María José Cisneros: “El concepto de independencia no está en la agenda política”

La Doctora en Filosofía destaca que el término no está incluido en el Pacto de Mayo. “Parece primar la idea de que ser un sujeto independiente es una cuestión netamente individual”, apunta

MENSAJES. La de 1816 fue una declaración de independencia política y soberana. Con el paso del tiempo, el concepto adquirió otros significados. MENSAJES. La de 1816 fue una declaración de independencia política y soberana. Con el paso del tiempo, el concepto adquirió otros significados.

La idea de independencia históricamente estuvo ligada a un fenómeno colectivo, cimentado en las grandes luchas que culminaron el 9 de julio de 1816 en Tucumán. Pero, ¿cómo concebimos actualmente la noción de independencia? ¿Con qué la asociamos? María José Cisneros, profesora de Filosofía Social y Política y de Historia del Pensamiento Argentino y Latinoamericano (Facultad de Filosofía y Letras-UNT) analiza cómo el concepto de independencia fue reinterpretado con el paso del tiempo, hasta llegar al actual Gobierno nacional. Además, la Doctora en Filosofía reflexionó acerca del significado del Pacto de Mayo y de los temas aludidos en el acta firmada en la Casa Histórica.

- ¿A dónde nos remite el término independencia?

- Todas las fechas patrias, especialmente el 25 de mayo y el 9 de julio, han sido a lo largo de la historia objeto de disputa. Las diferentes tradiciones políticas y los gobiernos nacionales han interpretado, han resignificado y le dieron algún sentido a esta fecha en función de legitimar su propio proyecto de país. A eso lo podemos rastrear desde el siglo XIX y hasta la actualidad. En el caso de este año, el gobierno de Javier Milei busca hacer una apropiación de la fecha de la misma manera en que lo hicieron otros gobiernos, por ejemplo el kirchnerismo, que también ponía mucho el acento en las fechas patrias. En este caso fue bastante novedosa la llegada de Milei a Tucumán a proponer el acta del Pacto de Mayo.

- ¿Por dónde pasaron esas resignificaciones?

- Respecto del significante “independencia”, cada tradición política le dio un sentido y lo entendió de cierta manera. Sin duda la independencia tal como fue entendida en 1816 refiere a la independencia política al declarar “romper los violentos vínculos que nos ligaban a los reyes de España”, recuperar los derechos y constituirse como una nación libre e independiente. Ahí la connotación que tiene el significado independencia tiene que ver con el ejercicio de la soberanía política y no estar sujeto a una potencia extranjera. Luego el concepto se fue resignificando. Alberdi, por ejemplo, hablaba de que la independencia que quedaba pendiente era referida a la emancipación cultural y a que Argentina tenía que civilizarse y entrar en el proyecto de la modernidad. Más adelante, en 1947, el peronismo va a proclamar la necesidad de llevar a cabo una segunda independencia en términos de independencia económica y va a firmar una nueva acta de la independencia en estos términos.

- ¿Y cómo crees que concebimos actualmente el concepto de independencia?

- Me parece que el concepto actualmente no está en la agenda política. Los discursos del presente están lejos de plantear como eje de la discusión un proyecto de país independiente o concebir la política en clave emancipatoria. Hay, por el contrario, una exaltación de la necesidad de que Argentina salga de la profunda crisis económica y sociopolítica que atraviesa a partir de una apertura al mundo, que es entendida como el acatamiento irrestricto a las leyes del mercado, que son concebidas por el actual Gobierno nacional como si fuesen las únicas leyes válidas. Esto implica una clara sujeción de la política a la economía.

María José Cisneros María José Cisneros

- ¿Y si llevamos el concepto a otros planos?

- Desde un punto de vista social, lo que parece primar, de un tiempo a esta parte, es la idea de que ser un sujeto independiente es una cuestión netamente individual, que tiene que ver con no depender de nadie, principalmente, no depender del Estado. Muchos ciudadanos están convencidos de que no sólo no necesitan de un Estado que les garantice sus derechos, sino que el Estado es el verdadero enemigo; es decir, el que impide que desarrollen su proyecto de vida en total libertad. Esta concepción extremadamente individualista de la libertad parte del supuesto de que los otros son un obstáculo para mi propio bienestar, y que en tal sentido, la única manera de vincularnos con los demás es a través del principio de la libre competencia. Una competencia concebida, sobre todo, en términos mercantilistas, es decir conforme las leyes del mercado.

- ¿A qué se debe esta predominancia del individualismo relacionado con la libertad?

- Me parece que tiene que ver con la preeminencia de un tipo de subjetividad que podemos denominar -siguiendo a Foucault- como propia del homo economicus neoliberal, que se caracteriza, básicamente, por concebirse a sí mismo como “capital humano”. Es decir, como un individuo que es su propio capital, que por eso tiene que invertir continuamente en sí mismo, dar cuenta constantemente de sus propios méritos, para poder no sólo ser apetecible en el mercado, sino además, vencer a los otros en la lucha perpetua por el reconocimiento y la acumulación del capital. Que el Presidente de la Nación haya decidido crear un superministerio (que abarca lo que antes eran los ministerios de Educación, Desarrollo Social, Trabajo) con el nombre de Ministerio de Capital Humano responde a esta concepción del ser humano.

- ¿Pensás que como sociedad estamos perdiendo el arraigo al sentimiento colectivo de lo que significaba ser independientes a partir de la declaración firmada en 1816?

- Claramente, estamos atravesando como sociedad un momento de exacerbación del individualismo, de la preeminencia de una concepción del sujeto en términos de capital humano. La llegada de Milei al Gobierno, vía el voto popular, con un apoyo de un 56% de la ciudadanía en el balotaje, da cuenta de que en la sociedad argentina hay una legitimación de ese tipo de valores, porque el Presidente no ocultó su adhesión a ellos durante la campaña electoral. Por el contrario, hasta podríamos decir que llevó y continúa llevando a cabo una especie de cruzada a favor de los mismos. No en vano termina siempre sus discursos afirmando enfáticamente: ¡Viva la libertad carajo! Y es claro que una parte importante de la sociedad argentina se siente identificada con estos valores, y por eso sigue avalando a este Gobierno, a pesar de la profunda crisis económica que estamos viviendo.

- ¿Queda lugar para otras formas de ver las cosas?

- Creo que en nuestra sociedad no han desaparecido los proyectos colectivos que entienden que nadie se salva solo y que no reducen nuestra condición humana a la de meros sujetos económicos. La historia de nuestro país da cuenta de esto, sobre todo en momentos de profunda crisis social -como la de 2001, por ejemplo-, en la que emergieron diversas y creativas formas de organización social y política desde abajo, que todavía se encuentran presentes y que siguen apostando por un país más igualitario y soberano.

- ¿Cuál es tu análisis sobre lo que implica este Pacto de Mayo, firmado en julio?

- Que mantenga el nombre responde más a una cuestión coyuntural, ya que no pudo firmarse el 25 de mayo como se pretendía. Pero no me parece forzado pensar que hay un posicionamiento político e ideológico de seguir llamándolo Pacto de Mayo. Milei se inscribe dentro de la tradición liberal que reivindica a la Generación del 80. Esa tradición siempre resaltó más el 25 de mayo como fecha del nacimiento de la patria que el 9 de julio. Dentro de esto también hay una disputa política entre quienes plantean que eso es un gesto de porteñocentrismo.

- ¿El Pacto de Mayo tiene en cuenta el concepto de independencia?

- Llama la atención que en el acta no figura en ningún lugar el término “independencia”. En ningún momento se hace alusión, ni siquiera en el discurso habitual del Presidente, porque claramente él no tiene una preocupación por la defensa de la soberanía nacional, sino que insiste mucho en la apertura al comercio internacional para que Argentina se inserte en el mundo, en avanzar en la explotación de los recursos naturales en conjunto con la Ley Bases.

- ¿Cómo se puede leer el acta entonces?

- Toma como modelo al acta de 1816. Pero la original dice “es voluntad unánime romper con los vínculos con España”, mientras que la actual dice “romper con las antinomias del pasado y refundar el contrato social que dio nacimiento a nuestra patria”. La otra acta habla de independencia; la actual no menciona la palabra, sino que refiere a qué sujeción va a romperse, hablando de las antinomias del pasado y haciendo alusión a que hay que refundar la patria y la Nación. Claramente hay una búsqueda de apropiación y de decir que Argentina el 9 de julio de 2024 tiene que refundarse, un gesto político muy fuerte y que forma parte del gobierno de Milei y de su intención de marcar una ruptura en la historia argentina. En todo caso el significante o la noción política principal para Milei es la cuestión de la libertad, no tanto la de independencia. Libertad entendida especialmente en términos económicos y sin tener impedimentos externos que dificulten la concreción del libre mercado. Esa es su perspectiva y me parece que aparece de manera muy clara en el Pacto de Mayo.

Comentarios