La dura etapa que se inicia

11 Diciembre 2023

Las palabras iniciales del nuevo Presidente, enfocadas primordialmente en la cruda escena socioeconómica del país, eran esperadas. Nadie ignoraba el complejo nudo gordiano de inflación desatada, caída de ingresos, crisis productiva, feroz aumento del costo de vida, altos niveles de pobreza e indigencia, falta de confianza e incertidumbre con respecto a lo que debe hacerse. La dura realidad del ajuste, expresada de modo contundente por Javier Milei, ha de ser enfrentada desde hoy con las medidas que se van a anunciar y que permitirán tener ideas no ya de lo que va a ocurrir, sino de cómo se desarrollará ese panorama en el que la situación va a empeorar en el corto plazo, como lo describió: “no hay alternativa al ajuste y al shock. Impactará de modo negativo sobre la actividad, el empleo, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación, pero no es algo muy distinto a los últimos 12 años. Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de la Argentina”.

En las últimas semanas se ha venido hablando mucho de esos problemas heredados por la nueva administración: una inflación interanual del 142 %, una situación fiscal insostenible con ingresos caídos en el fisco (la modificación en el impuesto a las ganancias lo agravó) y al mismo tiempo atrasos en precios relativos y subsidios que permiten que las tarifas sean bajas o que generan que ciertos servicios como los de transporte funcionen bien o mal; carencia de crédito externo, ausencia de credibilidad de la moneda del país; crisis de financiamiento del Tesoro (que ha dado lugar a la llamada “bomba de las Leliq”) e inminente presión de la deuda con el Fondo Monetario.

Esta situación, dijo Milei, lleva a una estanflación (estancamiento de la actividad con inflación), Su propuesta inicial es actuar ya. “Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”. “La solución implica, por un lado, un ajuste fiscal en el sector público de 5 puntos del PBI, que caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado”, describió. “El nuevo contrato social que eligieron los argentinos propone un país distinto, en donde el Estado no dirige nuestras vidas sino que vela por nuestros derechos”, añadió.

Hay que decir, por un lado, que en otras ocasiones la herencia de los nuevos gobernantes ha sido dramática. Hace 40 años Raúl Alfonsín recibió un país devastado y aislado del mundo, con casi un 600% de inflación, vencimientos de deuda y actividades productivas estancadas. Seis años después, Carlos Menem se hacía cargo de una Argentina con niveles de inflación del 50% mensual. Ahora la situación parece ser peor, con reservas casi a cero. “No hay plata. Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”, sentenció.

Ahora se van a anunciar las medidas en esta emergencia, como parte de la reacomodación macroeconómica que, en un plazo que aún no se puede estimar con claridad, generaría una mejora. En el marco de incertidumbre de los días previos ha habido manifestaciones de ciertos sectores en cuanto a que se haría oposición al ajuste, aun sin saber de qué se trata. En este sentido, al mismo tiempo que es de esperar que haya previsiones de contención para sectores vulnerables afectados por los efectos colaterales, también cabe pedir responsabilidad a referentes sociales y políticos para aportar ideas y sana crítica en esta dura etapa que nos toca vivir a los argentinos.

Más allá de las posturas políticas, está claro que hacen falta medidas de cambio para superar la crisis que nos agobia, y que en ese sentido se debe saludar el empuje del nuevo Gobierno con la expectativa de que haya reacciones positivas en lo inmediato y mejoras concretas en el futuro, a fin de que haya, como dijo Milei, una luz al final del camino.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios