“Hombre de Acero”: el cirujano Jorge Rodríguez compite en Francia en la carrera más dura del planeta

Durante cinco días, el cirujano de Concepción tendrá que nadar 19 kilómetros, pedalear 900 kilómetros y correr 221 kilómetros.

FOTO tomada de International Ultra Triathlon Association. FOTO tomada de International Ultra Triathlon Association.

Hace una semana dejó el quirófano del Hospital Regional de Concepción -donde trabaja todos los días- para viajar a Francia. Está listo para competir en una de las carreras más difíciles del mundo. Entre el lunes y el viernes (cinco días de competencia) planea dormir tan solo una hora y media por noche. De ese modo ideó su estrategia para llegar a la meta. Jorge Ariel Rodríguez es médico cirujano, trabaja en el área de emergencias del sur tucumano, y también es un atleta de alto rendimiento con experiencia en Ironman, una de las carreras más duras del planeta. El “Hombre de Acero” es el único argentino en el Mundial de Ultra distancia. 

El miércoles llegó a Francia luego de un extenso periplo. Salió de Tucumán a Sao Paulo (Brasil). Desde allí tomó un vuelo a París. Luego se subió a un tren para hacer el trayecto de dos horas y media hasta llegar a Colmar, en el noroeste francés, casi en el límite con Alemania. Rodríguez enfrentará uno de los mayores desafíos que reúne a los mejores deportistas de triatlón del mundo.

“Hombre de Acero”: el cirujano Jorge Rodríguez compite en Francia en la carrera más dura del planeta

Calles con adoquines y una gran riqueza cultural

La ciudad de Colmar está ubicada en la ruta del vino de Alsacia. Sus viñas locales se especializan en los vinos Riesling y Gewürztraminer  (variedades de uvas).  El centro histórico tiene calles adoquinadas, y el lugar adquirió fama por su gastronomía. La comida es uno de sus grandes atractivos.

La ciudad de Colmar, en el noroeste de Francia. La ciudad de Colmar, en el noroeste de Francia.

Es una competencia para unos cuantos privilegiados que lograron la clasificación varios meses atrás. El médico Rodríguez obtuvo su "pasaporte" el año pasado en Brasil. Ahora, en Colmar aparece en la lista de largada con el número 33. Nació en Buenos Aires, pero siendo niño su familia se instaló en la ciudad de Concepción y se considera tucumano por adopción. Es el único argentino en este campeonato Mundial de Ultra distancia. Por haber clasificado en Brasil, ahora el cirujano es miembro de la International Ultra Triathlón Association (IUTA), que integran los más deportistas más destacados de esta disciplina. “Nunca he tomado un tren en Argentina, y todo es extraño y nuevo para mí –dijo el médico-. Estoy feliz de estar en Francia ahora”.

Lo recibieron con elogios y mucha camaradería

Es el único argentino en este mundial 2024, y el único representante del continente Americano. Por eso en Francia lo esperaron con grandes elogios y un recibimiento cargado de afecto por parte de los anfitriones. Rodríguez les mostró el itinerario de su viaje desde Concepción a los colegas competidores y recibió este tipo de respuestas: “Guau, lejos de verdad! Bienvenido y nos vemos en Colmar”, respondió Dominique Laurent. “Nos vemos pronto”, dijo Kim Hansen. Nos vemos pronto”, agregó Philip Cachia. “Gracias por venir desde el extranjero a disfrutar de una de nuestras carreras”, fue el saludo de los organizadores de la International Ultra Triathlon Association.

“Aquí es la una de la madrugada, estoy fundido”, respondió anoche, mientras en Argentina eran las 19 y todavía faltaban dos horas para el debut de la selección de fútbol en la Copa América, que se juega en Estados Unidos.

Rodríguez comenzó a entrenar fuerte desde hace tres meses para llegar a punto a esta competencia de deporte extremo. El circuito completo comprende hacer 19 kilómetros de natación, 900 kilómetros en bicicleta y 221 kilómetros de pedestrismo. Para tener una dimensión de la durísima competencia puede decirse que deberá nadar una distancia similar desde la plaza Independencia hasta la hostería Atahualpa de Tafí Viejo. Luego tendrá que pedalear un trayecto equivalente desde Tucumán hasta Rosario (Santa Fe) y finalmente tendrá que correr una distancia que va desde la plaza Independencia hasta San Fernando del Valle de Catamarca.

Un circuito con dificultades naturales y temperaturas extremas

Estremece solo leer el itinerario de la carrera, lo que es un indicio del tipo de entrenamiento que requiere para completar la ruta de nado, bicicleta y trote en circuitos con ascensos y descensos pronunciados, temperaturas inhumanas, terreno intenso y distancias inimaginables. Además, hay que tener en cuenta los plazos impuestos para la competencia y el hecho de enfrentar el combustible que el cuerpo necesita y la fatiga mental que conlleva estar de pie durante tanto tiempo. Son carreras brutales para un puñado de atletas en todo el mundo.

Rodríguez, con una amiga canadiense salieron a correr 15 km esta mañana. Rodríguez, con una amiga canadiense salieron a correr 15 km esta mañana.

Los corredores disfrutan poniendo a prueba el dolor en sus cuerpos y en sus mentes porque es una pasión que llevan en la sangre. Al Mundial de Ultra distancia de Francia solo llegan los atletas más dedicados y ambiciosos, que se proponen completar la brutalidad del recorrido. Rodríguez empezó a full su preparación para esta competencia en abril. “Feliz de haber podido lograr algo impensado –explicó el médico cirujano-, y me di cuenta que la cabeza manda muchísimo sobre lo físico. Completé cinco distancias Ironman bajo lluvia durante el primero y el segundo día de los cinco días de entrenamiento”, detalló.

Entrenamiento en el sur tucumano y en soledad absoluta

Su lugar de preferencia para entrenar está en el sur tucumano. La Cocha, Concepción, Aguilares, Dique de Escaba, son territorios que conoce a la perfección desde que se dedicó a la práctica deportiva. Este será su segundo mundial de la disciplina. Antes compitió en 2018, en el Mundial que se realizó en Lensahn, Alemania, equivalente a cinco distancias Ironman continuas. “El precio de la disciplina, constancia, sacrificio y pasión por lo que se hace siempre es menor que el dolor del arrepentimiento”, aseguró.

“Hombre de Acero”: el cirujano Jorge Rodríguez compite en Francia en la carrera más dura del planeta

Es tan exigente la carrera, que los atletas deben diseñar y tratar de cumplir un “protocolo de sueño” decente. ¿Es posible pasar la noche sin dormir?... para los quíntuples atletas sí. Dos noches ya requieren alguna siesta, al menos. Pero deben ser inteligentes para no perder tiempo durmiendo y a la vez reponer energías. La mayoría de los atletas llega al “campo base” y monta una tienda de campaña como suelen decir en la jerga del deporte. Ese espacio servirá de apoyo para pasar la noche. Luego llega el momento de la inscripción, la sesión informativa de la carrera y la ceremonia de apertura.

"No estoy para perder el tiempo"

En octubre de 2016, el médico cirujano se hizo famoso en todo el mundo por haber sido protagonista de un episodio que parece una película. En aquel momento, Rodríguez tenía 38 años y participaba en México de una carrera de ultra resistencia. Se salió de la competencia para reconstruirle el rostro a Henning Olsrud, un rival noruego, que se había accidentado durante la carrera al caer de su bicicleta por un barranco. Le realizó la cirugía con éxito y luego ambos terminaron el exigente triatlón. Aquella vez, sólo 36 participantes estuvieron en la prueba y él fue uno de los seis que pudo completarla.

Rodríguez con su colega noruego, luego de la operación y tras finalizar la competencia. Rodríguez con su colega noruego, luego de la operación y tras finalizar la competencia.

Para la etapa de natación es obligatorio entrar al agua con traje de neopreno, porque es posible pasar frío en cauce de agua caliente si permanece un tiempo excesivo dentro del agua. Rodríguez recordó cuando entrenaba en Tucumán para esta competencia. “El primer día había neblina en el Dique de Escaba y no podía ver el horizonte, no podía volver, en esos días generalmente hizo 9 grados de temperatura a las 7.30 de la mañana. Después hice un kilómetro desde el dique al asfalto caminando con la bicicleta a cuestas por el barro y así evitar pinchar una rueda. Pero eso me salieron ampollas en los pies y lesiones en la piel, pero lo pude hacer solo y a todo pulmón. Necesitaba hacerlo para sentirme confiado para esta competencia. Durante cinco días nadé 3.800 metros, 180 kilómetros de bicicleta y 42 kilómetros trotando. Agradezco a los que se acercaron y me asistieron durante los últimos dos días (de entrenamiento). A las cinco distancias Ironman las terminé solo, sin arcos de llegada, ni locutor –rememoró-, sin comidas, ni música, tampoco gente esperando. Pero fue una alegría inmensa terminar cada noche la distancia. Feliz de haberlo logrado. Ya no tengo 50 años más para vivir; no creo llegar a los 100. La vida se nos pasa muy rápido. Entonces ¿voy a estar perdiendo tiempo?... No. Yo no estoy para perder el tiempo. Estoy para ganarle tiempo a mi vida”.

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