Llegó a los 13 años a Tucumán, estudia Educación Física y a cada partido se afianza en San Martín

La historia del defensor salteño que es una de las grandes revelaciones de la temporada. Acumula 388 minutos y fue titular en los últimos tres partidos.

ASENTADO. Peñalba es una de las grandes relevaciones que tuvo San Martín en esta temporada. ASENTADO. Peñalba es una de las grandes relevaciones que tuvo San Martín en esta temporada. LA GACETA / Diego Aráoz

Las oportunidades son escasas en el mundo del fútbol. Comenzar una carrera y establecerse como profesional es uno de los grandes retos que tienen los juveniles que dan sus primeros pasos dentro de las canchas. Sin embargo, a Tiago Peñalba parece haberle llegado el momento de ser un pilar de la defensa de San Martín, y el salteño pretende sacarle el máximo provecho.

El defensor lleva disputados 388 minutos en esta temporada –tres titularidades consecutivas en los últimos partidos- y cada vez parece más asentado en la Primera del "santo". Así, tras un largo camino lleno de esfuerzos y de sacrificios, se transformó en una de las grandes revelaciones de la temporada y en una alternativa válida para Diego Flores.

“Estoy con mucha confianza. Me siento muy respaldado por mis compañeros y por el técnico”, anticipa el defensor que el martes cumplió 20 años y que ante las bajas de Agustín Dattola y de Juan Orellana comenzó ganar terreno en la zaga central. “Sé que estoy cumpliendo un rol por las lesiones de algunos compañeros y me mentalicé en dar el máximo”, indica. 

Luego de formarse siete años consecutivos en el complejo “Natalio Mirkin” y de tener un breve paso por 9 de Julio de Rafaela, su debut oficial fue frente a Gimnasia de Jujuy en la primera fecha del torneo. “Cuando entrás a la cancha por primera vez, es diferente a todo lo que te podés imaginar. Te encontrás con toda la gente que te exige ganar sí o sí y es una presión que la vas aprendiendo a manejar. Incluso, las redes sociales son muy complicadas porque cambian los comentarios según el resultado. Ahora, cada vez que salgo, me siento mucho más tranquilo. Estoy en proceso de aprender a manejar la ansiedad”, asegura.

Para lograr una mayor concentración, Peñalba tiene una playlist musical predeterminada para la previa de cada partido. “Me gusta el rock nacional de los ‘80 y los ‘90’ como GIT, Soda Stereo o Virus. Siempre escucho sus temas para relajarme. ‘De música ligera’ es uno de mis temas preferidos; es un gusto que heredé de mi viejo que siempre escuchó ese tipo de bandas”, reconoce.

Al pisar La Ciudadela, los recuerdos sobre el camino recorrido afloran en la mente de Peñalba. El defensor confiesa que la decisión de establecerse en Tucumán a los 13 fue una “apuesta” con tal de cumplir el sueño de convertirse en futbolista profesional. “En ese momento no era consciente de la distancia y del cambio que estaba haciendo para dedicarme a esto. Pero son muchos los sacrificios que tenés que hacer. Solamente veía a mi familia en vacaciones o una que otra vez que podía hacer un viaje relámpago para visitarlos. Pero también sabía que la decisión de venir a San Martín me iba a acercar un poco más a ese sueño de ser futbolista”, explica.

Pese a esta situación, Peñalba siente que hubiese sido imposible llegar a la Primera del club sin el apoyo incondicional de sus afectos. “Siempre que hay un fin de semana largo, mis padres aprovechan para visitarme. A mi vieja se le complica un poco porque es docente. Además, ella prefiere mirarme por televisión porque se pone nerviosa en la cancha. Mi papá no tiene problema y va a la cancha siempre. Ambos entienden que, dependiendo como le vaya al equipo, van a existir o no los reclamos y las quejas hacia nuestro rendimiento”, profundiza el defensor. “Me acuerdo que con mi primer sueldo fuerte intenté ayudar a mi familia con algunas cosas. Si bien no pasamos necesidades, siempre intento darle una mano comprando cosas para ellos”, agrega el futbolista que desde 2023 tiene contrato profesional.

A la hora de realizar una comparación, el defensor indicó que si bien los clubes salteños están creciendo en el proceso formativo, todavía no se asemejan al desarrollo que brindan los grandes en nuestra provincia. “Hay mucha diferencia en la infraestructura. San Martín es uno de los clubes con mejores instalaciones del norte y eso lo notás apenas llegás al complejo. Ahora Central Norte, que es el club donde comencé a los cuatro años, creció mucho en las inferiores y se están viendo algunos resultados con chicos que están jugando en Primera. También hay una gran diferencia con el nivel de fanatismo de los hinchas. Central y Juventud Antoniana tienen mucha gente, pero están lejos de lo que pasa en Tucumán”, dice.

La cotidianidad en el complejo “Natalio Mirkin” y la asistencia a los partidos de local hicieron que Peñalba se convierta en un “hincha” más de San Martín. “Cuando estaba en inferiores, siempre intentábamos ir al codito de la Matienzo que da hacia la barra; pero si no, estábamos en cualquier lugar de la platea”, comenta. Incluso, el defensor asegura que tiene su tema preferido de la hinchada “santa”. “Cuando estoy jugando, me levanta mucho la canción que dice ‘señores, yo soy del ciruja’. Esa canción es increíble”.

Al ser categoría 2004, el defensor subió al plantel profesional junto con varios compañeros con los que había compartido equipo en las inferiores. “Estuve muchos años con Alan Cisnero. Aunque a pesar de que eran un año más grandes, también jugué con Tomás García, Ulises Vera y el ‘Pety’ (Gonzalo Gutiérrez), que estuvo un tiempito nomás porque subió muy rápido”, describe.

Fuera de las canchas, Peñalba tiene como prioridad los estudios. Actualmente, se encuentra cursando el segundo año de la carrera de Educación Física y aspira a convertirse en un profesional en un futuro próximo. “Eso me mantiene ocupado casi todo el día. Estoy cursando desde las 18 hasta la noche”, señala.

Debido a su profesión, la actualidad de San Martín es un tema recurrente con sus pares, aunque prefiere mantener el perfil bajo. “Intentó llevarlo normal y no hablar tanto del tema. Si sale, es porque los demás me preguntan o quieren saber algo sobre el equipo”, advierte. “Los profesores me entienden mucho porque saben la situación en la que estoy. La mayoría de lo que cursamos por la noche es porque trabajamos de día y entonces son más comprensivos con las faltas. Me dan una mano con eso porque tengo que estar con los partidos e ir a las concentraciones”, añade.

Peñalba disfruta a pleno su actualidad deportiva y se da su tiempo para seguir formándose en su vida profesional. Sin embargo, está cumpliendo el sueño de ser futbolista y aspira a dejar su huella en San Martín, el club que hace varios años se convirtió en su hogar.

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