El arte de la ruptura: dos libros de jóvenes tucumanas abordan el desamor

Belén Ullivarri y Guadalupe Alonso publicaron obras en las que, a partir de la prosa y de la poesía, exploran las vicisitudes de una relación amorosa. La experiencia propia de la pena puede volverse un oficio.

El arte de la ruptura: dos libros de jóvenes tucumanas abordan el desamor Imagen cortesía de Guadalupe Alonso

El desamor es una arista que revela posibilidades de transformar el mundo interior en arte. Hilar los silencios, vacíos, el dolor y las ausencias conlleva de manera natural el desafío de cincelar el lenguaje. Es lo que hicieron en sus respectivos libros las tucumanas Guadalupe Alonso y Belén Ullivarri, quienes elaboraron un oficio creativo a partir de su experiencia propia de “las cosas del querer”.

Escucharse a uno mismo en la soledad del desamor es una comunión del sujeto con su alma. Estas jóvenes comulgan en sus libros. Con 17 años, Alonso transmite las vivencias de un duelo ya transitado con la publicación de su primer poemario “Fénix. Corazón de ceniza” (Bibliotex). En 78 poemas, este libro propone el curso entre perder a la persona amada y dejar de pensarla. En tanto, Ullivarri, de 27, es autora de “Nuestro último adiós” (Autores de Argentina), obra con ventas muy auspiciosas en una librería local. Esta se presenta como una novela histórica que busca discernir entre el amor y los ideales. Para ella la esencia más pura del ser humano es el sentir y el arte, la vía para expresarse.

Ese espacio llamado cuaderno

Alonso concibe la poesía como un medio para explorarse a sí misma y para encontrar una voz para lo que le sucede. El amor y la carencia de este no son sus únicos temas, pero sí los que organizan “Fénix”. El libro es la suma de aquellas emociones que la atravesaron, pero que ahora puede darles cierre. “Cuenta una historia, pero son el resultado de muchas historias pensadas juntas”, acota. “Me encanta haber podido crear algo hermoso sobre la base de cosas lindas y feas”, dice.

Alonso presentó “Fénix. Corazón de cenizas” el cinco de abril Alonso presentó “Fénix. Corazón de cenizas” el cinco de abril Foto cortesía de Guadalupe Alonso

Ante la desolación, las palabras son ternura. “Es difícil afrontar la realidad y las emociones. Solemos ocultarlas y actuar que no nos duele lo que nos está pasando”, comenta Alonso. “Otros expresan sus emociones mediante la danza y la pintura. En mi caso cuando agarro la lapicera y comienzo a escribir en mi cuaderno todo se detiene. Lo que sea que me genera angustia o estrés desaparece”, desarrolla la joven.

Alonso encuentra en el proceso íntimo de sus pensamientos y en aquel cuaderno un espacio de alivio y de liberación recomendable para otras personas que estén atravesando por lo mismo. “Para mí, la escritura es capaz de transformar el dolor en arte. Hay una sensación de catarsis en cada verso”, explica. “Tenemos que normalizar el poder hablar sobre lo que experimentamos y el crear a partir de ello”, expone.

Para Alonso el desamor es un nexo entre lector y escritor: permite pactar la representación de un dolor personal, pero de alguna manera, común. “Cuando compartimos nuestras historias individuales, creamos un puente de empatía que une a los corazones rotos de todos nosotros”, expresa sobre el vínculo con su audiencia. “Una vez que escribo un poema deja de ser mío y comienza a ser del lector que lo interpreta”, concluye.

Un lenguaje universal que nos habla

Ullivarri encuentra en la escritura, en su caso de narrativa, un gran aliado para el proceso de superación. “Las palabras se transforman en el reflejo de nuestra mente y, al leerlas, podemos tomar conciencia de muchos pensamientos”, expone sobre la actividad creativa. “El lenguaje es la forma que hemos encontrado para expresar lo que vemos, lo que sentimos y para poder entendernos con nuestros pares. ¿Por qué no usarlo, entonces, para entendernos mejor a nosotros mismos, como herramienta de autoanálisis?”, desarrolla.

Ullivarri presentó su novela en 2022 Ullivarri presentó su novela en 2022 Foto cortesía de Belén Ullivarri.

En el diálogo con LA GACETA, Ullivarri reflexiona acerca de cómo acercar a sus pares el abordaje del desamor en el trabajo artístico. “Tomen todo ese dolor para  transformarlo en algo bello, que se haga arte, porque algún día va a ser el abrazo para un otro que esté atravesando lo mismo”, dice en un gesto empático con las audiencias lectoras. El público es un actor visible en las obras de ambas jóvenes. “El escritor es el encargado de forjar el vínculo, de generar emociones en el lector, de acudir a sus sentimientos, de sumergirlo en un nuevo mundo. Nada mejor que acudir a las propias sensaciones para hacerlo. O al menos eso creo yo”, sostiene Ullivarri.

En un mundo de extensiones cortadas por caracteres, esta escritora tucumana apuesta por un formato más extenso, pero no menos laborioso. Su novela propone un abordaje del amor en un contexto hostil, incluso para el amor propio. Ullivarri plantea que haber amado y haber sufrido por eso humaniza los textos: “creo que la experiencia personal influye muy positivamente al momento de abordar el desamor en una obra, ya que ayuda a plasmar los sentimientos, a hacerlo con mucha mayor fidelidad, algo que, sin duda, fortalece el vínculo lector-escritor”.

Nuestro último adiós” se consigue en Libro de Oro. “Fénix. Corazón de ceniza” está disponible en Bibliotex.

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