de Sistemas del banco. Juan Pablo Pedemonte, hijo de Barros, es otro que encontró una gerencia en la casa matriz del BNA y decidió no dejarla vacante. Juan Manuel Barros, actual pareja de la gerenta, también encontró trabajo allí.

Entonces, lo que derrama riqueza en las naciones (para desmentir al charlatán de Adam Smith) no es la mano invisible del capitalismo, sino las cifras escondidas de la numerología. Si así florece la prosperidad en el Banco Nación, ¿se imaginan cuánto bienestar se hubiera volcado al pueblo argentino, numerología mediante, si Batakis hubiese continuado como Ministra de Economía?

La suma

¿En qué consiste la ciencia numerológica? A modo de apretada síntesis, la numerología trata de establecer una relación mística entre los seres vivos y los números. De esta forma, los números que aparecen constantemente en el diario existir se utilizan como base para predecir el futuro o para esclarecer acontecimientos pasados. Es decir, no es como la física, pero pega en el palo…

¿Qué números tiene en cuenta? Ahí el asunto se torna mucho más riguroso que la química: van desde la fecha de nacimiento, la edad, la altura o el peso, hasta el número de la casa donde se vive, el número de hermanos que se tiene (o que nos declaró papá) o la cantidad de letras del nombre. Huelga decirlo, su vinculación con la teoría de la relatividad general es, prácticamente, absoluta.

Los números van del 1 al 9 y para saber cuál dígito le corresponde a cada quien hay que tomar todas las cifras que contiene un número en particular y sumarlas entre sí hasta obtener un solo dígito. Después se consulta la significación de esa cifra y el resultado permite explicar el pasado y avizorar el futuro. Es increíble que no enseñen esto en las facultades de ciencias exactas del país…

Por ejemplo, si tenemos en cuenta que la inflación acumulada en la Argentina desde la asunción de Alberto Fernández hasta el 31 de agosto pasado fue del 621%, se debe sumar 6+2+1. El resultado es 9. Para encontrar la correcta hermenéutica de este número hay que realizar una arqueología numerológica. El 9 aparece en una guía del Viejo Testamento impresa en la editorial Hermanos Ceniza que Arturo Pérez-Reverte leyó una vez en el grupo de lectura “El Club Dumas”. Allí se da cuenta de que Moisés tenía un particular apego por el noveno mandamiento: “No levantarás falso testimonio contra tu prójimo”.

Durante su primer discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, el 1 de marzo de 2020, el Presidente de la Nación dijo al pueblo argentino a través de sus representantes: “Somos un gobierno de científicos, no de CEO’s”. Tres años después, su ex ministra de Economía contrata una esoterista para dar cursos en el Banco de la Nación.

Ahora son un gobierno de las ciencias ocultas. Con poca ciencia. Y con tanto ocultamiento…

El interrogante

A Sergio Massa, en cambio, lo signa por estas horas otro número. La inflación de agosto fue la más alta para un solo mes en más de 30 años: superó el 12%. Es 1+2 y da como resultado 3. Otra cifra de honda resonancia. Aparece en una disertación de Erik Lönrot (tan citado por Jorge Luis Borges) sobre la biografía del rabí Israel Baal Shem Tov.

El Lönrot oral da cuenta de una antiquísima disquisición, a medio camino entre la fe y la filosofía, en torno de un dilema irresoluto: “¿Cuántos pares son tres panqueques?”. Unos dicen que es igual a un solo par, otros que es igual a dos pares. De la misma manera en que unas veces se puede decir, en mayo de 2015, “yo voy a barrer con los ñoquis de La Campora”; y en otras se puede afirmar, en un acto de la CGT el viernes pasado, “viene un tiempo grande para la patria, los quiero arriba del barco a todos los argentinos de bien”.

El reproche

Como Massa ya no combate contra La Campora, sino que es el candidato de todo el peronismo (kirchnerismo, gobernadores y sindicalistas), Martín Insaurralde dio un ejemplo de alineamiento verticalista, se fue a Marbella y se subió a un yate de lujo. Lo acompañaba la modelo Sofía Clerici, a quien el ex intendente de Lomas de Zamora le reconoció su militancia con dos obsequios de lo más “nacional y popular” que se consigue en Europa: una cartera de Louis Vuitton y un reloj Rolex. Todo muy a tono con el informe del Indec según el cual la pobreza consolidada del primer semestre de este año dio 40,1%.

De sumar 4+0+1 se obtiene el 5, número virtuoso para los antiguos numerólogos asirios, según parece dar cuenta una tablilla de arcilla encontrada en la que fuera la biblioteca de Assurbanipal en Nínive. Allí parece leerse (la escritura cuneiforme se presta a toda clase de vaguedades por la pobreza de su sistema de anotación) que el 5 es venerado porque está a medio camino entre 1 y 9. Y ahí mismo está la reivindicación de la “puja distributiva” que da cuenta el kirchnerismo: siempre a medio camino de que a algunos funcionarios les alcance para rentar yates en el Mediterráneo, mientras que a los jubilados les toca que les devuelvan el IVA…

Justamente, la noticia de sus vacaciones suntuarias no le costó a Insaurralde su dimisión como jefe de Gabinete de Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires. El reproche al ex esposo de la vedette Jessica Cirio fue por qué nunca se ponía de novio con una becaria del Conicet. En el gobierno de los científicos no sólo hay que serlo, sino también parecerlo…

La electora

Con la escandalosa salida de Insaurralde, Cristina Fernández de Kirchner puede cantar “cartón lleno” en materia de disparatadas selecciones de dirigentes. A lo largo de las cuatro presidencias kirchneristas, la actual Vicepresidenta de la Nación, “la gran electora”, escogió a Amado Boudou como compañero de fórmula en 2011; a Alberto Fernández como candidato a Presidente en 2019; y a Insaurralde como jefe de Gabinete bonaerense.

Son 16 años de gestiones “K”: 1+6 da como resultado el 7. Un número santificado en las tradiciones judeocristianas, puesto que los textos sagrados de esas religiones dicen que Dios, tras haber creado el universo, en el séptimo día decide descansar. Por ello mismo, era en la antigüedad un día temido por el vulgo.

Es conocida la anécdota del arqueólogo uruguayo Estanislao Van Hutten (muy estudiado por Abelardo Castillo), a propósito de un presunto evangelio apócrifo encontrado en las cuevas de Qumrán, junto a los acantilados del Mar Muerto. Si Dios estaba descansando, le preguntaba el polémico estudioso rioplatense a sus seguidores, ¿quién velaba por los comunes casos de toda suerte humana?

Claro está, de ello no puede deducirse que muchas de las decisiones del kirchnerismo hayan sido tomadas durante feriados divinos. La numerología, por caso, carece del número cero para contestar sobre la trascendencia gobierno que está a punto de terminar.

Comentarios