La fiesta no conoce ganadores ni perdedores

Las hinchadas no usaron pirotecnia con estruendo y se quedaron varios minutos alentando y saludando a los jugadores.

CAMPEONES. La barra de Lawn Tennis fue importante durante todo el campeonato. FOTOS DE JOSÉ NUNO CAMPEONES. La barra de Lawn Tennis fue importante durante todo el campeonato. FOTOS DE JOSÉ NUNO

Será mucho lo que dejó este Regional del NOA. En específico la postal que se confeccionó en la final solo se consigue en el rugby tucumano que, cuando tiene defectos, se los marca y cuando tiene aciertos también hay que destacarlos. “¿Dónde se verá algo así?”, dialogaba un señor con otro casi en el medio de la cancha de Cardenales.

El diálogo lo hacían de frente a las tribunas pintadas de amarillo, azul, verde y negro. La pregunta autoreflexiva se refería a que tanto los simpatizantes de Tucumán Lawn Tennis, los campeones; y de Tucumán Rugby, subcampeones, seguían cantando luego de varios minutos de haber terminado el partido.

Era realmente difícil saber quién había perdido. Ninguno bajó el nivel de cánticos y aliento. En los “benjamines”, la energía estaba destinada a reconocer el campañón que hicieron los dirigidos por Álvaro Tejeda. En el “verdinegro”, la ocasión sirvió para despedir como se merecía a Augusto López Salas, y también el vitoreo fue porque así como Tucumán Lawn Tennis fue el mejor desde la fase regular, ellos fueron los mejores segundos.

“Ningún deporte muestra una cosa así”, seguían destacando los señores en su charla. Sin ninguna identificación, ni del campeón, tampoco del subcampeón, ni de Los Tarcos o Universitario que jugaron un entretenido partido por el tercer puesto, ellos elogiaban la postal sin buscar un protagonista único.  

Para el lado amarillo y azul, cuando llegó la Copa portada por Santiago Rez Masud el volumen de los cantos se elevó. La locura fue mayor y se desplegó la gigantografía del ídolo, del que hizo no sólo un Tucumán Lawn Tennis antes y después de su llegada, sino que al Regional del NOA lo dividió en dos. En la tribuna se desplegaba la figura en una lona de Nicolás Sánchez, con la mitad de la camiseta de Los Pumas y la otra de Lawn Tennis.

“Estamos con el club desde 2012”, comentó Luján Taboada. Una de las tantas jugadoras del plantel superior de hockey que estaba festejando. “No nos acordamos de nada. Teníamos 13 años”, disparó su compañera Julieta Ramos. Ahí nomás interrumpe Taboada. “Paraaaa... yo me acuerdo de un camión que entró a la cancha. Al parque y a la cancha dio vueltas”, apuntó.

El relato se escuchó en el medio de los festejos y movilizó a los memoriosos. Apenas inexacto era: sí en 2012 el camión existió, al jugarse la final en Tucumán Rugby, se trasladaron hasta el club del parque en ese vehículo. Los recuerdos fueron un poco más allá entre los simpatizantes que se acordaron de las consagraciones de 2011 y 2014 en las que el camión de bomberos entró a “La Caldera del Parque” para los festejos.

Ya antes Santiago Altobelli, árbitro del partido, felicitado por propios y ajenos por su buen desempeño, mostró su orgullo por ser parte de un torneo  al que calificó con un ocho. “Con respecto al de la temporada pasada, se potenció”, afirmó el juez que justamente le tocó la semifinal por muerte súbita. La manera en que Tucumán Rugby llegó a la final es una muestra de eso que apuntó Altobelli de cómo se potenció el nivel del Regional. El “verdinegro” tuvo que dar vuelta un partido dramático ante Universitario en el que el árbitro tuvo que trabajar los 80 minutos reglamentarios y uno y medio más hasta que llegó el try que depositó a los “verdinegros” en la final. “Se respetó bastante todo”, reconoció Altobelli. 

La voz del árbitro todavía seguía mezclada con la banda sonora de fondo; cánticos del ganador y también del perdedor. “Algunos tres tiros, pero nada de esas bombas de estruendo preparadas. Lástima los matafuegos... nos dejaron azules”, dijo entre risas el árbitro. A él le tocó ese color, a jugadores y a otros de sus asistentes, les llegó además el amarillo de las bengalas de colores.

CÓMODO. Francisco gozó a pleno el partido sin los estruendos de las bombas junto a su mamá y hermana. CÓMODO. Francisco gozó a pleno el partido sin los estruendos de las bombas junto a su mamá y hermana.

Así fue la fiesta del campeón en la cancha de Cardenales. A metros, el subcampeón también festejaba y no sólo por la campaña casi perfecta. En la semana una mamá y socia de Tucumán Rugby se lanzó a una cruzada que, tuvo una resolución rápida, pero que dependía mucho de esas dos parcialidades. “Estoy muy conforme y feliz”, decía llorando Inés Terán. Detrás de los libustros que cercan la cancha estaba junto a sus hijos Francisco y Valentina Schujman Terán. El comportamiento de ellos, en especial del de “Fran”, no era como el del sábado pasado. El uso de pirotecnia con estruendo fue cero y apenas hubo sonidos de bajos decibeles. Mamá estaba emocionadísima porque “Fran” era un “glorioso” más en “La Gloriosa”, la barra de Tucumán Rugby y no tuvo que refugiarse en el auto  para combatir su miedo profundo a los ruidos fuertes. Cómo la hinchada “benjamín”, la del “verdinegro” hizo lugar espontáneo al pedido de la madre y obedeció la medida formal que la Unión de Rugby de Tucumán adoptó de adherirse a la ley 9.303 que regula el uso y la comercialización de material pirotécnico. “Esto habla muy bien de los grupos y muestra cómo estamos como clubes”, explicó López Salas. No es extraño lo que dijo el jugador “verdinegro”, ahora con estado de “ex”, cuándo se le preguntó si iba a seguir vinculado al rugby o la despedida era total. “Se irá viendo y se bajará un cambio”, indicó. Es que con ese panorama de espectáculo del lado ganador y del perdedor, es difícil no seguir formando parte de la fiesta del rugby tucumano.

IGUAL DE GLORIOSA. Los simpatizantes IGUAL DE GLORIOSA. Los simpatizantes
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