Cuatro títulos, ningún Grand Slam, no fue campeón de Copa Davis, pero ovacionaron a Schwartzman en Roland Garros

"Peque" perdió en la segunda ronda de la clasificación por lo que no jugará en el cuadro principal que comienza el lunes.

Cuatro títulos, ningún Grand Slam, no fue campeón de Copa Davis, pero ovacionaron a Schwartzman en Roland Garros

Con su derrota en la segunda ronda de la clasificación de Roland Garros, Diego Schwartzman, se despidió del grand slam en el que tuvo su mejor actuación cuando fue semifinalista en 2020. "Peque" perdió ante un jugador local: Quentin Halys por 4-6, 6-4 y 7-6 (10-7).

"Roland Garros es especial, aún enfrentando a un local me sentí como si hubiese estado en casa", declaró el bonaerense tras la derrota. Fueron más de tres horas de partido. Una derrota a lo "Peque" que, lo más probable, una vez retirado en 2025 como lo dijo, serán en su historial más los triunfos. "El último partido muestra cómo jugué toda mi carrera", hizo referencia a la batalla que tuvo con Halys en el court Suzanne Lenglen, el segundo en importancia del complejo Roland Garros.

Si se ve el currículum con el que se retirará "Peque" puede que no sea acorde al respeto y gran reputación que el argentino obtuvo a lo largo de 14 años de carrera. Schwartzman ganó cuatro títulos, tres de 250 y uno de 500, un nivel tres y cuatro de cinco posibles de distinguir en el circuito mayor ATP. Su mejor actuación en grand slam fue llegar a la semifinal en Roland Garros. Tampoco jugó ninguna de las series de 2016, año en que Argentina ganó la Copa Davis.

La ovación a "Peque" fue tan enorme en el Abierto francés, aunque no haya sido un campeón con decenas de coronas por otros motivos que no se relacionan con los números y estadísticas rimbombantes. Schwartzman quedará en la historia por haber puesto en escena nuevamente un molde que perdió vigencia por cómo se dieron los cambios del tenis contemporáneo. 

“Peque” se mezcló, al momento de ser top-ten, en el grupo donde el más petiso medía 1.80, 10 centímetros más que el bonaerense. La tendencia de los últimos años marcó la presencia de un biotipo de jugador alto y espigado, opuesto al que volvió a poner en escena Schwartzman: bajo y retacón. Lo más parecido que se vio en el último tiempo en la zona top, fue al español David Ferrer o al francés Richard Gasquet, pero ninguno de los dos, Ferrer con 1.75 y Gasquet con 1.85, eran tan bajos como “Peque”. Si bien parece que hay que tener más de 1.80 para ser exitoso, Schwartzman es quizás la última excepción a la regla.    

"Tengo muchas batallas aquí, nunca olvidaré ninguna de ellas, incluida esta. No lo olvidaré jamás", dijo Peque en su discurso. Batallador como pocos, supo potenciar el fuerte que él tiene y no el que dicta el manual y eso es lo que llamó particularmente la atención para el mundo del tenis. Siempre corrió igual de rápido en un quinto set que en un primero. El aspecto físico se llevó otro punto deslumbrante en "Peque". Su resistencia era necesaria de desarrollar por su baja estatura. Ante los gigantes debía lidiar con la potencia de los golpes y mantener los peloteos para desgastarlos.

Cuatro títulos, ningún Grand Slam, no fue campeón de Copa Davis, pero ovacionaron a Schwartzman en Roland Garros

El caso Schwartzman puso de manifiesto que, con elementos que en el tenis contemporáneo no son habituales, también se puede ser exitoso. Sí, es probable que como a él que tardó casi 10 años para entrar al lote “top-ten”, lleve un tiempo más prolongado que otro jugador con el biotipo más común.

Comentarios