Máximo Zeitune es un tenista tucumano de 17 años que va en franco ascenso en su carrera. Luego de un 2023 muy positivo en el circuito junior, en el que sumó muchas victorias que le permitieron meterse entre los 100 mejores del ranking mundial, tenía la posibilidad de arrancar 2024 debutando en el cuadro principal del Abierto de Australia, uno de los cuatro torneos más importantes del mundo.
Sin embargo, no podrá viajar debido a falta de apoyo. “La Asociación Argentina de Tenis me dijo que era un viaje muy caro para mandar a un solo chico, y que no me iban a apoyar”, dijo Zeitune en una entrevista con LA GACETA.
Los deportistas son embajadores de la identidad nacional, dedican tiempo, esfuerzo, sacrificio y cimientan sueños con el objetivo de alcanzar los niveles de competencia destacados. En su gran mayoría, luchan en la penumbra ante la falta de respaldo financiero y de recursos adecuados para poder llevar a cabo los entrenamientos, para adquirir el equipamiento y para poder participar en eventos cruciales. Esa falta de apoyo socava sus capacidades para rendir al máximo nivel y pone en peligro sus trayectorias deportivas.
Un par de semanas atrás, la Federación Argentina de Tiro con Arco emitió un comunicado informando que en una reunión con la Secretaría de Deportes de la Nación había recibido la noticia de que a partir de 2024 no iba a recibir ningún tipo de apoyo económico para la participación de sus delegaciones en las diferentes competiciones.
En 2022, los familiares de Julia Riera, que hoy está cerca de meterse entre las mejores 100 del ranking de la WTA, habían hecho una rifa para juntar los fondos que la tenista necesitaba para poder viajar a competir en Europa. Mientras que el año pasado, los tenistas juniors, Fernando Cavallo y Segundo Goity, pudieron viajar al Grand Slam australiano gracias a una beca del Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo).
La ausencia de ayuda significativa, la carencia de instalaciones deportivas de calidad y la escasez de programas de desarrollo son sólo algunos ejemplos de los escollos que encuentran nuestros atletas y de la falta de políticas deportivas. Es imperativo reconocer que detrás de cada medalla o logro deportivo, hay historias de superación personal, y también de lucha contra la adversidad económica y contra la falta de respaldo institucional.
El compromiso con el deporte no debe limitarse a los discursos inspiradores a partir de éxitos aislados. Es hora de que el Estado asuma su responsabilidad y garantice un respaldo sólido y continuo a nuestros atletas. Eso implica no solo asignar recursos financieros adecuados, sino también establecer políticas que fomenten la promoción del deporte desde las etapas iniciales, apoyando a jóvenes talentos y garantizando condiciones equitativas para su desarrollo.
El ejemplo de otros países que priorizan el apoyo integral a sus deportistas debe servir como un llamado urgente a la acción. Las inversiones estratégicas en el deporte no sólo fortalecen la imagen del país, sino que también contribuyen al bienestar social, fomentando la salud, el trabajo en equipo y los valores fundamentales en la sociedad.
Entendemos que en un momento de crisis es crucial acomodar la economía del país, pero también es cierto que es imperioso sostener el esfuerzo de los jóvenes atletas que hacen un esfuerzo muy grande por trascender en el deporte.