Días decisivos para la posible llegada de Tucumán al Súper Rugby Américas

En las próximas semanas, se definirá si la provincia suma un equipo o no. “Cheto” Santamarina dio detalles de la situación, y explicó los beneficios que implicaría.

BASTIÓN CLAVE. La Academia de la URT es uno de los pilares del proyecto. BASTIÓN CLAVE. La Academia de la URT es uno de los pilares del proyecto.

El sueño tucumano de tener una franquicia en el Súper Rugby Américas atraviesa horas cruciales. La intención de Sudamérica Rugby, entidad organizadora del torneo, es seguir creciendo; para lo cual apunta a sumar equipos. Tucumán es una de las provincias que ya tiene una propuesta y la respuesta (por sí o por no) llegaría en los próximos días.

Poseer un equipo en el certamen sudamericano no es una ilusión nueva para Tucumán; está presente desde 2019 cuando nació el campeonato. En 2022 hubo una postulación formal para ser la segunda franquicia argentina, pero finalmente quedó en manos de Córdoba, que fundó Dogos XV, campeón de la edición de este año. Ahora, la ilusión se renovó y tomó más fuerza.

Hay una aclaración necesaria: no es un hecho que Argentina vaya a sumar una franquicia para el Súper Rugby Américas de cara a la temporada 2025. Pero sí es el objetivo de la Unión Argentina de Rugby (UAR) para agregar un nuevo equipo a los ya existentes Pampas y Dogos XV; y son dos las provincias que tienen intenciones concretas: Tucumán y Santa Fe.

“Tucumán es el único que hizo la oferta. Rosario aún no la hizo, la está trabajando”, le confió José “Cheto” Santamarina, gloria del rugby tucumano e involucrado en el proyecto, a LA GACETA.

En realidad, aclaró, la propuesta de Tucumán está totalmente diagramada; abarcando todos los aspectos necesarios y la UAR ya está al tanto. Sin embargo, será formalmente presentada en las próximas horas. ¿Qué falta? Que Santa Fe presente la suya.

Las condiciones, según aseguró Santamarina, están dadas para que Tucumán tenga su franquicia. Al menos en los aspectos más elementales.

En la faceta deportiva, está todo trabajado desde hace tiempo. Para eso, fue clave la implementación de la Academia de la Unión de Rugby de Tucumán (URT), que comenzó a funcionar a principios de este año.

En ella, un grupo de entrenadores capacitados en 2023 en un proyecto asesorado por Daniel Hourcade, entrenan todas las semanas a un grupo de jugadores de distintos equipos tucumanos. Pensando en mejorar el rugby tucumano, pero también en la posibilidad de la franquicia.

La parte económica también está contemplada. Si bien la UAR se encarga de un porcentaje importante de la inversión anual que requiere la franquicia (alrededor de un millón de dólares), al hacerse cargo de los sueldos de los jugadores, y Sudamérica Rugby se encarga de la logística externa, los gastos que se den en Tucumán corresponden al franquiciado. En este caso, Tucumán tiene ya capitales privados asegurados para cubrir esa fracción que incluye los gastos en la provincia de los equipos visitantes y también los de los propios jugadores de su equipo; sean o no tucumanos.

Y esto es un punto que necesita ser dejado en claro. Si Tucumán fuera elegido como sede de la nueva franquicia argentina, no significa que el equipo vaya a ser tucumano ni que vaya a estar conformado 100% por jugadores tucumanos. La franquicia pertenecerá a la UAR y será la entidad madre del rugby argentino quien designará al staff y también, en parte, quien tomará algunas decisiones con respecto al plantel.

“Esto es un plan de desarrollo, que mientras tanto tiene competencia. El objetivo de las franquicias argentinas es desarrollar jugadores para Los Pumas; entonces en el equipo puede haber lo que el sistema UAR necesite para que compitan jugadores contra jugadores. Si la Argentina tiene cuatro pilares izquierdos buenísimos tiene que jugar uno en cada franquicia”, explicó Santamarina.

Es decir, la intención es que el torneo sirva para fogonear jugadores con proyección y darles roce internacional.

Y en ese proceso, además, hacer crecer al rugby sudamericano. “Ayudamos a que Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y ojalá Colombia puedan llegar también a competir para jugar en los Mundiales. No va a ser Europa, pero podemos hacer que Sudamérica sea una liga competitiva, de nivel intermedio”, agregó “Cheto”.

¿Podrían sumarse Tucumán y Rosario al mismo tiempo? Aunque es poco potable, es una posibilidad.

Sin embargo, el principal problema es el dinero: la UAR no está dispuesta a asumir riesgos. Y en ese marco, justamente, es donde Tucumán está a la expectativa: el gobierno rosarino está dispuesto a invertir, algo que su par tucumano no hará. Pero esa intención de las autoridades rosarinas todavía no pudo plasmarse en efecto, ya que la sede sería Santa Fe y no sólo Rosario. Entre fines de este mes y principios de septiembre, vencerá el plazo oficial para presentar los proyectos y habría mayores novedades.

Los beneficios

En el último tiempo surgieron muchas voces críticas en contra de la posibilidad de que Tucumán cuente con un equipo en el Súper Rugby Américas, incluso de personalidades destacadas del rugby tucumano. Hasta las autoridades de la URT solían mirar con recelo esta posibilidad. A esas voces, Santamarina les responde argumentando las bondades que traería.

“La Argentina hoy está en una crisis muy grande. No hay salida y por eso muchos chicos se van”, señaló el integrante de la histórica camada de los “Naranjas”. Entre esos, claro, están los rugbistas argentinos: son cada vez más los que eligen jugar en Europa, incluso en ligas no tan competitivas, por la posibilidad de cobrar un sueldo y de tener una vida de mayor calidad. Y eso, claro, impacta en el nivel del rugby argentino y, en concreto, en Tucumán.

“Se trata de hacer que los chicos no se vayan a Europa y vuelvan 10 años después; sin laburo, sin familia, sin estudios y sin salvarse económicamente. Algunos quizás se pueden quedar siendo entrenadores o en otra cosa, pero muchos se tienen que volver”, agregó “Cheto”.

Ante ese panorama, asegura, la franquicia en Súper Rugby Américas les daría la posibilidad de generar ingresos jugando al rugby y no tener que dejar las comodidades de su vida cotidiana. “Por supuesto, los cracks como Nicolás Sánchez, Mateo Carreras, Tomás Albornoz o Thomas Gallo se te van a ir igual porque el rugby europeo es una maquinaria que no para, y en el primer nivel te pagan bien y te entrenan los mejores del mundo”, admitió. Pero señaló que “se puede armar un sistema que contenga a muchos de los que se terminan yendo”.

“Necesitamos socialmente que la gente encuentre un futuro, que no fabriquemos jugadores para que no los exterminen en Europa. Para eso necesitamos competencia”, apuntó Santamarina. Y una franquicia, más en el Súper Rugby Américas, colabora en ese sentido.

“En la primera parte del año, mientras estos jugadores están en las franquicia, acá se juegan los torneos de pretemporada y los clasificatorios y eso le da espacio a otros jugadores suplentes o de Intermedia para mostrarse y pelear un lugar. Ya para la segunda parte, cuando comienzan los torneos más importantes como el Regional y el Torneo del Interior, los clubes ya cuentan con los mejores”, continuó “Cheto”, asegurando que es un win-win para todos.

Obviamente, la posibilidad de irse afuera seguirá vigente y seguirá siendo elegida. “Si se quieren ir a España o a Portugal, en la segunda mitad del año, que se vayan. Yo te estoy dando una opción para que te quedés”, consignó.

Santamarina remarcó que, según su mirada, lo ideal sería que Argentina tuviera cinco franquicias en cinco provincias diferentes. Sin embargo, lógicamente, el factor económico es un limitante importante. Por eso, por ahora, se apunta a sumar una o como mucho dos más. Y allí es donde Tucumán aparece como una de las principales opciones. Las próximas semanas serán claves y podrían derivar en un punto cúlmine para el rugby tucumano. Por el momento, hay que esperar.

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