09 Diciembre 2023
OPTIMISMO. Francis Ruiz considera que San Martín puede ser el gran referente del básquet tucumano. DIEGO ÁRAOZ/LA GACETA
Francis Ruiz
Entrenador de San Martín
Hasta hace poco tiempo, el básquet de San Martín no era una prioridad para el club. Eso hace que este título tenga tanta relevancia. Posicionarse por encima de Juan Bautista Alberdi, Asociación Mitre, Estudiantes, Huracán, Belgrano y hasta el mismo Talleres que son clubes con una gran historia dentro del básquet tucumano, representa la magnitud del logro. Es como si cualquiera de ellos no ganarán en fútbol.
Sabíamos que jugábamos una final contra un rival que tiene jugadores de jerarquía para estar en Liga Argentina. Pablo Walter, (Cristian) Soria, (Jerónimo) Solorzano, (Sebastián) Osores son jugadores que hacen la diferencia en cualquier cancha. Junto a Martiniano Ayusa, Francisco Paz y (Juan Cruz) Kusnier consolidaron la base de un equipo ganador y que está preparado para jugar estas finales.
Si bien nosotros tenemos un equipazo, muchas de nuestras figuras no llegaron a San Martín en su mejor momento. Iván Julián llegó cortado de Talleres; Luis Argañaraz tuvo un paso regular de Avellaneda Central; Julio Carrizo estaba anímicamente destrozado porque venía jugando pocos minutos y (Patricio) Aranda resignó jugar Liga Argentina para venir aquí. Incluso, me pasó de tener que hablar con Joaquín Acosta porque estaba en un momento en el que no quería saber nada con el básquet.
Mi mayor satisfacción como entrenador fue convencerlos de que podíamos lograr grandes cosas con este club; y lo hicimos.
Lo que me tocó vivir en este año fue inigualable. Dirigí en casi todos los clubes de básquet de la provincia, pero jugar con tanta gente todos los partidos es una experiencia totalmente diferente. El aliento y los cánticos hacen que el básquet tucumano tenga esa energía que necesita este deporte para convertirse en un verdadero espectáculo.
Eso se conjuga con la filosofía de juego que proponemos dentro de la cancha. Apostamos a un juego vertical sin importar quién este en frente. Siempre queremos anotar puntos. No me gusta el básquet mecánico, ya que si pusieron dos aros es para que haya muchas conversiones. Mi objetivo principal es que la gente que venga a ver mis equipos se divierta con lo que vea dentro de la cancha.
El premio al mejor entrenador es el resultado del trabajo de los jugadores. Ellos son quienes me mejoran a mí. Ahora, tengo la meta de ganar la Súper Liga y tengo que sentarme con los dirigentes que vienen haciendo un gran trabajo para posicionar al club como un referente del básquet tucumano.
Creo que ya dejé mi huella con el trabajo que hicimos. Este título representa mucho para San Martín. Pero, más allá de eso, el club se puede convertir en un grande de la provincia.
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