Nelson Ledesma brinda por un 2024 bajo par

El yerbabuenense disfruta de unos días de pausa con familia y amigos en Tucumán antes de viajar a Bahamas para iniciar la nueva temporada del Korn Ferry Tour, donde buscará una nueva chance de regresar al PGA.

CUENTA SALDADA. Ledesma sonríe con el trofeo del Abierto del Norte, el único que le faltaba. Fue especial, pero también sentí mucha presión, confiesa. CUENTA SALDADA. Ledesma sonríe con el trofeo del Abierto del Norte, el único que le faltaba. "Fue especial, pero también sentí mucha presión", confiesa. Foto: Osvaldo Ripoll (La Gaceta).

Tantas cosas pasan en un año, sobre todo para un deportista de alto rendimiento, que calificarlo de "positivo" o "negativo" al momento del balance puede ser una etiqueta demasiado simple y omisiva de ciertos matices. En el caso de Nelson Ledesma, su 2023 no fue para nada lineal: a su buen comienzo en la temporada del Korn Ferry Tour (el segundo nivel del PGA Tour, el circuito golfístico más importante del mundo) le siguió una cuneta de resultados escasos y luego un repunte en el ámbito argentino, con la conquista del Abierto del Centro y luego el del Norte. "Sí, fue un año medio raro", concede el de Yerba Buena, mientras aprovecha la pausa de las Fiestas para respirar el aire de Tucumán, disfrutar de su casa y de sus amigos antes de volver a subirse al carrusel del Korn Ferry Tour a mediados de enero.

"Hace dos años me operé y estuve entre seis y siete meses sin jugar. Al volver, el año pasado, jugué como 10 torneos en un buen nivel, y eso me dio confianza para pensar que este año iba a ser más fácil para mí", cuenta Nelson, a quien los primeros meses le dieron la razón: quedó entre los 10 primeros en dos torneos (Astara Chile Classic, en Chile; y Knoxville Open en Tennesee, EEUU) y entre los 20 mejores en otros dos (Astara Golf Championship, en Bogotá; y Memorial Health Championship en Illinois). Sin embargo, a mediados de año comenzó a perder precisión y quedar afuera de muchos cortes.

"En parte fue por una mala decisión mía, de cambiar los palos cuando mejor estaba jugando. Salieron los palos nuevos de Titleist y yo los quería tener. Estaba como chico con juguete nuevo, pero nunca les agarré la mano. Para colmo, después de jugar segunda ronda en Chicago, en un torneo en el que venía dentro del corte, cuando quise guardar la bolsa con los palos en el auto sufrí un corte en un dedo. Por ese incidente tuve que bajarme de ese torneo y del siguiente, y recién a las tres semanas pude volver a jugar, aunque no quedó tan bien el dedo, todavía hoy me cuesta cerrarlo. Me costó agarrar el ritmo de juego que venía teniendo", relata.

Lo que le faltaba

De todas maneras, su cosecha en el tour profesional argentino fue bastante fructífera: además de ganar por segunda vez el Abierto del Centro en Córdoba (ya lo había hecho en 2017), se dio el gusto de completar el álbum con la figurita que le faltaba, nada menos que la de su casa, el Abierto del Norte, que se jugó en el Jockey Club. Lo hizo imponiéndose al misionero Mauro Báez en una definición por playoffs muy apretada, luego de que ambos totalizaran 20 golpes bajo par. "Fue especial porque era el que me faltaba, pero también porque estaban todos los profesionales: Augusto (Núñez), Martín (Contini), 'Pigu' (Andrés Romero), todos. Yo llegué con confianza y ganas de jugar, venía de quedar en el puesto 11 en los playoffs del Korn Ferry. Me tocó definir contra Mauro, que es un amigo. Cuando terminamos, lo felicité porque había hecho un gran torneo teniendo toda la gente en contra. Aunque eso también significó una presión extra para mí, porque sentí que tenía que ganar", enfatiza.

Así, Nelson cerró el año en lo más alto del ranking del Tour Profesional Argentino (TPGA). En el Top 10 hubo otros tres tucumanos: Jorge Monroy (3°), su hermano Leonardo Ledesma (5°) y César Costilla (7°).

Horas sin golf

Entre torneos nacionales e internacionales, Nelson pasa en promedio más de 30 semanas al año lejos de su casa. En el mejor de los casos (es decir, si se pasa el corte), un torneo dura entre tres y cuatro días. Entonces, quedan muchas horas libres de golf en el medio. "En el verano de EEUU tratamos de jugar temprano y después tenemos toda la tarde libre. Ahí aprovecho para hablar con el psicólogo o hacer trabajo físico. En los primeros años que jugué el Korn Ferry y el PGA me gustaba mucho salir a pescar en el tiempo libre, pero después fui perdiendo el entusiasmo. Por ahí nos juntamos con otros golfistas a jugar a las cartas, por ejemplo. Y cuando tengo alguna semana libre entre torneos, mi familia viaja y se queda conmigo. Me cuesta estar lejos de ellos, así que trato de aprovechar el tiempo cuando estamos juntos", comparte.

Por supuesto, cuando tiene oportunidad pega la vuelta a Tucumán. La intención siempre es descansar -porque no hay como la cama de uno-, pero rara vez puede. Al estar la mayor parte del año afuera, cuando vuelve se le amontonan los compromisos. "A veces quiero ver algún torneo de golf en la tele y no puedo por falta de tiempo. Esta vez llegué y a la mañana siguiente bien temprano ya estaba jugando el torneo del 'Pigu'. Es como que a las vacaciones las tengo durante el año, en esas semanas que mi familia puede viajar", explica Ledesma, en cuya agenda de diciembre figuró asistir a la Fiesta del Deporte de LA GACETA para recibir la distinción al deportista más destacado en su disciplina.

"Es un reconocimiento muy lindo al trabajo que uno hace todo el año. Al estar mucho tiempo lejos, me pierdo muchas reuniones, cumpleaños y otros eventos, y eso también es un sacrificio", advierte.

En base a lo aprendido en 2023, ya se plantea nuevos objetivos para la temporada 2024 del Korn Ferry Tour, que comenzará el 14 de junio en Bahamas con el Great Exuma Classic: "quiero prepararme física y mentalmente para llegar bien y darme alguna chance de subir al PGA. Conozco casi todas las canchas de ese circuito, hay varias que me gustan y en las que me siento cómodo, así que me gustaría tener esa chance de buscar un triunfo ahí".

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